Asimismo, Maduro suspendió de forma indefinida los vuelos hacia Curazao, Aruba y Bonaire, y anunció la revisión de relaciones con las tres islas del Caribe para impedir el ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela.
«Ante el anuncio del gobierno de Curazao de servir de centro de acopio para una supuesta ayuda humanitaria forzada hacia Venezuela hemos decidido suspender todo tipo de vuelos privados, comerciales y tráfico de embarcaciones entre Venezuela y esas islas», informó este miércoles la vicepresidente del gobierno de Maduro, Delcy Rodríguez.
Rodríguez, quien dijo que las medidas se mantendrán por tiempo indefinido, acusó a Curazao de prestarse para un show que lo único que procura y pretende es la intervención de Venezuela por lo que se acordó poner bajo revisión las relaciones con estos países.
El cierre de fronteras marítimas y aéreas se suma al anterior bloqueo con obstáculos situados en el puente de Las Tienditas, estado Táchira, fronterizo con la ciudad colombiana de Cúcuta, donde se instaló un centro de acopio de insumos procedente en su mayoría de Estados Unidos.
La ayuda humanitaria, negada por Maduro y su gabinete, forma parte de una serie de elementos que conforman una crisis histórica en el territorio nacional, donde la escasez de alimentos y medicinas, y la hiperinflación han causado estragos en cada rincón del país.
No obstante, Maduro negó la existencia de una emergencia humanitaria y denunció las sanciones y bloqueos de Estados Unidos.
Brasil abrirá otro centro en el estado fronterizo de Roraima para recibir la asistencia promovida por Guaidó, reconocido como presidente encargado por más de 50 países, luego que el legislativo declarara a Maduro como usurpador.
La Fuerza Armada, principal sostén de Maduro, se declaró en alerta para evitar una violación del territorio con el anuncio del ingreso de la ayuda humanitaria, rechazando los llamados del presidente estadounidense Donald Trump y el jefe del Parlamento para que desobedezcan las órdenes de Maduro.