Venezuela

FOTOS| Parques infantiles de Caracas están abandonados, sucios y deteriorados

 El Estímulo visitó nueve parques infantiles en cuatro municipios de la capital para constatar el estado de sus instalaciones. Pocos niños jugando y estructuras seriamente deterioradas son la consecuencia de la falta de planes de mantenimiento y mejoramiento de estos pequeños oasis citadinos.

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FOTOGRAFÍAS: Felipe Rotjes | El Estímulo

Grama sin podar, hojas secas sin recoger, basura regada y grafitis forman parte de la cotidianidad en los parques infantiles de las comunidades de Caracas. Estas áreas, que fueron creadas para la convivencia, esparcimiento y disfrute de las comunidades, hoy están tristes y abandonados.

Los nueve parques comunitarios visitados por El Estímulo adolecen de mantenimiento constante. Los espacios pasan años sin ningún tipo de cuidado. “Puede que le hagan un mantenimiento general pero nunca constante”, señaló Elías González, presidente de la Asociación Venezolana de Arquitectos Paisajistas.

El arquitecto destacó la carencia de ejecución de planes para la conservación como el principal responsable de su estado actual. “Hay limpiezas pero no hay planes de restitución de plantas, poda de árboles, cambio de piezas, ni pintura”.

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Un ejemplo de esto es la enorme sábana de hojas secas arropa el suelo del Parque La Paz, en El Paraíso. Fue recuperado en 2015 y desde la fecha no ha recibido mantenimiento.

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“La última vez que vinieron fue a ponerle las máquinas de ejercicio y los parquecitos. Esto hace más de un año”, dijo un vecino que estaba en un quiosco cercano al sitio trabajando zapatería.

Desgaste total

Según González, la idea de estos jardines -también llamados “parques de bolsillo”– surgió hace más de 30 años en países desarrollados por la falta de espacios disponibles para realizar grandes proyectos de espacio público.  Los instalados a las afueras de las estaciones del Metro de Caracas son frecuentados en mayor cantidad, por su proximidad al subterráneo. Tal es el caso de la estación Pérez Bonalde en Catia y La Hoyada, en la parroquia Catedral, donde el plástico de las máquinas están rotos. Si bien la experiencia, en palabras del arquitecto, ha sido exitosa, la falta de mantenimiento impide que más infantes hagan uso de las instalaciones.

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Un caso distinto ocurre en Parque Central donde miles de niños que se divirtieron por décadas frente al Museo de los Niños dejaron de bajar al parque infantil ubicado frente al Museo de los Niños. Solo queda operativo un tobogán. A diferencia de los jardines con hojas secas y basura, el concreto permanece limpio gracias a Camilo Justo y su equipo de CorpoCapital. “Pasamos a limpiar al menos dos veces al día el parquecito, pero no nos encargamos de limpiar jardinería, por eso está como está”, señaló.

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El escenario es similar en el Parque Santa Sofía, en El Cafetal y el Parque Caurimare. Ambos carecen de servicio de jardinería. En Santa Sofía solo funcionan cuatro columpios de 28, las estructuras están rotas y lo que era una mesa de ping pong, ahora solo tiene la base de concreto. En Caurimare, de nueve columpios solo funcionan cuatro. Además hay desechos en el piso porque las papeleras están abarrotadas. Los espacios quedaron para pasear mascotas.

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Promesas incumplidas, alcaldes desaparecidos

El Parque Luisa Cáceres de Arismendi, ubicado en la avenida Panteón, luce triste y desamparado hoy en día. De acuerdo con el testimonio de Julio Laya, habitante de la parroquia San José, lleva “más o menos desde 2012 invadido”.

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La alcaldía hizo el intento de “reparar y mejorar» las instalaciones, pero el plan solo se quedó en una valla. El presupuesto para la remodelación de todo el parque fue de Bs. 350.000, con un tiempo de ejecución de tres meses. No se hizo nada. En 2016, se anunció una inversión de 20 millones de bolívares, pero el proyecto no arrancó. No hay caminería, ni jardinería y mucho menos la ciclovía prometida por la alcaldía. Tampoco hay edificación para reuniones.

En la parte baja del parque vive Raúl Guerrero desde hace tres años. Se dedica a «comercializar» y «exhibir» las 24 horas del día.  Junto a sus amigos, Guerrero considera haber «rescatado» este espacio.

«Desde que llegó la junta comunal este parque se acabó. Quedó abandonado y nosotros lo hemos rescatado, le hemos dado vida», indicó Guerrero.

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Al noreste de la capital, se encuentra el Parque Sanz, en el municipio Sucre, el cual está administrado por el Consejo Comunal de El Marqués. Su representante, Javier Arroyo, lleva siete años en la gerencia. Desde afuera se observa una montaña de basura.

“Desde que José Vicente Rangel Ávalos ganó la alcaldía en diciembre, no se ha visto la limpieza por parte del nuevo personal que integra la nueva alcaldía”, denunció.

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El único parque de los nueve visitados que tiene seguridad policial y vigilancia es el Parque Caballito, en Chacao. Sin embargo, no todo es color verde en este espacio. Mary Flores, visitante del parque, denunció que la basura “no la recogen siempre”.

Yosmer Adrián llevaba un año sin ir a Caballito y, al entrar, se llevó una “sorpresa”: un pote de basura con desperdicios regados. “El parque da miedo, está sumamente deteriorado”, expresó.

“Cuando hay falta de orden, la consecuencia es la falta de uso. Cuando tengo un espacio adecuado, dado con mantenimiento, se ve que hay ocupación y control. La suma de seguridad más iluminación adecuada e inmobiliario, da como resultado la visita del público. Además se minimiza la presencia de bandas con vicios”, acotó Elías González.

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