El Gobernador del estado Anzoáteguí defendió la tesis oficial de que "el país ha sido víctima de una brutal guerra económica". Pero también aceptó que el control de divisas responde a una decisión política para la permanencia de la llamada "revolución bolivariana" en el poder.
El orador de orden de la sesión solemne por el día de la firma del Acta de Independencia, en la Asamblea Nacional, el profesor Aristóbulo Istúriz, destacó que el control de cambio en Venezuela «es una medida política, no económica».
A modo de chiste, el gobernador de Anzoátegui sugirió probar quitando el control de cambio:
«Si quitamos el control de cambio nos tumban. Vamos a probar (risas)».
«Hoy, estamos en plena confrontación en defensa de los intereses de nuestra Patria, de nuestro Pueblo», dijo el también vice presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela. También prometió la «suprema felicidad» con el actual gobierno, dio paseo por la historia interpretada por el marxismo, abordó la actual crisis de Grecia, y habló de una supuesta hegemonía comunicacional que atribuyó al supuesto poder de medios de comunicación.
“Estamos en una transición en materia económica, porque Chávez dejó toda una infraestructura que no hemos tenido tiempo suficiente, con tantas batallas, de profundizarla y construirla”, afirmó.
“Por eso es la guerra y esta guerra económica busca un impacto psicológico en el pueblo, no sólo en el chavismo, generando malestar. Es el arma que tienen y es el reto que tenemos los revolucionarios: enfrentar esa guerra. El camino no ha sido fácil”, insistió.
Con estas afirmaciones, Istúriz ratifica una expresión similar que expresó hace algunos meses.
También da la razón a observaciones de varios economistas quienes ya habían calificado al control de cambio como una medida política que brinda mayor poder al Estado. Entre las teorías de los especialistas, se encuentra la de Asdrúbal Oliveros, quien asegura que esta y otras medidas que buscan la «caotización» de la economía responden a una lógica política, no económica. Porque “ser eficiente en la economía es perder el poder político”.
En el foro ¿Dónde Estamos?: La implosión del modelo, que tuvo lugar en la Universidad Metropolitana en mayo, Oliveros expuso:
«El Gobierno se sostiene sobre grupos de poder y no va a entrar en conflicto con ellos quitándoles el acceso a la renta, entiéndase los dólares baratos. En la lógica del gobierno reconocer el mercado. Es decir, desmontar controles, flexibilizase con la empresa privada —que es lo que se debe hacer— se interpreta como un mecanismo de pérdida de poder de control político.”
Acerca del mismo punto, hoy José Guerra publica en su artículo de opinión que si proponen la simplificación cambiaria, saltarían «las mafias de la sobrefacturación y la mata iniciativa»
«Que si proponen ajustar el precio de la gasolina, salta la mafia del contrabando de extracción y mata la iniciativa. Y así sucesivamente con los puertos, las cabillas, el cemento y cuanto negocio fraudulento se ha podido redondear la nomenclatura del régimen», describe Guerra.
La "Ley contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares" fue presentada por Delcy Rodríguez, quien explicó que consta de cuatro capítulos y 30 artículos. Entre las prohibiciones del capítulo dos se incluyó "la constitución de organizaciones sociales o con fines políticos que se fundamenten en el fascismo" y también un apartado especial para regular redes sociales
"Consulta Popular" del proyecto de Ley que fiscaliza y regula la actividad de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Venezuela arrancó este viernes con énfasis en presunciones de que estas entidades sirven para financiar a partidos políticos opositores, reciben fondos del imperialismo, lavan dinero y son una amenaza para el sistema.
Sin incidencia en las decisiones reales, sin capacidad de dictar leyes que se vayan a ejecutar realmente y sin sentido político de la oportunidad, al menos, para estar presentes en los debates de fondo del país, esta Asamblea Nacional-2015 es una triste entelequia
