El texto indica que esta medida perjudica a los fanáticos que ya adquirieron tickets para el partido y que afecta la igualdad de condiciones a momento de perder el estatus de local.
Apuntan que los sucesos ocurridos el pasado 24 de noviembre fueron asumidos de manera abierta por parte del Estado argentino y que ellos se solidarizan con los eventos desencadenados pero que ellos (River Plate) no son responsables de los hechos.
«Es incomprensible que el clásico más importante del fútbol argentino no pueda desarrollarse con normalidad en el mismo país que en los días que corren se desarrolla un G20. El fútbol argentino en su conjunto y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no pueden ni deben permitirse que un puñado de violentos impidan el desarrollo del Superclásico en nuestro país»
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