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Cilia Flores, el poder silencioso en Miraflores

Cilia Flores fue abogada de Chávez, pieza clave de su comando de campaña, cabeza del Legislativo genuflexo ante Miraflores, mandamás en el PSUV y ahora es Primera Dama. Callada como nunca, dicen que tiene más poder que antes, que los hilos que maneja en el palacio presidencial no son tan invisibles. Después de todo, aún puede infiltrar familiares en las distintas ramas de la administración pública

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FOTOGRAFÍAS: AP IMAGES | ARCHIVO
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Cilia Adela Flores no necesitó de Nicolás Maduro para ser una referencia dentro de las filas del chavismo, ni mucho menos en la historia de Venezuela. Oriunda de Tinaquillo, estado Cojedes, Flores llegó a Caracas a temprana edad. Pasó de vivir «en un rancho con piso de tierra» -según ha afirmado su esposo- a vivir en sectores populares de la capital venezolana: Catia y Boquerón.

Cilia-cita5“El poder de Cilia es independiente de su posición de primera dama, eso es muy importante. Por supuesto que ahora ese poder está multiplicado, pero la estructura de su poder viene de mucho antes y viene de su actuación política independiente como cuadro y factor fundamental dentro del gobierno de Chávez», dijo a El Tiempo de Colombia la analista política Collete Capriles en septiembre de este año.

Sus andanzas en la arena política comenzaron después de los hechos ocurridos el 4 de febrero de 1992, cuando -ya con título en mano que la identificaba como abogada de la Universidad Santa María con especialización en Derecho Penal y Laboral- tuvo la oportunidad de ser miembro del equipo defensor de aquellos militares que bajo la tutela de Hugo Chávez se alzaron en armas para intentar dar un golpe de Estado al entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

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Luego de fundar el Círculo Bolivariano de los Derechos Humanos -una organización cuya razón social era la construcción del poder popular-, en 1994 Cilia Flores consolidó su primer triunfo: lograr el sobreseimiento de la causa por parte del expresidente Rafael Caldera al militar alzado Hugo Rafael Chávez Frías. Con la amnistía, Flores alcanzó la confianza del líder revolucionario, fue miembro fundador del partido Movimiento V República y se sumó definitivamente a la ola política que llevó a Chávez hasta el poder en diciembre de 1998.

En el año 2000, Cilia Flores debutó en la carrera electoral ante los comicios parlamentarios y obtuvo un curul dentro de la Asamblea Nacional, cargo al que fue reelecta en 2005, y que le permitió en 2006 ser la primera mujer en llegar a la presidencia del órgano legislativo de Venezuela, luego de que Nicolás Maduro Moros, quien era presidente del Congreso en aquel momento, fue designado Ministro de Relaciones Exteriores.

Durante su presidencia en la Asamblea -cargo que ocupó hasta enero de 2011-, Cilia evito la disidencia dentro del chavismo -mayoría en el Parlamento de aquel periodo por la deserción de la oposición en 2005-, fue responsable de la expulsión de la prensa del hemiciclo y se mostró complaciente ante las decisiones del Ejecutivo.

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De aquella gestión hay una huella que persigue a la “primera combatiente” y que ella misma parece no querer borrar: el nepotismo. Según datos revelados por el sindicato de trabajadores de la Asamblea Nacional, Flores consiguió trabajo en el Congreso por lo menos a 40 familiares y amigos. “En la lista se incluyeron cuatro hermanos, dos sobrinos, dos primos y su exesposo, Walter Gavidia, padre de sus dos hijos”, reseñó el diario colombiano El Tiempo.

“Mi familia ingresó por cualidades propias. Aquí ingresó mi familia y yo me siento bien orgullosa de que sean mi familia y los defenderé en esta Asamblea Nacional como trabajadores y defenderé los concursos públicos”, afirmó en una rueda de prensa.

En 2007, Cilia Flores se unió oficialmente a las filas del Partido Socialista Unido de Venezuela, y desde el 7 de mayo de 2009 al 12 de diciembre de 2011 ocupó el cargo de 2° vicepresidenta del partido.

Cilia-cita4Una vez fuera del Parlamento, ante la muerte de Carlos Miguel Escarrá Malavé, el expresidente Chávez nombra a Cilia como Procuradora General de la Nación, según decreto N° 8.793 de la Presidencia, publicado en la Gaceta Oficial 39.855 del 2 de febrero de 2012. Pero, el 9 de diciembre de aquel año la vida de Cilia Flores daría un giro quizá no tan inesperado.

En cadena nacional Hugo Chávez Frías anunció la reaparición de células malignas en el área que desde junio de 2011 se había visto afectada por un cáncer, y debería viajar a Cuba para someterse nuevamente a una intervención quirúrgica. Chávez asomó que de presentarse una situación que lo inhabilitara del cargo, su ahora Vicepresidente Ejecutivosería el responsable de suplirlo en su ausencia. «Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir como manda la constitución el periodo, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable absoluta, total, es que en ese escenario que obligaría a convocar a elecciones presidenciales ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente», sentenció.

Cilia y Nicolás se conocieron gracias al comandante eterno cuando Maduro era su guardaespaldas y Flores su abogada. Ella estaba casada con Walter Gavidia, otro escolta de Chávez, padre de sus tres hijos. Los unió el ideal político que junto a Chávez compartían, y durante años mantuvieron una relación sin formalidad legal y sin descendencia alguna. Tras conocerse la muerte Chávez, Flores y Maduro se unieron en matrimonio -el segundo de cada uno- en julio de 2013, poco antes de que Nicolás se zambullera en una campaña electoral en busca de oficializar su presidencia por la vía electoral.

La noticia la dio a conocer el ahora presidente en sus redes sociales 24 horas después de formalizar el compromiso. “Quiero informar que en el día de ayer, 15 de julio, Cilia y yo legalizamos por las leyes de la República lo que ya existía, nos casamos”. La unión la presidió el entonces alcalde del municipio Libertador, Jorge Rodríguez. Para muchos un proceso lleno de dudas pues las leyes obligan a los contrayentes presentar actas de divorcio o constancias de soltería, notificar públicamente 15 días antes su intención de casarse, y presentar las partidas de nacimiento; siendo este último requisito de Maduro un misterio.

Pasa hasta en la familia presidencial

Con el ascenso de Nicolás Maduro Moros a la presidencia, Cilia Adela Flores se catapultó dentro de las filas del chavismo. La abogada, considerada como una de las figuras femeninas más aguerridas y con vocación de liderazgo, ahora mantiene una conducta bajo perfil ante las actuaciones de su esposo. Es raro escucharle palabra alguna. Tan solo está, hace presencia. Pero dicen que su poder palaciego es más fuerte que nunca.

Cilia-cita3A Cilia se le ve feliz y sonriente en todos los actos a los que acompaña a Nicolás. En su cuenta de la red social Twitter, la también integrante de la Asamblea Nacional Constituyente, publica constantemente los avances y ‘logros’ bajo el gobierno de su esposo. El presidente ha catalogado su matrimonio como “un mensaje muy claro de fortalecimiento de la familia venezolana”, pues de esa manera ambos construyen “patria desde el hogar”.

La retórica llevó a la especialista en derecho a estrenar en 2015 un programa llamado Con Cilia en familia por Venezolana de Televisión. Pero un episodio con la justicia internacional derrumbaría la fachada de una familia modelo: Estados Unidos apresó a dos hombres en Haití mediante agentes de la Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA por sus siglas en inglés).

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Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, ambos sobrinos de la Primera Dama, fueron detenidos y acusados de intentar traficar 800 kg de cocaína a Estados Unidos en noviembre de 2015. Dos meses después, Cilia Flores dijo que los muchachos habían sido «secuestrados en Puerto Príncipe y aseguró tener evidencias que serían publicadas en la corte del Distrito Sur de Manhattan. Más nunca habló del caso.

Dos años más tarde, un jurado decidió por unanimidad que los sobrinos de Cilia Flores eran culpables de planificar un vuelo que transportaría 800 kg de cocaína de Venezuela a Honduras, con Estados Unidos como destino final, a cambio de 20 millones de dólares. En diciembre de 2017 el juez los condenó a 18 años de cárcel sin derecho a  fianza.

Pero las irregularidades de la familia Flores con el Estado norteamericano no concluyeron en aquel juicio. La agencia The Associated Press informó en agosto del presente año que una fiscalía estadounidense investiga a la familia presidencial por “presuntamente haber beneficiado el desfalco de 1.200 millones de dólares de Petróleos de Venezuela”, reseñó el portal TalCual.

Según dos fuentes vinculadas a la investigación, el banquero Matthias Krull se declaró culpable de haber negociado con un grupo de hombres identificados como “Los Chamos” para lavar 200 millones de dólares, una cifra que podría formar parte de los recursos robados de la estatal petrolera Pdvsa. Hasta ahora las investigaciones arrojan que “Los Chamos” puede estar integrado Yoswal, Yosser y Walter Gavidia Flores, hijos de Cilia con el juez chavista Walter Gavidia, e hijastros de Maduro.

Aunque en la investigación que se lleva a cabo en Miami todavía no formaliza el vínculo de los Gavidia Flores, los fiscales y Matthias Krull se refieren a “Los Chamos” como los “hijastros” del “funcionario venezolano 2”, que las fuentes consultadas por The Associated Press afirman es Maduro.

De confirmarse que la familia presidencial estaría involucrada en el desfalco a Pdvsa, los fiscales aseguran que se trataría de una red que ha desviado millones de dólares de la petrolera hacia un inmueble de lujo en el sur de Florida. Además, los bienes de la familia serían objeto de confiscación, “así como unos 45 millones de dólares que están en cuentas del City National Bank de Nueva Jersey y en las Bahamas, Gran Bretaña y Suiza”, detalla TalCual.

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El diputado de la Asamblea Nacional Ismael León, presidente de la Comisión de Contraloría, solicitó que los hijos de Cilia Flores sean citados para comparecer ante la Comisión del Parlamento y explicar el por qué aparecen en el expediente del desfalco de 1.200 millones de dólares a Pdvsa, refirió el Diario Las Américas. Hasta ahora, la familia presidencial no se ha manifestado al respecto.

La sangre llama

Quizá el sobrino más influyente de Cilia Flores es Carlos Erik Malpica Flores, quien pasó de Administrador III en la Asamblea Nacional a Tesorero Nacional en septiembre de 2013. El año siguiente se convirtió, además, en directivo y vicepresidente de Finanzas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), miembro de la junta directiva del Bandes y, en 2015, del Fondo Simón Bolívar para la Reconstrucción, adscrito al despacho del Presidente. También fue director de Administración en el Ministerio de Relaciones Exteriores, secretario general en ese despacho y director general en la Vicepresidencia Ejecutiva, cuando Maduro encabezó todos esos ministerios.

Magaly Viña Castro, madre de la nuera de Cilia, fue presidenta del Instituto Nacional de Servicios Sociales (Inass) y máxima representante de la Gran Misión Amor Mayor en 2013. Su hija la sustituyó en ambos cargos en 2014.

Cilia-cita2Bladimir Flores, el hermano de la Primera Dama, fue nombrado en enero de 2014 como jefe del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc); mientras que su otro hermano, Giusón Fernando Flores, también ex trabajador de la AN durante la era Maduro-Flores, fue subcontralor en la Contraloría General de la República.

Otros nombres que surgen son los de Erika Albornoz Gavidia, sobrina de Cilia Flores, quien fue responsable patrimonial de la Procuraduría; Irving Molina Flores, también su sobrino, fue juez de Control de Caracas; y Numidia Rocío Flores, apareció en la nómina del Consejo Nacional Electoral.

Incluso el primer esposo de Cilia Flores se anotó en las altas esferas del poder. Fue presidente de la Fundación Negra Hipólita y de la Fundación José Félix Rivas, designado en octubre de 2013; al terminar su carrera parlametaria que inició a la par de su expareja en el año 2000.

Cilia-cita1“No se metan con Cilia”

El Gobierno de Nicolás Maduro se ha caracterizado por las constantes sanciones que los miembros de su gabinete han tenido que enfrentar. Luego de las elecciones presidenciales del 20 de mayo, Canadá -miembro del Grupo de Lima y uno de los países más críticos respecto a la gestión de Maduro- publicó una lista de funcionarios venezolanos a las que el Estado “prohíbe a las empresas canadienses del país y en el mundo a realizar negocios con alguno de los individuos sancionados”. Allí está incluida Cilia Flores.

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Asimismo, el pasado mes de septiembre el Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicó también sanciones financieras “a cinco miembros del círculo íntimo del presidente, Nicolás Maduro” por acusaciones de corrupción. La medida congela los activos que los funcionarios tengan en Estados Unidos y prohíben las transacciones financieras con personas o entidades americanas. También figura Cilia Adela Flores de Maduro.

Pero ella permaneció en silencio. No ha hablado públicamente al respecto, tampoco blandió espada alguna. Fue Maduro quien declaró: “Nunca se había visto algo así. Si ustedes quieren atacarme, atáquenme a mí, pero no se metan con Cilia, no se metan con la familia, no sean cobardes. Han sacado un decreto de sanciones contra Cilia y su único delito es ser mi esposa”.

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