Internacionales

Cierran el aeropuerto de Kabul, la última esperanza de miles para huir de Afganistán

Cargados con pesadas maletas, familias enteras se lanzan a las pistas tratando de subir a cualquier avión que los saque del país. Por el caos, los vuelos comerciales fueron suspendidos y las tropas estadounidenses dispararon al aire. El resto de la ciudad estaba en aparente calma pero con una diferencia: no había mujeres en las calles

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aeropuerto de Kabul

La viva imagen del terror en el planeta, en este momento, es el aeropuerto de Kabul, capital de Afganistán. Allí se concentra la desesperación de miles de personas que tratan de huir del país ante la llegada de los letales talibanes.

Hoy lunes 16 de agosto se disolvió la poca esperanza que tenían de escapar. Todos los vuelos comerciales fueron suspendidos. Solo podrán salir los que gestionen aviones privados o militares. Esto solo beneficiará a extranjeros y a afganos que colaboraron con Estados Unidos.

«No habrá vuelos comerciales desde el aeropuerto Hamid Karzai para evitar saqueos. Por favor, no vengan al aeropuerto«, anunciaron las autoridades del aeropuerto de Kabul en un mensaje enviado a la prensa.

Gente en las pistas y disparos al aire

El terminal aéreo y sus alrededores han sido un verdadero caos. Los afganos, en centenares, llegaron a invadir las pistas con la esperanza de subirse a cualquier avión que les permita huir del régimen talibán.

Imágenes de video publicadas en las redes sociales muestran escenas de caos total en las pistas, con civiles peleándose por subir a las pasarelas o escaleras que conducen a los aviones.

Intentan escapar desesperadamente de Afganistán, donde los talibanes se hicieron el domingo con el poder. Hay un temor extendido que los talibanes instauren el mismo régimen fundamentalista que imperó cuando dirigieron el país entre 1996 y 2001.

aeropuerto de Kabul

Bajo la mirada de centenares de personas, los que consiguieron subir a lo alto de las escaleras, jóvenes sobre todo, intentaban luego ayudar a los demás a hacer lo mismo, y muchos de ellos se aferraban con  todas sus fuerzas a los barrotes.

Familias aterradas, con niños asustados, intentaban huir, con sus pesadas maletas.

aeropuerto de Kabul

El tumulto era tal que las tropas estadounidenses, que garantizan la seguridad en el aeropuerto, dispararon al aire para controlar a la muchedumbre, según un testigo.

«Tengo mucho miedo. Disparan al aire», dijo a la AFP este testigo, que no quiso dar su nombre, por temor a que ello comprometa sus posibilidades de dejar el país.

El Departamento de Estado dijo que tropas estadounidenses protegen el perímetro del aeropuerto. Washington envió a 6.000 militares para evacuar a unos 30.000 diplomáticos norteamericanos y a afganos que cooperaron con Estados Unidos y que temen represalias de los talibanes.

Soldados estadounidenses intentando mantener controlado el aeropuerto. Foto SHAKIB RAHMANI / AFP

La embajada de Estados Unidos en Kabul ha pedido por Twitter a sus ciudadanos que pudieran hallarse aún en el país, así como a los afganos, «no desplazarse al aeropuerto».

Miedo, el sentimiento general

Pero miles de afganos, que jamás trabajaron para los estadounidenses, y que no tienen ninguna posibilidad de obtener un visado, acudieron en masa al aeropuerto.

Horas antes, los talibanes pidieron a sus combatientes que entraran en Kabul para mantener el orden. Luego ocuparon el palacio presidencial, de donde el presidente Ashraf Ghani acababa de huir hacia otro país.

«Nos da miedo vivir en esta ciudad. E intentamos huir», relató a AFP desde el aeropuerto Ahmad Sekib, de 25 años, otro testigo que utilizó un nombre falso.

«He leído en Facebook que Canadá acepta a los solicitantes de asilo de Afganistán. Espero ser uno de ellos. Como estuve en el ejército, perdí mi trabajo. Es peligroso para mí vivir aquí, porque los talibanes me van a perseguir, sin duda», explica.

La embajada estadounidense fue totalmente evacuada hacia el aeropuerto. Los diplomáticos se mantienen al margen de los civiles afganos que intentan dejar el país por sus propios medios.

Un cartel para otros tiempos. Foto WAKIL KOHSAR / AFP

Otros videos colgados durante la noche en las redes sociales muestran a personas peleándose para entrar en un avión de carga, ya repleto.

Una ciudad sin mujeres

El resto de la capital estaba en cambio en calma, este lunes por la mañana, según AFP. Talibanes armados patrullaban las calles e instalaban puestos de control.

Sin embargo, la agencia Efe notó que no había mujeres en las calles. Casi ninguna.

«La única diferencia del Kabul de los talibanes fue que hoy la ciudad estaba casi vacía de mujeres, particularmente empleadas de oficinas y estudiantes universitarias que se quedaron en casa por temor al regreso del régimen talibán, recordado por la brutalidad de sus castigos y la opresión de las mujeres», apuntaron.

Hamida, una mujer de 40 años, fue una de las pocas que se atrevió a salir. Y lo hizo con cuidado, cubierta con un velo negro que solo dejaba ver sus ojos. Iba al hospital. «Espero que los talibanes permitan que las mujeres trabajen, asistan a la universidad y no les impongan el burka», dijo a Efe.

Los talibanes han asegurado que mantendrán los derechos alcanzados por las mujeres en las últimas dos décadas, y cuya pérdida representaría uno de los peores retrocesos para este país. Pero muchas mujeres, entre ellas artistas, políticas y activistas afganas, no se fían.

«Todavía no puedo creer que esto haya sucedido (…) Por favor, recen por nosotros. Se lo vuelvo a pedir: gente de este gran mundo, por favor, no se queden callados. Vienen a matarnos», decía entre lágrimas la cineasta afgana Sahraa Karimi, en un mensaje en vídeo.

Por su parte, el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador de los talibanes, exhortó a sus hombres a comportarse de forma disciplinada.

«Ahora es el momento de evaluar y demostrar que podemos servir a nuestro país. Y de garantizar la seguridad y el bienestar en la vida», afirmó en un video.

Las escenas de caos en el aeropuerto traen a la memoria un doloroso recuerdo para Estados Unidos, el de la caída de Saigón en Vietnam en 1975.

Pero la comparación fue descartada por el secretario de Estado, Antony Blinken, que aseguró a la CNN: «Esto no es Saigón».

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