Internacionales

Disgustado por la atención recibida, un hombre tirotea una clínica en Minnesota

Una persona murió y hay cuatro heridos, uno de ellos grave. El acusado es un hombre de 67 años, aparentemente adicto a los calmantes. La policía ya le seguía el rastro, porque conocía sus intenciones, pero no actuaron porque "no había indicios de que pasaría a la acción"

Publicidad
disgustado tirotea una clínica

Un hombre disgustado por la atención médica recibida, abrió fuego el martes en una clínica de Minnesota, en el norte de Estados Unidos. Mató a una persona y hay cuatro heridos. Tres de ellos están graves.

La policía logró arrestar a Gregory Ulrich, de 67 años, poco después de iniciar el tiroteo en la clínica Allina Health de la ciudad de Buffalo. Los servicios policiales ya le seguían el rastro, porque desde hace años había manifestado violentamente estar disgustado por la atención médica de la ciudad. Sin embargo, se confiaron porque «no había indicios de que pasaría a la acción», según confesó Pat Budke, jefe policial.

Pero sí pasó a la acción, a las 11 de la mañana de la fría mañana del 9 de febrero. Ahora hay un muerto y cuatro heridos que estaban dentro de esa clínica de Minnesota.

Un antiguo compañero de cuarto de Ulrich, Raymond Zandstra, dijo al periódico local Star Tribune que estaba disgustado porque los doctores no le habían recetado más calmantes para el dolor, a los que era adicto.

Imágenes de la televisión local mostraron las instalaciones de la clínica con las ventanas rotas por los disparos.

Los inspectores creen que el objetivo de Ulrich  «era específicamente este establecimiento o alguien que trabaja allí».

La policía se enteró del tiroteo por «múltiples llamadas» al 911, informando sobre el ataque de un «hombre viejo y blanco».

Todo fue planeado

Según los policías que intervinieron, citados por Star Tribune, el sospechoso habría mencionado la presencia de bombas antes de entregarse.

Un paquete fue descubierto en la entrada de la clínica. También se hallaron artefactos sospechosos en un hotel donde se alojaba Ulrich cerca de la clínica.

Una testigo llamada Tiffany dijo que acababa de estacionarse para dejar a su madre en la clínica cuando vio a dos enfermeras corriendo hacia su auto.

«Entraron y me dijeron que escucharon como once disparos en un minuto», explicó. «No vieron al tirador pero asumieron que era un tiroteo y dos minutos después vimos explotar las ventanas de la fachada y nos fuimos».

El sospechoso al parecer actuó solo. Los hechos no apuntan a terrorismo, dijo la policía.

La Allina Health se anuncia en su sitio web como un centro «familiar» que ofrece «opciones convenientes para el cuidado de la salud».

Publicidad