El pasado mes de octubre, el equipo de El Estímulo, estuvo visitando el sector, atendiendo el llamado de los vecinos. Tres meses más tarde volvimos y los residentes señalan que la situación se ha tornado aún más crítica.
“Aquí continúan los deslizamientos de terreno que han generado derrumbes en la vía principal, la ruptura de las tuberías de aguas blancas y el sistema de drenajes, situación que acelera los movimientos de tierra. La emergencia que se inicio en las terrazas 10 y 11 por el hundimiento de los terrenos, ya se ha comenzado a observar en otras terrazas en donde los vecinos estamos esperando por la orden de desalojo y entrega de nuevas viviendas por parte del Gobierno”, dijo una de las vecinas.
Indicaron los afectados que después de ser desalojados varios de los edificios con mayor alto riesgo, estos no fueron demolidos y volvieron a ser invadidos por familias que, alegando no tener casa propia, decidieron arriesgar su vida. “Lo más triste es que hay gran cantidad de niños allí, en las noches de escucha como cruje la tierra y de vez en cuando se escucha como explotan las paredes, junto con el grito de las personas”, resaltó otro de los afectados.
Desde la entrada de la urbanización por el sector Pablo VI, se pueden observar los desniveles de la vía, que en uno de los tramos quedó con un solo canal por el desprendimiento del terreno. Las aceras y brocales se observar fracturados, hay unos enormes huecos que abrieron para reparar el tubo matriz del agua. En los estacionamientos de los distintos edificios diariamente aparecen grietas, al igual que en los apartamentos, en los cuales ya no cierran las puertas y ventanas, por el hundimiento de las estructuras. También se han formado lagunas de aguas servidas, producto del colapso en las cañerías.
“Nosotros ya hemos colocado la denuncia, han venido las autoridades a realizar las inspecciones. Aquí vivimos familias que quedamos damnificadas por las lluvias, recibimos los apartamentos y luego nos enteramos que las empresas constructoras y las autoridades no le hicieron caso a las advertencias de los representantes de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismólogicas, Funvisis, que ya había advertido que estos terrenos eran inestables, que no se podía construir y ahora estamos nuevamente en peligro de quedar damnificados”, dijo otra de las vecinas.
Señalaron que en la urbanización no cuentan con el servicio de transporte, no hay alumbrado público, tampoco vigilancia policial; el agua llega irregularmente “y para colmo nos han colocado una planta de transferencia de basura dentro de la comunidad. Aquí estamos esperando la respuesta del ministro de Vivienda y Hábitat, Manuel Quevedo, el Gobierno tiene que hacerse responsable y darnos otra vivienda digna y segura”, señaló otro de los residentes.
