El Taller Neo: la historia de dos venezolanos que basaron su negocio en la basura
Gabriel Santana y Alberto Alfonzo, son los fundadores del Taller Neo, donde se dedican a transformar los desperdicios en nuevos artículos útiles para el uso cotidiano, con lo cual cuidan el ambiente y tienen ganancias económicas
Gabriel Santana y Alberto Alfonso son amigos desde niños, se conocieron en la escuela y recuerdan que desde siempre se dedicaban a planificar proyectos a partir de ideas que pudieran desarrollar juntos.
Al graduarse de bachilleres, se separaron. Alfonso se fue a estudiar Relaciones Internacionales fuera de Venezuela, mientras que Santana se graduó de Licenciado en Estudios Liberales en el país. El tiempo y la distancia, sin embargo, no fue impedimento para que estos jóvenes mantuvieran la comunicación, fortalecieran su amistad y siguieran soñando con hacer algún proyecto en conjunto.
Después de varios años, Alberto Alfonso regresó a Venezuela e inmediatamente buscó a su amigo. Ahora, adultos y profesionales, retomaron sus planes para desarrollar El Taller Neo, un proyecto que busca reinsertar en la cadena de consumo productos elaborados con material de reciclaje, que tengan un valor superior y de utilidad para los ciudadanos.
“Las personas que conocen nuestro taller, inmediatamente nos asocian con profesiones distintas a las que estudiamos, apuestan a que somos ingenieros, químicos o alguna otra área relacionada con el reciclaje. Pero no, somos dos emprendedores venezolanos que vimos una oportunidad de negocio en la transformación de desechos en artículos útiles, atractivos y que se puedan comercializar”, señaló Santana.
Desarrollando la idea
Alberto Alfonso recuerda que en las primeras reuniones de trabajo su amigo y socio le comentó que a través de internet encontró varios tutoriales de unos emprendedores que procedían a triturar tapas de plástico en una licuadora, material que posteriormente calentaban y moldeaban sobre una plancha para, de forma artesanal, convertirlos en algunos productos, entre ellos unos materos.
“La idea nos pareció muy interesante, seguimos nuestra investigación, conocimos otras experiencias, por supuesto que investigamos sobre el proceso de reciclaje, especialmente de plástico, y comenzamos nuestras prácticas en el estacionamiento de los padres de Gabriel, pues al principio no teníamos recursos para alquilar ningún espacio”, señaló Alfonso.
Sus inicios fueron con la elaboración de materos, pero en buscar de innovar también incluyeron en sus planes la creación de lentes de sol de material reciclado.
“Para poder iniciar nuestra producción buscamos en el mercado las máquinas necesarias, entre ellas una trituradora y otra para la inyección del plástico. Las trajimos desde Colombia, pero al comenzar el proceso de elaboración de los lentes se presentaron algunas fallas, por lo cual decidimos salir al mercado con los materos, que tuvieron una excelente receptividad”, dijo Santana.
Emprendimiento socialmente responsable
Gabriel y Alberto explican que la idea de negocios del Taller Neo viene asociada con el triple impacto: ambiental, social y económico.
A nivel ambiental explican que su principal objetivo es incentivar el reciclaje de desechos para convertirlos en nuevos productos útiles, que puedan devolverse a la cadena de consumo, minimizando la cantidad de basura que llega a los vertederos o que es arrojada en espacios inadecuados.
En el área social buscan crear conciencia de la necesidad de impulsar el reciclaje desde todos los sectores, desde las comunidades, empresas, centros educativos, desde donde les han solicitado charlas para conocer el proceso de la creación del Taller Neo, que aseguran puede replicarse en cualquier parte de Venezuela.
En el tema económico, los socios aseguran que este es una idea de negocios, a través de la cual se obtienen ganancias económicas necesarias para hacerlo sustentable. Además, contribuyen con otras empresas dedicadas al mundo del reciclaje con las cuales mantienen relaciones comerciales para la adquisición de materia prima.
Diversificación de los productos
Los emprendedores creen que el impacto en el mercado comenzó por la elaboración de materos, elaborados a partir del plástico reciclado que adquieren de una empresa dedicada a la recolección y clasificación de esta materia prima, que al final les resulta más económico para su negocio.
Paralelamente continúan perfeccionando el proceso de elaboración de los lentes, mientras que ya han comenzado a comercializar otros productos como tarjeteros, franelas y morrales, todos elaborados con material reciclado.
“En el caso de las franelas, es necesario señalar que es la único producto que elaboramos con material reciclado que no es venezolano. Se trata de una tecnología que traemos desde México, en donde procesan las botellas de plástico para la elaboración de los hilos necesarios para elaborar la tela, que son 50% plástico reciclado y 50% algodón reciclado”, explica Santana.
Aseguran que la prenda de vestir ha tenido una excelente acogida en el mercado y han recibido encargos de distintas empresas, que requieren de franelas para distintos eventos.
Los jóvenes sueñan en un futuro traer esta tecnología a Venezuela, la cual requiere de una importante inversión, pero que por ahora están en el mercadeo de las franelas para poder hacer crecer la demanda, demostrando que el producto es de buena calidad.
En cuanto a los morrales, utilizan las lonas de camión usadas o compran a las empresas encargadas de elaborar estos protectores para los vehículos de carga, los retazos que les quedan después de los cortes, que antes eran lanzados a la basura, pero que ahora sirven para la elaboración de estos bolsos, de una alta resistencia, durabilidad, que muestran modelos y colores a la moda actual.
Por otra parte, los tarjeteros los elaboran con pendones usados, cuyo material les donan empresas que elaboraron estos artículos de publicidad para eventos específicos, y luego los desechaban, pero que ahora vuelven al mercado de consumo con una nueva utilidad.
“Igualmente, estábamos realizando los prototipos de unos zapatos de goma, elaborados con tela reciclada y correas para lo cual utilizamos las mangueras dañadas, que son desincorporadas y eran lasque utilizan los bomberos para apagar incendios”, explicó Alfonzo.
Para la elaboración de los zapatos, han contratado una fábrica de otros emprendedores que tienen su taller de elaboración de calzados en el barrio José Félix Ribas de Petare, mientras que para la confección de los tarjeteros y morrales contactaron a una talabartero, habitante de un sector popular de la parroquia El Junquito, apoyando de esta manera a otros microempresarios.
Compartir y educar
El Taller Neo, que debe su nombre al perro de Alberto Alfonso, ha conseguido un nicho en las empresas y centros educativos, que han solicitado a sus fundadores charlas para conocer el proceso de creación del sustentable negocio. Estos conversatorios resaltan la oportunidad del reciclaje de basura como un negocio rentable, que genera riqueza económica a las personas que lo trabajan, colaborando con el cuido del medio ambiente.
“Este es un modelo de negocios que puede ser replicable en cualquier parte de Venezuela y el mundo, pero es necesario estudiar, investigar, analizar los mercados y generar productos de utilidad, de impacto, que tengan un uso práctico, continúo y que además sean buenos, bonitos y baratos”, recomienda Alfonso.
Para estos jóvenes emprendedores venezolanos se debe fomentar el cuidado del ambiente y la conciencia ecológica que debe tener cada ser humano para no dañar su entorno, cuidar el planeta y comenzar a incorporar pequeñas acciones como el uso de bolsas de tela y la reutilización y el reciclaje de muchos artículos que se tienen en casa y que para muchos la primera opción es lanzarlos a la basura.
Los interesados en más información sobre el Taller Neo, pueden ingresar a sus redes sociales.
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