Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga) afirmó que el sector no se aleja de los problemas económicos y está sobreviviendo ante las malas políticas en cuanto al campo y la elaboración de alimentos.
La batalla que enfrenta el consumidor venezolano es la del hambre. La carne y leche más económica de América Latina se encuentra en Venezuela, pero a los ciudadanos no les alcanza su sueldo para adquirirla.
Explicó que en Venezuela se llegó a consumir 20 kilos de carne per cápita, hoy en día se tiene un índice de cuatro kilos. En cuanto a la leche, Chacín explicó que se consumía 125 litros de leche por persona, el 30% era producción importada y el 70% era nacional. En la actualidad la producción es menor a tres millones y medio de litros de leche, aseveró.
Alegó que el productor en general debe recuperar su seguridad personal y jurídica para poder retomar los índices de producción nacional; con las expropiaciones se desmontó el aparato productivo del país, tierras con gran capacidad se perdieron. También, recalcó que es necesario que se establezcan mejoras a nivel económico.
Chacín hizo énfasis en que se tiene la capacidad instalada para recuperar la producción y el procesamiento de la carne y la leche, mientras que la cadena de comercialización cuenta con algunos problemas que se pueden solventar.
Según el vocero, Venezuela llegó a producir toda la carne y el 70% de la leche que se requería en el país, situación que no se manifiesta hoy en día.
Los afectados denuncian la apropiación de tierras por parte de bandas chavistas armadas. Se trata de un patrón criminal cuya complicidad involucra hasta altas autoridades de la región llanera y de Caracas. Al menos 50 fincas están actualmente en esta situación y sus dueños originales han perdido 90% del ganado, gran parte de sus tierras y algunos hasta sus casas. Es un drama regional que ilustra un problema nacional.
Armando Chacín, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), alertó sobre la gravedad del tema. Según el productor, esta situación incide directamente en la disponibilidad y el precio de los alimentos que consumen los venezolanos
En los años 90 en Venezuela se consumían 65 kg de carne per cápita. Ahora, según datos de la FAO, hay menos de 16 kg per cápita
