Cultura

Rafael Cadenas presentó su obra antológica a horas de recibir el Reina Sofía

Sencilla y a la vez "terriblemente honda". Así es la poesía del poeta venezolano Rafael Cadenas, que mañana recogerá el XXVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y que este lunes presentó en Madrid su Obra Antológica, la de un escritor que todavía no es consciente "de lo perdurable que será su palabra".

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FOTOGRAFÍA: Daniel Hernández

«Yo nunca he pensado en premios, simplemente eso ha ocurrido. Más bien me asustan», subrayó el escritor de 88 años de edad desde el Palacio Real Cadenas, cuando tuvo que recurrir a su hija para comunicarse porque su audífono ha dejado de funcionar.

El autor, nacido en 1930 en Barquisimeto, recibirá mañana en Salamanca de manos de la reina Sofía de España, ese galardón que conceden Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca y que, dotado con 42.000 euros, está considerado como el más importante de poesía en castellano.

Hoy ha presentado la edición de su antología, parte del premio, titulada «No es mi rostro», en la que el escritor ha adelantado algunos de los temas que protagonizarán su intervención de mañana tales como la «importancia» de la amistad entre España y Venezuela o los cambios en su poesía, motivados por su propia experiencia vital.

«Hay una poesía del presente, que es la que trato de escribir sin excluir desde luego lo que ha ocurrido en el pasado, porque eso sería también mutilarse. En los libros que he escrito hay pasado, hay presente y poco futuro», asegura el escritor, que ha valorado la situación actual de Venezuela.

Lo que más afecta al país es la inflación que ha «empobrecido a todos literalmente», recalca un escritor que tiene entre sus referentes a Walt Whitman.

«Él fue el símbolo de la democracia, a la que hay que defender porque está amenazada en muchos países. El totalitarismo ha sobrevivido o ha vuelto y yo creo que no hay que descuidarse en ese sentido», ha añadido el premiado.

«Más que rebelde, trato de ser consciente porque la consciencia está por encima del pensamiento. La consciencia es la que ve el pensamiento», ha subrayado Cadenas, autor del poema «Derrota», que trascendió como un icono de la Generación de los 60 y del que hoy se siente «muy lejos».

Ese poema, asegura, no lo escribió él sino «un joven de 32 años» que ahora, a los 88, piensa diferente: «Ahora la vida que me ha sido dada contradice lo que dice el poema, ha precisado el autor, convencido de que ‘la vida está en el momento presente».

A la cita acudieron Alfredo Pérez de Armiñán, presidente del Patrimonio Nacional; el Rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, y el antólogo, Juan Pablo Gómez Cova, quienes han dedicado numerosos elogios tanto al poeta como a su trayectoria.

La poesía de Cadenas, dijo Gómez Cova, es «tan sencilla y, sin embargo, tan terriblemente honda» y el poeta, «un pensador y un artesano» que rinde homenaje con sus versos la vida «tangible, simple y verdadera».

«Acaso Rafael Cadenas todavía no sea consciente de lo perdurable que será su palabra», subrayó Gómez Cova sobre la obra sobre el primer autor venezolano en recibir el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Miembro de la generación literaria del 58, Cadenas ha impregnado sus publicaciones de un profundo carácter de defensa de las libertades y los derechos humanos.

Durante los años en los que permaneció exiliado en Trinidad (1952-1957) aprendió inglés y tuvo la oportunidad de traducir y aprender de poetas anglosajones hasta alcanzar un estilo propio en el que está el sello de un ser «extraordinariamente atento al mundo exterior», como ha destacado Gómez Cova.

El presidente del Patrimonio Nacional ha ensalzado la trayectoria poética del escritor su carrera como ensayista y su labor como docente y ha subrayado su influencia sobre las generaciones de escritores iberoamericanos.

«Además de admirar la trayectoria poética de Cadenas, nos sentimos profundamente conmovidos por su posición pública, la de un intelectual que respeta y hace con su vida muestra constante de los valores que también la Universidad de salamanca pretende proteger: la dignidad, la tolerancia, la defensa de los derechos, la limitación de los abusos», apuntó el rector de la Universidad de Salamanca.

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