"Barbarie y terror" fue lo que vivieron vecinos de conjunto residencial allanado en Carabobo

Indicaron que desde horas del mediodía del citado día, un pequeño grupo de manifestantes mostraba su desacuerdo con la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) propuesta por el gobierno a las afueras del sitio. Sin embargo, después de las 4:00 PM, funcionarios policiales y efectivos militares derribaron el portón del estacionamiento e ingresaron para, posteriormente, causar los estragos.

“Yo estaba solita en mi apartamento y sería Dios que hizo que me llegaran mis hijas para acompañarme. Estaba mi nieto y me tocaron dos encapuchados, no sé si eran del Cicpc, no sé quiénes eran, pero eso fue horrible y mis hijas me halaron por la camisa para que no les abriera. Lo que vivimos ayer fue horroroso, desesperante, yo tengo 66 años y nunca había pasado algo así”, relató Blanca Zamora entre sollozos.

A otros vecinos, las balas les alcanzaron sus hogares. Dany Pimentel dijo que en su apartamento quedó el rastro de la arremetida policial y militar. “Yo vi vestigios de piedras cuando llegué a mi casa porque estaba abajo velando por mi carro. Pero cuando comencé a buscar la piedra, lo que me conseguí fue con la bala en la pared. La represión fuerte fue a partir de las 5 de la tarde”.

“Yo no bajé porque mis dos hijas estaban muy nerviosas. Le dieron golpes durísimos a la puerta pero nosotras en ningún momento abrimos, no tenían ninguna orden. Le dispararon al motor de uno de los carros nuestros, reventaron todos los vidrios y decían que lo hacían porque eso nos dolería. ¿Cómo es posible? ¡Qué irrespeto a la propiedad privada! (…) Hoy sentí impotencia y más fuerza todavía. Estoy molesta, esto no puede ser”, afirmó María Alcalá, otra de las vecinas.

Otra de las habitantes del referido conjunto residencia, que sufrió por los destrozos a su camioneta, alertó que los uniformados empezaron rompiendo los vidrios de los carros en el estacionamiento superior del conjunto residencial, pero como los residentes allí se percataron de los que sucedía y comenzaron a gritar, bajaron al estacionamiento techado y los destrozos fueron aún mayores.

“Esta terror fue horrible, una barbarie. Ahora no tengo idea de cuánto me costará reparar mi carro. Hoy me siento decepcionada, indignada y anoche decidí que me voy de Venezuela. Ahora creo que prefiero irme a comer excremento a otro país, sobre todo después de ver la saña con la que actuaron quienes deberían protegernos, pareciera que hubiera algo satánico allí, gente mala que no se mide para nada”, señaló sin querer revelar su identidad.]]>