Jambene: "Estoy trabajando en la música que disfruto"

“Plasmar la esencia” es la idea que se repite una y otra vez en la presentación oficial del primer álbum de Jambene. Luego de grabar numerosas colaboraciones y lanzar unos cuantos sencillos, finalmente el cantante y guitarrista paraguanero concretó su disco con Warner Music México junto a LS Records & Entertainment Corp. Y su tierra –playa y brisa-, en efecto, se siente por ahí a lo largo de los 16 temas e incluso en la imagen sugerida de la tarántula azul endémica de la península de Falcón.

Lo curioso es que este no es exactamente un álbum nuevo, aunque lo sea: “El disco en general está listo desde hace dos años”, explica Jambene.

Pero había un vacío en la lista: “Hay una canción que se llama ‘Y fue así’, que fue la última que escribí. La escribí hace un año ya. Escuché el disco y le hacía falta una canción para responder a estas que había escrito pensando en alguien más. Si te pones a ver la portada, te das cuenta de que además de la tarántula azul, que es nativa de Paraguaná, ves la silueta de una mujer. Era dándole ese toque de la mujer, que es la musa más importante. Más allá del tema a mi papá, «Dímelo Mike», la mujer está muy implicada en el disco, es la musa, es Caliope la que está más implicada…”.

«El disco»Dímelo Mike» fue lanzado el 26 de septiembre y en una semana –de acuerdo a su equipo- sumó  4 millones de reproducciones en Spotify. ¿Pero ese es el Jambene de hoy? Sí. Y no. Es los dos tiempos en simultáneo y también la base para continuar su exploración que va mucho más allá de eso que llaman “urbano”.

-¿Hacia dónde va el sonido que viene ahora, tomando en cuenta que ya debes estar montado en un nuevo disco?

-Este disco, “Dímelo Mike”, para mí es el comienzo y también es el del proceso, del aprendizaje. Ahí es donde uno trabaja con equipos, cuando entiendes cómo funciona el music business, porque una cosa es sacar un single y otra cuando preparas un disco como “Dímelo Mike” en el que hubo tantas personas involucradas, con Grammys, con premios, personas de renombre. Y aprendí mucho con este disco. Cuando lo terminé, ya tenía claro qué concepto quería hacer después con todas las canciones que he escrito hasta ahora. Tengo demasiada música nueva guardada. Quienes han escuchado mi último lanzamiento se habrán dado cuenta de que estoy en una búsqueda que me estoy tripeando demasiado, el tema se llama “Zona de laurel”, junto al cuatrista Isidro Landaeta. Nos enfocamos en las raíces ya que la música es heredada. Para mí los árabes tienen las primeras melodías…

Yo soy muy fan de la historia, de buscar de dónde vienen las cosas. Mi abuelo es cubano, mi abuela es alemana. Eso me ha arraigado a mis raíces. Y como buen paraguanero, amante de la playa.

-Hay, entonces, una búsqueda musical que no se queda en la cosa urbana…

-Sí, más allá de lo que está pasando. Lo urbano lo puedo hacer y lo disfruto también, pero parte de la esencia Jambené es que puedo cantarte un reguetón como cuando hice “Serendipia”, que se volvió un palo mundial. O de repente como cuando me fui a México y fui parte del comienzo de los corridos zumbados porque yo escuchaba eso cuando estaba con mi papá. O de repente cuando me ves con Rawayana en un reggae como es “Caney” y dices “pero qué bien le queda”. No es algo nuevo para mí, lo he disfrutado. No es que me voy a poner a inventar algo que no me guste o a lanzar tiros al aire a ver cuál es la que pega, sino sobre todo disfrutar el proceso. Siempre he sido fan de las fusiones, fan de ponerle un “toquecito” a cada cosa y estoy agradecido con la vida por las oportunidades.

-¿Compones con la guitarra?

-Sí, es mi fiel compañera. “Y fue así”, una de las canciones del disco “Dímelo, Mike” es literal yo con mi guitarra remando, pues. Tengo esa maña de que siempre lo hago con mi guitarra y cuando me toca hacer otras cosas es como que “paren los tonos y saquen la guitarra”. Me encanta, siempre he sido fan de la guitarra española. Soy fan de Django Reinhard, por ejemplo. En mi música, aunque esté haciendo un urbano o un reguetón, siempre van a encontrar una pizca de algo de eso.

-Has planteado que este disco tiene una “esencia paraguanera”, más allá de la imagen de la tarántula azul, ¿musicalmente cómo la explicas, dónde está? ¿En el toque reggae de la guitarra?

-Hay una canción que se llama “Desayunarte”, que es un reggae compuesto pensando en esa banda que me invitó a tocar por primera vez y que era una banda que fusionaba cosas como la canción “Part Time lover”, de Stevie Wonder, y la llevaba a salsa y le ponía un poquito de tango… ahí te dabas cuenta de que no hay nada más sabroso que ligar algo con una cosa que no te esperas y con buen gusto. Creo que eso fue parte de fundamental de toda esa búsqueda que comenzó Jambené en el sonido, en las tonalidades que me gusta tocar…

-¿Pero hay una sensación paraguanera de asimilación, de posesión, sobre el reggae?

-No tanto el reggae, sino esa esencia, esa frescura. Recuerda que la península es la brisa, es fluidez, es déjate llevar. Y eso tiene el disco: me dejé llevar por todas las personas con las que estaba trabajando en ese momento. Yo soy muy de dejar que las cosas se den. Y es parte de los nuevos proyectos que estoy haciendo ahorita, tiene mucho que ver eso y las cosas que quiero contar, las cosas que quiero decir. Me di cuenta de que la palabra tiene poder y que no hay nada más satisfactorio que decir una verdad.

-Los nuevos temas, entonces, van por ahí: unas letras más cuidadas, más trabajadas…

-Sí, sí… de repente no más cuidadas, pero sí con un mensaje del Jambe que fue madurando a lo largo de todos estos años. Realmente reguetón no estamos haciendo. Tengo temas y por ahí van a venir algunos porque sé que a la gente le gusta y también me encanta, pero también estoy trabajando en la música que disfruto.

-¿Qué llevó a la toma de decisión de titular el disco con la canción dedicada a tu padre?

-Eso fue bien raro porque la canción nació después. El eslogan “dímelo, Mike” nace cuando dejé de ser Benejan, que es mi apellido, para ser Jambene y pensé: cómo digo algo que la gente no sepa, pero que a la vez le esté dando ese poder a mi papá que ya no está físicamente, pero que sí está en vibra con nosotros. Y se me ocurrió el “dímelo, Mike”, porque a él le decían “El Mike”. Una vez en el Vive Latino, en México, compartiendo tarima, cuando vi que 40 mil personas gritaban “dímelo, Mike”, dije “esta era la misión”.

-Nunca fue una frase triste, entonces…

-No, es trascendental y me encanta que también hay gente que piensa que soy yo porque me llamo Miguel y me dicen “epa, Mike” y “el Mike, el Mike”, e indirectamente le están  dando esa fuerza al verdadero Mike.