Cierto grupo de opositores está en la primera fila del paredón verbal de Maduro, Diosdado Cabello, y otras figuras prominentes del chavismo desde hace algunos meses. Pero ahora la airada respuesta del presidente ha sido catalizada por la convocatoria de parte del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de un debate en ese organismo sobre la posible aplicación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) a Venezuela.
Para Nicolás Maduro el trabajo que ha hecho la oposición para lograr este pronunciamiento es “injerencia” y “traición a la patria”. “La Carta Democrática la pueden poner en un tubito (…) Métase su Carta Democrática por donde le quepa, a Venezuela nadie le va a aplicar ninguna carta (…) Al pueblo venezolano no lo intimida y no lo intimidará ningún imperio”, afirmó el primer mandatario. Para Maduro, el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, encabeza su lista de traidores a la patria.
El veterano político adeco repostó que “el único” que le puede “allanar la inmunidad” es la propia Cámara legislativa. El segundo en la lista negra del presidente sería Luis Florido, el diputado que preside la Comisión de Política Exterior de la AN, quien ha sido uno de los voceros de la Unidad en el extranjero y quien pidió formalmente a Almagro que invoque la CDI ante la crisis social y política del país. Florido, de 49 años, nacido en Barquisimeto, es miembro fundador y dirigente nacional de Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, a su vez el «preso político» venezolano más conocido internacionalmente.
La comisión que ha acompañado a Florido en el cabildeo internacional, también forma parte de los “traidores” de Maduro. Entre ellos destacan el también parlamentario de la Unidad, Williams Dávila, y el perseguido político y dirigente de Voluntad Popular, Carlos Vecchio, quien además volvió a la palestra pública el pasado fin de semana tras asistir a las reuniones de acercamiento a un posible diálogo entre el gobierno y la oposición en República Dominicana. El primer vice presidente de la AN, el diputado por el estado Zulia Enrique Octavio Márquez, del partido Un Nuevo Tiempo (una fuerza regional zuliana), también está en la lista corta.
Márquez Pérez, de 53 años, viene de las filas de la centro izquierda. Se inició en el partido La Causa R y ya había sido diputado entre 200 y 2004, con el apoyo del ex militar golpista y actual gobernador del estado Zulia, el chavista Francisco Arias Cárdenas (también ex Causa R). Ha trabajado de cerca con otro dirigente de Un Nuevo Tiempo, el ex gobernador, ex alcalde y ex candidato presidencial Manuel Rosales, hoy otro «preso político» del chavismo. Rosales regresó a Venezuela en noviembre pasado para entregarse a las autoridades y está recluido en la sede de la policía política Sebin, en Caracas, a la espera de un juicio por manejos dolosos de recursos públicos.
Otro en la lista de usurpadores (según Maduro) es el segundo vice presidente de la Asamblea Nacional, Simón José Calzadilla. Actual diputado por el estado Aragua, Calzadilla es secretario general del Movimiento Progresista de Venezuela, que integra la MUD. Este economista larense fue militante del partido de centro izquierda Patria Para Todos, a su vez una escisión de La Causa R.
El secretario de la Asamblea Nacional para el período 2016/2017, es Roberto Marrero, un dirigente nacional del partido Voluntad Popular de Leopoldo López, de quien ha sido uno de los abogados defensores. También fue concejal por el municipio Baruta de Caracas y profesor de la Universidad Santa María. El subsecretario es Jose Luis Cartaya, ex jefe de la comisión electoral de la MUD. Politólogo, egresado de la Universidad de Los Andes, es profesor de Derechos Ciudadanos y Servicio Comunitario en la Universidad Metropolitana.
