Los cadáveres fueron recuperados hoy de los escombros de las instalaciones donde dormían los mineros, así como de otras tres viviendas, según la agencia oficial Xinhua.
Entre los 57 desaparecidos hay mineros y sus familias, habitantes de la zona y trabajadores de la construcción.
Los equipos de rescate aseguraron que la enorme cantidad de lodo y escombros, sumado al riesgo de un segundo corrimiento de tierras, ha dificultado la búsqueda.
La mina en la que trabajan es de vanadio (metal utilizado como catalizador) y no es la única en la zona, por lo que es frecuente que los ciudadanos se quejen de los efectos de estas instalaciones en el medioambiente.
El deslizamiento, que ocurrió en la madrugada del miércoles 12 de agosto, sepultó quince dormitorios y tres casas propiedad de la compañía Shaanxi Wuzhou.
Diez personas pudieron escapar sin ayuda mientras otras cuatro fueron sacadas de los restos de las construcciones por los equipos de rescate y llevadas al hospital.
El suceso provocó el desplazamiento de cerca de un millón de metros cúbicos de tierra, que cayeron desde una montaña cercana sobre las viviendas de los mineros.