En entrevista a Unión Radio, monseñor Pérez Morales hizo referencia a la carta enviada por el Secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolín, enviada el pasado mes de diciembre, al afirmar que la misiva es «bastante significativa» y no debe ser considerada como «un saludo a la bandera».
Los puntos que se establecieron en dicho documento, que no fueron cumplidos por el Gobierno, se reprodujeron por el Episcopado venezolanos. A su juicio, la carta del cardenal Parolín «es una posición firme del Vaticano de no continuar con la mesa de diálogo que el Gobierno mantiene como una opereta».
Cree que la oposición está «entre la espada y la pared», debido a que por un lado, las autoridades gubernamentales la obliga a estar sentada en esas conversaciones, las cuales calificó de «asimétricas», mientras realiza persecuciones, junto a las instituciones como el Tribunal Supremo de Justicia, que con sus decisiones, aplaca el rango de acción del Poder Legislativo.
Dijo que seguir hablando del «diálogo» no tiene sentido, «a menos que se cumplan las condiciones y se abra un compás a las exigencias legítimas de la oposición» como el llamado a elecciones generales y la liberación de presos políticos. Agregó que el mismo no puede servir para «mantener atornillada» a una persona, sino debe generarse por el bien del país.
En ese sentido, adelantó que la Santa Sede se encuentra revisando su posición en miras a cualquier paso que tome, y que el mismo sea tomado seriamente por el Gobierno «y no para ganar tiempo».
Recalcó que la posición tradicional del Ejecutivo en torno a la Iglesia venezolana es ignorarla, aunque consideró que la oposición ha tomado lecciones que les ha dado la Conferencia Episcopal y que hayan aprendido. Insistió en que el principal problema es el proyecto de país que propone el oficialismo en el poder, por lo que ve lógico que el mismo sea puesto a un lado para que el rumbo de Venezuela pueda mejorar.
Puntualizó que la labor de la Iglesia no es entrar en «tecnicismos políticos», sino más bien en animar a que se generen cambios positivos en el país sin proponer alternativas. «Ese no es el papel de la Iglesia», remarcó. Indicó que las propuestas son necesarias para buscar un nuevo rumbo como la convocatoria a una Constituyente, apelar al Soberano, una presión por parte de la sociedad civil, aunque evitó decantarse por una opción en específico.
Sobre el último ítem, monseñor Ovidio Pérez Morales subrayó la importancia de que el liderazgo político y los venezolanos se unan, por lo que la sociedad civil debe respaldar a los dirigentes para generar propuestas y llevar a cabo acciones concretas que ayuden a localizar el cambio que exigen.
Destacó que en estas acciones se debe contar con el apoyo indiscutible de la Fuerza Armada Nacional, porque «es la que tiene el poder, las armas (…) eso no es una cuestión de marca menor». Afirmó que en Venezuela no se quiere que se imponga un gobierno militar, sino que sean los efectivos castrenses que apoyen el cambio para «restablecer la legitimidad» del país. Les hizo un llamado a que protejan a los venezolanos y evitaran «ser un grupo de choque» del oficialismo.