A las 5: 32 de la tarde Maduro anunció el incremento de los precios del combustible que no se había movido desde 1998, cuando el expresidente Rafael Caldera estaba en el poder.
Por un lado, los bomberos lamentaron que ya no serán beneficiados con propinas generosas y seguirán ganando salario mínimo. Y por otro, los conductores de motos y carros lo celebraron, pero con «peros».
«Esa es una medida que se debió haber tomado hace muchos años», comentó el motero Tomás Viso en la antigua bomba Texaco de Las Mercedes. Con lo que no concuerda, aclaró, es que se le siga regalando petróleo a los cubanos. Un compañero del motorizado, Rafael González, insistió en que no tiene problema con el «ajuste», pero que con las ganancias deberían mejorar la calidad de vida: «Que la aumenten, pero ojalá tuviésemos un presidente ejemplar que garantizara el bienestar de los venezolanos con el dinero que ganarán de ahora en adelante».
El conductor de una camioneta de mucho consumo, Javier Delgado, dijo mientras le ponían gasolina que le parecía excelente la nueva medida:
«Debieron haberla puesto mucho más cara, a 10 bolívares el litro. Pero que nosotros los venezolanos veamos ese fruto que dará ese nuevo ingreso».
La ruta inició en la bomba de gasolina de Santa Eduvigis (siguió Los Chorros, Horizonte/Televén, Unicentro El Marqués, Campo Rico, Lebrún, El Llanito, El Rosal, La Texaco de Las Mercedes, la de la avenida Andrés Bello, la de La Candelaria y la del Centro San Ignacio) y terminó en la de La Castellana.
A las 6 de la tarde, la estación de Santa Eduvigis ya estaba congestionada
La cola de la gasolinera de Campo Rico, cerca del barrio Petare en el este de la capital, era incipiente; sin embargo, ya se escuchaban los cornetazos de conductores impacientes que reclamaban a los que ocupaban la avenida Francisco de Miranda en su cola
Los bomberos trabajaban apurados; cada vez que volteaban hacia atrás la velocidad a la que los carros se sumaban a la fila aumentaba
En la antigua Texaco de Las Mercedes un empleado de la PDV contaba los billetes de cinco; ahora verá más de 50 y 100 bolívares
Un conductor que se trajo al perro del apuro dejó pasar a varios motorizados antes que él porque se tardan menos en llenar su tanque
Si bien la mayoría de las estaciones de PDV estaban saturadas, había otras, como una de las dos del Centro San Ignacio, que estaban fuera de servicio
Los conductores de los autos observaban mientras un bombero llenaba el tanque de la moto
Detrás de la joven, la estación de La Castellana sobre la avenida Francisco de Miranda, vibraba con la acción de un día ocupado