Venezuela

Venezuela entre el “período especial” y la emergencia humanitaria

Las crisis humanitarias son producto de situaciones de emergencia en la que se ven amenazadas la vida, salud, seguridad o bienestar de las personas. En el caso venezolano la mala administración del gobierno ha llevado a los ciudadanos a una delicada situación

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TEXTO: Manuel Tovar | @mentetransfuga | FOTO: Andrea Hernández

El ascenso de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en 1998 significó un rescate para Cuba, convertido en un país en ruinas luego del llamado período especial que comenzó con la caída de la Unión Soviética y la pérdida de las ayudas provenientes de la nación comunista.

Durante ese tiempo, trágico para la isla, el hambre y desesperación llevó a miles de personas a arriesgar su vida en el mar con tal de escapar de lo que vivían, que bien puede ser calificado como una crisis humanitaria por el hambre que llevó a la gente hasta cazar gatos y pájaros para comer. En ese entonces el Producto Interno Bruto se contrajo 36%, al pasar de 31,1 millardos de dólares en 1990 a 19,8 millardos de dólares en 1993.

La situación de Cuba en el período especial no dista mucho de la que vive Venezuela en este momento. Las cifras oficiales arrojan que el PIB del país cayó 4% en 2014 y 5,7% en 2015. Además, el año pasado Venezuela volvió a tener la inflación más alta del mundo, ubicada en 180,9% y se espera que este año cierre en 700%, según el FMI.

Atrás quedaron los días de la bonanza petrolera con un barril de petróleo a más de 120 dólares. Ahora el país está repleto de deudas y con poca capacidad de respuesta lo que ha repercutido significativamente en los venezolanos y su calidad de vida.

Las crisis humanitarias son producto de situaciones de emergencia en la que se ven amenazadas la vida, salud, seguridad o bienestar de las personas que habitan un país o región. Lo que hace particular el caso venezolano es que confluyen una serie de factores, pero no los motivos más comunes, que son las guerras, los conflictos civiles que provocan éxodos masivos de población, terremotos, inundaciones, huracanes, tsunamis o epidemias.

En el caso venezolano es producto de la mala administración de los recursos, pobre planificación, escasa producción y exceso de regulaciones. Este tipo de crisis se caracterizan por que el país que las sufre no cuenta con una capacidad de respuesta suficiente para hacerle frente, por lo que requiere la recepción de ayuda humanitaria por parte de otros países donantes, tal como lo hizo Cuba de Estados Unidos durante el período especial.

Las crisis humanitarias que no reciben respuestas de parte de la comunidad internacional conllevan a las catástrofes humanitarias. En el caso venezolano han pasado seis meses desde la declaratoria de la Asamblea Nacional hecha en enero pero eso no impide que haya habido aumento de la desnutrición, amputaciones por falta de insumos, muertes de personas por falta de tratamiento y carencia de medicamentos para enfermedades crónicas.

A diario hay protestas espontáneas y de mayor o menor intensidad en el país, por la falta de alimentos y medicinas. Algunas manifestaciones han terminado en violencia, y las autoridades han hecho uso de la fuerza letal para detenerlas, lo que ha significado la muerte de venezolanos que reclamaban derechos consagrados en la Constitución y que el Estado está en obligación de proveer.

Aún es muy temprano para saber las consecuencias en el caso venezolano y como ha afectado la salud de la población y a la generación de niños y adolescentes que se está desarrollando, pero distintos sondeos señalan que 90% de los venezolanos compra menos alimentos. Venebarómetro, por ejemplo, calculaba en abril que 31% de los ciudadanos comían menos de tres veces al día y 12% dos veces o menos.

Según estudios del OVS y la ONG Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición, 75% de la dieta actual de los venezolanos se limita a carbohidratos, 40% de ellos es maíz, arroz, pasta y grasas y ya en 2015 87% de los entrevistados afirmaban que no le alcanza el dinero para la comida.

Las frutas y las hortalizas –que a diferencia de otros productos no tienen problema de abastecimiento, han aumentado más de 250% anual, según cifras oficiales– y son cada vez menos accesibles para las clases medias y bajas.

Según la Federación Nacional de Ganaderos la ingesta de carne de res se redujo 42% en relación a 2012, lo que es el consumo más bajo de esta proteína en 55 años.

Comparando a Venezuela con la isla

En Cuba entre 1990 y 1995 el aporte nutricional se redujo de 2.845 kilocalorías por día en 1989 a 1.863 kilocalorías por día en 1994, cuando el mínimo recomendado para el cuerpo humano adulto de 2.100 a 2,300 calorías. Según el estudio del doctor Manuel Franco los niños y ancianos recibieron 1.450 calorías por día. Cada cubano adulto perdió entre 5% y 25% de su peso corporal.

En la actualidad en América Latina la desnutrición infantil es de 5% según la FAO, en Venezuela la Fundación Bengoa encontró 9% de desnutrición en 2015.

La FAO que ha premiado a Venezuela por sus logros en la lucha contra el hambre se basa en cifras oficiales que reportan una disminución del hambre de 13,5% en 1992 a 5% en 2012. Pero la realidad muestra otra cosa. Los niños en las escuelas se están desmayando cuando cantan el himno por falta de desayuno.

Emergencia sanitaria

En enero la Asamblea Nacional decretó que en Venezuela había una crisis humanitaria. La medida buscaba paliar la situación con ayuda humanitaria de otros países, y exhortaba al presidente Nicolás Maduro a permitir el ingreso de medicinas de otros países, pero fue mal vista y rechazada por el Ejecutivo nacional que aseguró que la propuesta buscaba socavar la soberanía nacional y dar paso a intereses extranjeros.

En el caso venezolano naciones como Brasil, España y Estados Unidos, junto a otros del continente ofrecieron cooperar. Específicamente sobre la escasez de medicinas, el gobierno ha argumentado que las fallas son puntuales e insiste en que se debe a la mala distribución por parte de la empresa privada para intentar perjudicarlos ante la opinión pública, situación que han negado los especialistas.

El médico Cristian Pino del Instituto Autónomo Hospital Universitario de los Andes del estado Mérida, abogó, ante la Asamblea Nacional durante un derecho de palabra, en junio porque se permita la ayuda internacional.

«Los insumos médicos escasean, los equipos médicos están dañados, la infraestructura sufre un deterioro progresivo y acentuado. Infartados mueren por falta de tratamiento, amputados por falta de tracciones esqueléticas, adolescentes que llegan a las emergencias convulsionando por carencia de medicamentos, recién nacidos sépticos y sin agua, jabón y mucho menos antibióticos», declaró.

En 2014 la escasez de medicinas rondaba 70% este año la cámara farmacéutica y sectores del gremio ha dicho que está entre 90% y 95%.

Según lo reportado por la Revista de la Asociación Médica Canadiense durante el período especial en Cuba la mortalidad infantil aumentó 60% por complicaciones obstétricas comunes y  43% en la tasa de la mortalidad materna total.

En Venezuela en lo que va de año más de 250 bebés han fallecido.

Situación lamentable. También durante el mes de junio la directora de Amnistía Internacional para las Américas, Erika Guevara-Rosas, hizo un llamado y tomar medidas contra la crisis.

«Si no se pone un freno a esta situación que está en deterioro constante las condiciones lamentablemente están dadas para una conflictividad que pueda llevar a una situación lamentable», declaró.

“Si aquellos en el poder no dan un giro completo en la forma en la que están abordando esta dramática crisis, la que ya es una situación extremadamente seria se va a convertir en una pesadilla inimaginable”, agregó.

Guevara-Rosas señaló que la crisis venezolana está multiplicada por diferentes factores que afectan el ejercicio de derechos básicos y fundamentales, como la alimentación y la salud. «Que se perjudique el ejercicio de derechos económicos y sociales, agregado al grave desabastecimiento de alimentos y medicinas está generando una crisis humanitaria de grandes proporciones».

“Venezuela está en una encrucijada, frente a una grave situación que está atentando el ejercicio de derechos humanos de la mayoría de la población y que la puede llevar a profundizar esta crisis a niveles que pueden ser lamentablemente peores”, sentenció.

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