Las barandas de hierro frente al Parque del Oeste no sirvieron de nada: no había gente que organizar en el punto de votación de la avenida Sucre de Catia. Ni la salsa ni el reggaeton, que se alternaban el turno para sonar en las grandes cornetas de la entrada, invitaban a las personas a acercarse a ejercer su derecho al voto. El Parque Alí Primera estaba más solo que de costumbre.
Tres personas chequeaban con el miembro de mesa dónde debían votar en el Liceo Miguel Antonio Caro, conformado por cuatro mesas, mientras los demás voluntarios veían el canal de noticias del Gobierno, Venezolana de Televisión. «Aquí votaron más de 2500 personas en lo que va de día. Las personas no han venido de un solo golpe, sino poco a poco», afirmó una de ellas alrededor de las 4:30 de la tarde. Aseguró que esperaban que más personas se acercaran a votar al final de la tarde. «No tenemos hora de cierre», dijo sin más.
Pocas personas revisaban sus cédulas en las listas pegadas en la fachada del Liceo Fermín Toro, en Capitolio, en el centro de Caracas. Para las cinco de la tarde, más de 6.000 personas habían votado en ese punto de la ciudad. Así lo aseguró uno de los milicianos. «Había más gente en la mañana. Ahora ya ha bajado la cosa. Si hubieras venido antes, habrías visto la cola», indicó.
Mientras tanto, dos indigentes salían del liceo luego de haber votado. «Coronamos», le dijo uno de ellos al otro, cada uno con unos envases de comida en las manos.
En la Escuela Nacional Bicentenario Republicano de San Agustín, donde todavía quedaba gente en ese momento de la tarde era en los puntos rojos, ubicados a pocos metros de la entrada. Sentados alrededor de las mesitas, las personas conversaban y pasaban el rato. «Todo ha transcurrido con normalidad», aseguró uno de ellos.
Alrededor de 7.200 personas votaron en este centro, con siete mesas habilitadas. «Estaremos aquí hasta las seis de la tarde o hasta que quede gente», dijo un funcionario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
«Pana, nosotros estamos con el proceso revolucionario. Mi compañero aquí no tiene cédula, pero sí el Carnet de la Patria. ¿Será que lo dejan votar?», pidió un joven montado en una moto, tratando de apelar a su compromiso con el chavismo para poder participar en la votación.
Por su parte, la Escuela Experimental Venezuela concentró 12 mesas electorales: cinco de esa institución, cinco del Colegio San José de Tarbes y dos mesas de la Guardería Simoncito. Eso no significó mayor número de votantes: los miembros de mesa estaban sentados, sin mucho que hacer, revisando sus teléfonos y conversando entre ellos. «Esto estaba full en la mañana. Han votado casi 70% de todos los que están registrados aquí», dijo un miliciano.
El Liceo Andrés Bello, acostumbrado a concentrar grandes colas y personas para votar, se quedó vestido y alborotado. Los únicos que quedaban a las seis de la tarde eran trabajadores de la prensa y efectivos de la GNB. En uno de los centros más grandes de Caracas, con 11 mesas electorales, habían votado casi 2500 personas para el final de la tarde, aseguró un funcionario mientras observaba a la rectora del CNE, Sandra Oblitas, quien explicaba que el proceso se había extendido hasta las siete de la noche debido a la gran afluencia de personas en las colas.
Frente al liceo, en un pared al lado de la sede del Ministerio Público, un indigente sentado en el piso observaba con tranquilidad la escena. Dijo que esperaría los resultados a pesar de no haber participado. «Prefiero ver las cosas de lejos, no me gusta participar en eso», dijo. Espera que el desenlace de las elecciones traiga cambios a la situación del país. «Hace dos meses decidí salir de mi casa y vivir en las calles. La situación es cada vez peor», aseguró sin preocupación.
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