Se abre el paso y entre aplausos, los dirigentes opositores trazan caminos y los marchantes los siguen. Con los minutos, la movilización aumenta en tamaño. Sin embargo, muchos consideran que hay menos gente en comparación con días anteriores. “Yo creo que es por el clima. Pero la gente está animada, nadie se quiere quedarse su casa”, afirmó Gregorio Ortega, de 21 años. Cubierto su rostro con un pañuelo, apenas se distinguen sus ojos. Se denomina como ‘un guarimbero’ y ha participado en todas las protestas desde el año 2014. Piensa que las movilizaciones de este año son distintas a las de antes. “La gente se cansó. La gente quiere calle. La calle es donde tenemos que estar”, concluyó.
La marcha comienza a cruzar hacia la Avenida Francisco Fajardo. La confusión acucia: “¿A dónde vamos? ¿Para Altamira?”. El diputado Juan Requesens hace su aparición, y entre abrazos y gritos de mujeres, indica una nueva ruta. La movilización se encontrará en La Castellana para seguir por la Avenida Boyacá, en dirección a la Avenida Baralt. Explica que buscan “variar un poco las rutas”, mientras añade a viva voz: “¡Si nos cierran las puertas, nos les metemos por las ventanas!”. Un grupúsculo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) embistió con lacrimógenas en la salida de la Cota Mil La Castellana, suerte de embudo tóxico donde muchos confirmaron la agresión.
Abril, un mes que no descansó
Se cumple un mes desde el inicio de las actividades de calle organizadas por la oposición. Enfrentamientos violentos, fuertes represiones, muertes y saqueos han marcado el mes de abril. No obstante, tanto los dirigentes como los ciudadanos buscan mantenerse en la calle en su constitucional derecho a protestar. “El miedo no nos detiene, nos impulsa a seguir”, expresó Norma Flores, una mujer de 45 años. “Dejo a mi hijo solo en la casa para salir a marchar. Siempre antes de salir él me dice: ‘mami, sal y lucha por el país’”. Hay estudiantes, padres y señores mayores.
El objetivo principal es obtener un cambio para el país. “Queremos que pare la represión, la liberación de presos políticos, la apertura del canal humanitario y sobre todo, elecciones generales”, indicó George Scheer, estudiante de 22 de años y miembro del Movimiento Estudiantil. “Yo no me voy de la calle, no voy a clases, hasta que se cumplan las exigencias”, añadió Scheer. Una estudiante de 16 años, María Grazia Gibral, concuerda: “Yo quiero quedarme en el país. Quiero yo poder ver al país libre”.
Arrancan los aplausos. Con la llegada de los diputados Freddy Guevara y Juan Andrés Mejía los ánimos aumentan. Este último se dirige a la concurrencia confirmando lo que muchos esperan: se mantienen las actividades y el calendario para no languidecer en el propósito del cambio. “Hoy el pueblo entero está exigiendo que se respete la constitución. Así que, a los altos mandos del Estado, que entiendan que estamos en todo nuestro derecho. Debemos alzar nuestra voz y tomar pacíficamente Venezuela”, afirmó el diputado.
“Sigamos participando en cada una de las actividades no solo depende la dirigencia, sino de todos los venezolanos”. Asimismo, el diputado Mejía indicó que esta semana se buscará apoyar a los sectores más marginados y afectados por la represión. También apoyarán al movimiento estudiantil y a los trabajadores.
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