Política

La MUD se adentra en el laberinto electoral chavista

"Ya no es la participación que ya la tenemos, ahora es la campaña cómo la afrontaremos", parecieran cantar en la Mesa de la Unidad. La alianza debate la narrativa que usará para la elección de gobernadores y cuáles son las garantías que sería "inaceptable" no lograr. La decisión de echarse para atrás seguirá pendiente hasta última hora

Texto: Francis Peña y Víctor Amaya | Foto: Antonio Hernández
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La película Dunkerke (2017) de Chistopher Nolan construye su historia en tres tiempos: una semana, un día, una hora. Relojes distintos para puntos de vista diferentes. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se ha visto obligada a trabajar en función a tiempos distintos y escenarios cambiantes y paralelos: inscribirse, hacer campaña y presentarse (o no) al evento electoral. Con el recuerdo caliente de las calles llenas de gente protestando durante más de cuatro meses, con un saldo trágico superior a los 120 muertos, la oposición fue convocada a postular candidatos para las elecciones de gobernadores vencidas desde 2016. El Consejo Nacional Electoral pone la música y exige bailar a su ritmo.
Un primer dilema que hizo saltar las alarmas de quienes vieron en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) un fraude, como lo denunció la propia oposición. Resultados inflados, relajación de controles, ausencia de auditorías. Las denuncias hicieron que la actuación del Consejo Nacional Electoral (CNE) se haya ensombrecido como nunca antes. Hasta la empresa proveedora de tecnología, Smartmatic, reveló inconsistencias.
En la MUD hubo debate: participar o no, como si el fantasma de 2005 rondara a la coalición. «Estábamos claros que había que participar. El debate no es ese porque renegar del voto no ha sido nuestra política. Al contrario, lo que hemos luchado es por poder votar», dice un dirigente opositor en conversación informal. Recuerda así lo dicho tantas veces por Julio Borges, y ratificado por Henrique Capriles el 15 de agosto: «El voto es nuestra arma de lucha, el gobierno quiere evitar que usemos esa herramienta».
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Y aunque haya ciertos resquemores y se asuman decisiones con prurito, la MUD inscribió candidatos. «Hubiese menos ruido al respecto si se hubiera comunicado mejor, pero salir a decirlo como hizo Henry Ramos Allup molestó a mucha gente», continúa el informante.

El dirigente blanco fue frontal: «Acción Democrática va a participar en las regionales, va a participar en las de alcaldes y después va a participar en las presidenciales. Nosotros no tenemos balas, nosotros lo que tenemos es votos (…) cuando se inscriban los candidatos, la gente va a correr a votar». Avanzada Progresista anunció lo propio y otras toldas presentaron nombres para cumplir el requisito. La MUD decidió «apartar» los puestos y continuar la discusión, a pesar de que desde el gobierno se intenten acentuar las diferencias o «inconsistencias». El exrector del CNE Vicente Díaz explica que inscribir candidaturas «no es igual a participar en el evento electoral, que dependerá de las reglas del juego y de las garantías». Pero anotarse ante el CNE permite participar de las auditorías y hacer exigencias. El diputado por Voluntad Popular Juan Andrés Mejía sostiene que «inscribirnos hace que el dilema que hasta ayer estaba de nuestro lado, pase al del gobierno. Ellos ahora se debaten si hacen o no las regionales y cómo harían la trampa». cita-MUD-5 La oposición plantea como exigencias la auditabilidad de todas las fases del proceso, la presencia de testigos en cada etapa y hasta en la sala de totalización, el uso de cuadernos de votación verificables y la activación de los centros electorales regulares. Nada de puntos de contingencia, Poliedro de Caracas, ni uso de cuadernos en blanco. Es llegar a las condiciones electorales que se tuvieron cuando las parlamentarias de 2015. “Entre lo que hemos planteado está, por ejemplo, el tema técnico, que existan garantías que antes ya habían existido. No me digas ahora que no hay tinta, papel para imprimir el acta de escrutinio o que no hay cajas, no aceptamos ningún tipo de retroceso”, apunta Mejía.
Pero eso es de cara a la institución electoral que regenta Tibisay Lucena y que, junto al resto de las rectoras que conforman su directorio, han modificado las reglas para favorecer al oficialismo como nunca antes, violando la Ley de Procesos Electorales que establece que las reglas del juego no pueden ser cambiadas hasta seis meses antes del evento electoral.
El Poder Electoral ha obviado esa disposición. Y otras tantas. La norma establece que al convocar a unas votaciones, se debe publicar el cronograma. «Debe ser simultáneo», confirma Vicente Díaz, rector del CNE entre 2006 y 2013. Pero la realidad es otra. No solo tardó mes y medio en hacerse público ese calendario, sino que ahora que los comicios fueron adelantados para octubre no se conoce ni la fecha definitiva del evento ni el cronograma adaptado. Además, las rectoras decidieron convocar solo para escoger nuevos gobernadores sin renovar los Consejos Legislativos regionales, a pesar del mandato establecido en la Ley de Regulación de Mandatos que ordena un proceso único. cita-MUD-6 La narrativa
De cara a su base electoral y, más allá, a la sociedad en general, la MUD enfrenta otro reto: diseñar un mensaje electoral en medio de una «dictadura», como la han calificado sus voceros desde hace meses.
El diputado Armando Armas, de Voluntad Popular, recuerda que en su partido se preguntaban si presentarse a las votaciones «ayuda más o menos para salir del gobierno de Nicolás Maduro». Aunque reconoce que su postura fue la de no avalar a los «ilegítimos» CNE y Asamblea Constituyente, explica que su organización decidió acudir a las inscripciones pero con una agenda de calle. «¿Qué pasa si nosotros asistiendo logramos generar un movimiento de calle tan grande que convierta las regionales en presidenciales?», lanza.
El director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas Jr, echa mano de números y mediciones para afirmar que si la MUD ejecuta una estrategia de comunicación coherente, la intención de voto aumentaría y ganaría “no menos de 18 gobernaciones”. Miguel Pizarro, de Primero Justicia, cree que la coalición no puede abandonar espacios ni renegar del voto, «pero tampoco es una lucha de vanidades, de poner pendones en los postes. Esto es una lucha de resistencia y cada resquicio que se abra hay que asumirlo como una trinchera». En la MUD además manejan estudios de opinión de empresas como Consultores 21 y More Consulting que cifran en al menos 70% el deseo de la gente de expresarse con sufragios. cita-MUD-7 Dentro del partido amarillo también hay quien hace alertas: «Tenemos el reto de controlar a los caciquitos regionales, gente que tiene desde el año pasado los afiches impresos y que andan listos para salir a ofrecer casas y mítines, como si esta fuera una elección normal y no lo es. Allí tenemos que trabajar para tener coherencia», dibuja un dirigente. Mejía cree que las campañas deben ser totalmente “de protesta”, aunque no traduce la intención. Mientras tanto, varios candidatos ya hacen recorridos de formato «tradicional» en sus regiones.
Además, se deben lograr candidaturas únicas, y superar el escollo de no contar con la tarjeta de la Unidad -que llegó a ser la más votada del país. Por una parte, el CNE impidió usarla en 7 entidades. Por el otro, y aunque la Ley de Procesos Electorales establece que se pueden hacer sustituciones de candidaturas hasta 10 días antes de la elección, decidió cerrar ese proceso el 15 de agosto. Entonces, las tarjetas no podrán ser transferidas de un postulado a otro y ni siquiera los candidatos que se retiren podrán sumar sus votos al aliado sino que serán contabilizados como nulos.
Explicó Ramos Allup el 17 de agosto que «el régimen se preparaba para una monumental trampa al arreglar desde ya la inhabilitación de la tarjeta de la MUD una vez impresa en el tarjetón para que generase muchos votos nulos», denunció. «Hace falta hacer pedagogía, y los candidatos que se retiren para lograr los consensos deberán mandar a votar directamente por el partido que use el que los represente a todos», admite una fuente de la Mesa, resguardando su identidad, que además confirma que tener varias opciones al principio sirve para que «si nos inhabilitan a uno, tenemos opción B y C». cita-MUD-1 “Si ningún candidato tiene la marca de la Unidad y cada uno corre por la cuenta de su partido, hay un impacto que puede comprometer la victoria opositora. La Unidad se tendría que olvidar de ganar en Trujillo, Guárico o Apure. Y gobernaciones de Anzoátegui o  Monagas se verían comprometidas y habría que esperar al resultado final”, elabora Félix Seijas, de la encuestadora Delphos.
Hay 87 opositores inscritos para los 23 estados del país. La MUD pensaba hacer sus primarias hacia el 15 de octubre donde no se lograran consensos. Pero las rectoras los pusieron a correr al adelantar la elección. Ahora apura el paso para lograrlas a finales de septiembre. Aunque la primera opción siguen siendo los acuerdos. Por ejemplo, Acción Democrática ofreció su respaldo a UNT para la gobernación de Zulia, a cambio de recibir apoyo para una eventual elección para la Alcaldía de Maracaibo; y Negal Morales (AD) en Miranda declinó de anotar su nombre para sumarse a la opción de Carlos Ocariz (PJ).

Los disidentes
María Corina Machado y su partido Vente Venezuela anunciaron su abandono de la MUD, que no se prestarían para avalar electoralmente a la «dictadura». A su juicio, los diputados opositores deben nombrar un nuevo CNE y armas unas elecciones «con ellos». Alianza Bravo Pueblo tampoco participará del proceso, aunque no renunció a la coalición sino que llamó a la reflexión.
Pero el politólogo Luis Salamanca no cree que participar sea postrarse. “El hecho de participar no quiere decir que el CNE no  haya cometido ilegalidades, eso no es borrado por la participación.  Ser parte de estas elecciones significa no dejar el espacio libre al adversario. Tú única fuerza es la electoral”. El exrector Díaz recuerda que «todas las elecciones han tenido marramucias, sin excepción», que se han superado cuando la participación es masiva de la gente y activa de los equipos técnicos opositores. No obstante, este caso es distinto: hay nuevos escollos. Por una parte, Pedro Carreño anuncia que ya se investigan a dirigentes como Carlos Ocariz y Luis Florido para sacarlos del juego y, por el otro, Diosdado Cabello asoma que la Constituyente pudiera emitir certificados «de buena conducta» imprescindibles. Algo que en la MUD ya califican casi en coro como «inaceptable».
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«En el fondo, ellos no se quieren contar», dijo Tomás Guanipa el 8 de agosto. Vicente Díaz ahora ratifica que el régimen «quiere poner tantos obstáculos para que la oposición diga que así no se puede participar y se retire». Por ejemplo, ya fue inhabilitado el primer aspirante ya inscrito: Luis Lippa, en Apure.

Por otra parte, Salamanca desestima la viabilidad de nombrar nuevos rectores como paso previo. Recuerda que el 21 de julio se designaron a 33 nuevos magistrados para el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ahora están perseguidos, encarcelados, exiliados, refugiados o en la clandestinidad y no en funciones. “No tiene sentido dentro de la lógica actual del poder en Venezuela porque no van a poder ejercer ni actuar. Ese órgano está soportado por la fuerza militar que está del lado del gobierno en este momento. De tal forma que si lo hace, no sería otra cosa que una cuestión simbólica”. cita-MUD-3 Aún en el Parlamento la promesa se mantiene, aunque no sea para lo inmediato. «Que sea el gobierno quien cierre las puertas y dicte órdenes de captura pero no nos podemos censurar por sus acciones. Insistimos en elegir a nuevos rectores porque tenemos que cumplir con nuestras responsabilidades. Ahora, ¿qué pasa a partir de ahí? No lo sé”, acuña Juan Andrés Mejía.

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