Deporte

Venezuela y los héroes deportivos de la década

La competencia, el desarrollo físico y la estrategia de carreras largas han permitido que esta segunda década del siglo XXI muestre luces para el deporte nacional, dentro y fuera de las fronteras. Estos son algunos nombres

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En Venezuela, un país azotado por una histórica crisis originada en los desaciertos políticos del fracasado socialismo del siglo XXI, el deporte ilumina con las victorias de sus protagonistas, algunos desde territorio nacional y otros brillando en el exterior. La década que se despide encontró en varios atletas y equipos venezolanos la razón de celebración de millones de personas no necesariamente vinculadas al país de origen de los exponentes.

No fueron pocas las disciplinas, tampoco sus representantes. Venezuela, una nación rica en diversas actividades, sumó entre 2010 y 2019 capítulos dorados en el ámbito deportivo, lapso en el que varios de sus hijos pusieron en alto el tricolor nacional.

La paciencia dorada

Los Juegos Olímpicos de Londres 2012 obligaban a los fanáticos del deporte a centrar su atención en la cita más importante que concentra lo mejor de las disciplinas profesionales y amateur. En la capital inglesa, Venezuela y su delegación de 68 atletas buscaba trascender en territorio europeo.

La leyenda de Antonio Díaz creció mucho más al establecerse como el karateca con la mayor cantidad de medallas en Mundiales, con ocho

El éxito en la justa jamás ha sido el fuerte nacional. En 1968, Francisco “Morochito” Rodríguez (boxeo) aportó el primer oro en la historia de Venezuela, metal que encontró compañía en el triunfo de Arlindo Gouveia en taekwondo en Barcelona 1992; no obstante, la presea no fue reconocida en un principio por tratarse de una disciplina de exhibición.

Ese enorme lapso fue cortado por el esgrimista Rubén Limardo en Reino Unido, territorio que lo vio comandar con el florete el noble deporte de la espada. Aunque sus actuaciones fueron discretas en eventos previos, aquella tarde del 2 de agosto de 2012 supuso un antes y un después en su carrera, y también en el deporte nacional.

Rubén Limardo, Venezuela
Rubén Limardo

A pesar de que los grandes resultados también conllevan enormes responsabilidades, el nativo de Ciudad Bolívar, quien llegó a ser el número uno del ranking de espada masculina de la Federación Internacional de Esgrima, cayó cuatro años más tarde en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en ronda de 32, una sorpresa mayúscula para sus aspiraciones.

Un año antes, en 2015, fue electo diputado suplente a la Asamblea Nacional por el estado Bolívar representando al Partido Socialista Unido de Venezuela. Pero esa vida política que quería ejercer para enfocarla en potenciar el deporte en el país, quedó en nada.

En un comunicado emitido en septiembre de 2019, reveló que siempre había querido trabajar por el deporte en su entidad, “entonces de alguna u otra manera fue una oportunidad. Yo dije ‘bueno, arriesgo mi pellejo para que el deporte de Ciudad Bolívar crezca’. Pero creo que eso quedó en palabras, no se hizo nada. Pensé que eso me podía ayudar para dar un salto más adelante para ser un gran dirigente, pero no era el momento para mí porque estaba todavía muy prematuro, sin muchos conocimientos en este campo. Son experiencias que uno va aprendiendo en la vida”.

Yulimar Rojas es la referencia del salto triple femenino, una competencia en la que ha encontrado una rivalidad sana y bastante pareja con la colombiana Catherine Ibargüen

Bates indetenibles

2012 no solo tuvo en Limardo a una figura sobresaliente del deporte en Venezuela. El béisbol, la disciplina por excelencia en el territorio nacional y fábrica de incontables talentos, vio en Miguel Cabrera al hombre que completó una hazaña que solo otros 14 peloteros habían hecho en más de 100 años de Grandes Ligas.

Un año atrás, el recio toletero de los Tigres de Detroit se había quedado con el liderato de average, demostrando que no se trataba de solo un slugger. Su responsabilidad de afianzarse como el hombre fuerte en la escuadra felina se combinó con su capacidad hiteadora, virtud digna de unos pocos.

Pero lo de 2012 fue totalmente impensado y que marcó un hito visto por última vez en 1967.

El ritmo ofensivo del de Maracay fue extraordinario y con la regularidad de un bateador de élite. Sus sencillos y extrabases se mezclaban en repetidas jornadas con cuadrangulares de largo metraje, todo un espectáculo en la dinámica de un atleta que seguramente tendrá espacio en el Salón de la Fama de Cooperstown una vez decida retirarse.

La competencia esperaba como perro de presa por un traspié que jamás llegó. Salvó los jardineros Curtis Granderson y Josh Hamilton, quienes pelearon de manera muy cerrada el primer puesto en la estadística de jonrones (terminaron con 43), Cabrera fue sólido y demostró ir a una velocidad completamente distinta a la del resto de los bateadores de la Liga Americana.

Miguel Cabrera, Venezuela
Miguel Cabrera

Al terminar la ronda regular, el venezolano dejó promedio de bateo de .330 unidades, 44 cuadrangulares y 139 carreras producidas. El resultado, fácil: Jugador Más Valioso del Joven Circuito, premio que repitió un año después.

Mientras su nombre era temible para los lanzadores, poco a poco se iba formando otro fenómeno, tal vez de mayor impacto mediático, y también con origen en Venezuela. José Altuve, segunda base de los Astros de Houston, apenas transitaba por su primera zafra completa en el Big Show cuando Cabrera se adueñó de la triple corona de bateo. Pero sus labores, silenciosas para aquel entonces, hicieron un ruido ensordecedor en 2014, cuando se quedó con el primer puesto del liderato de average, también en la Americana, el cual le arrebató a Miggy.

José Altuve, Venezuela
José Altuve

Su metro y 68 centímetros de estatura fueron, de entrada, un impedimento para ser visto como un jugador con virtudes para la pelota. Esa cruz con la que cargó desde adolescente frenó el riesgo de varias franquicias; sin embargo, los siderales decidieron jugársela a favor del infielder, quien respondió con batazos importantes.

En 2016 volvió a liderar el rubro, algo que repitió en 2017, año de consagración. Entonces, el de Puerto Cabello machacó a los brazos contrarios gracias a sus 204 incogibles en 153 duelos para promediar .346 puntos desde el cajón de bateo, tope personal para él. Además, soltó 24 jonrones y remolcó 81 rayitas en el curso para ser la bujía de un cuadro que terminó coronándose en la Serie Mundial.

Una vez concluida la campaña, se ganó el MVP de la Americana en una votación donde no hubo rivales para preocuparse; sus 405 puntos fueron mucho más que los 279 que acumuló Aaron Judge, de los Yanquis de Nueva York.

José Altuve, Venezuela
José Altuve

Hoy no existen dudas de Altuve. No importa su estatura. Es una máquina de bateo que no encuentra puntos bajos en su rendimiento.

Vinotinto exitosa

A diferencia de otros deportes, el fútbol no tuvo una historia tan brillante en el pasado de Venezuela. Considerada la cenicienta de la región, la selección masculina era una victoria sencilla en el calendario de sus contrarios en cada eliminatoria. Pero hoy es una versión diferente. Los triunfos gestados en la era de Richard Páez (2001-2007) prometían nuevos y mejores resultados, números potenciados por la gestión de César Farías, mandamás entre 2007 y 2013.

En 2011, la Vinotinto dio un paso gigante en sus aspiraciones, aún latentes, de jugar su primer Mundial. El cuarto puesto en la Copa América de Argentina supuso un antes y un después en la historia del fútbol nacional, resultados acompañados por el crecimiento en eliminatorias, etapa en la que pasaron a ser un obstáculo complicado para selecciones de pequeño y mediano nivel.

Selección Vinotinto, Venezuela
La Vinotinto en la Copa América 2011

El lapso brillante que comenzó con el nuevo siglo también permitió a los jerarcas de la Federación Venezolana de Fútbol a apostar por el desarrollo de piezas de menor categoría. Así, las selecciones juveniles se convirtieron en el mayor soporte de un país que anhela escuchar su himno en un Mundial de mayores.

Sin embargo, el género femenino fue el primero en pegar con fuerza en divisiones sub 17 y sub 20. La primera elevó su nivel bajo el mando del panameño Kenneth Zseremeta, manejador que llevó a las niñas a los títulos de los campeonatos suramericanos de la categoría en 2013 y 2016. Con el boleto al Mundial del nivel, ambos se saldaron con Venezuela terminando la cita con un positivo cuarto puesto.

El hito separó del grupo a una joven con un talento aún difícil de calcular: Deyna Castellanos. La atacante llevó sus goles a cada torneo de una manera bastante particular. Su forma de mostrarse sobre el gramado no es poca cosa; de hecho, en 2017 subió al podio del premio The Best otorgado por la FIFA a Mejor Jugadora del Año, toda una hazaña para alguien que en ese momento solo tenía 18 años.

Deyna Castellanos, Venezuela
Deyna Castellanos

Con menos pegada, la sub 20 logró el subcampeonato en el suramericano de 2015, obteniendo también el pase a la fase de grupos del Mundial, evento en el que cayó en la primera ronda.

Por los hombres, el Mundial sub 20 de 2017 celebrado en Corea del Sur se tradujo como el más grande acontecimiento de la Vinotinto masculina en su historia. La plantilla encabezada por Rafael Dudamel acumuló elogios con una dinámica veloz y en donde la agilidad y técnica de varios de sus elementos, como Yeferson Soteldo o Adalberto Peñaranda, pusieron a Venezuela en instancias importantes.

Venezuela
La Vinotinto en el Mundial Sub 20 celebrado en Corea del Sur

El agónico gol de Samuel Sosa ante Uruguay en semifinales y las paradas de Wuilker Faríñez en la tanda de penales, llenaron de emoción a los fanáticos, quienes vieron a su país, de manera increíble, en la final de la Copa del Mundo. Ahí, Inglaterra se impuso por la mínima, pero la sensación de éxito que caló en los huesos de los seguidores de la Vinotinto se mantiene intacta y con ella la esperanza de que lo propio pueda verse en la categoría mayor.

Galope inmortal

El hipismo figura como uno de los deportes de mayor tradición en Venezuela, un trampolín para ejemplares, entrenadores y jinetes, quienes tienen dentro de sus fronteras a una de las principales competencias de la región, cadena de desarrollo hacia el Caribe y Estados Unidos.

El Mundial sub 20 de 2017 celebrado en Corea del Sur se tradujo como el más grande acontecimiento de la Vinotinto masculina en su historia

Con ese norte fijo, Ramón Alfredo Domínguez no hizo otra cosa que destacar. Solo pasó cuatro años sobre los ejemplares del hipódromo La Rinconada, en Caracas, antes de dar el salto hacia Florida, donde corrió en el hipódromo Hialeah a partir de 1996.

Sus victorias llegaron de manera tan veloz como la fuerza que le imprimía a los caballos sobre la pista. Entre celebraciones y reconocimientos, su nombre aparecía temporada a temporada en los primeros lugares de los jinetes con mayores ganancias del año. El de Caracas era sinónimo de éxito y con él llegaron también los reconocimientos.

Entre 2010 y 2012 se alzó con el premio Eclipse, galardón otorgado al mejor jockey del año en Estados Unidos, todos alcanzados en la recta final de su carrera. En 2013 dio el paso al costado y se bajó del caballo al sufrir un aparatoso accidente en el Aqueduct Racetrack de Nueva York; sin embargo, no había nada que discutir ni dudar sobre su gloriosa labor.

Con 4.985 triunfos en su haber, el criollo fue exaltado al Salón de la Fama del Hipismo norteamericano el 25 de abril de 2016.

Hombres de altura

El baloncesto venezolano tenía en la gesta del preolímpico de Portland (1992) una actuación enorme. Pero los años siguientes fueron de resultados discretos. Todo cambió en 2015, cuando de la mano del entrenador argentino Néstor García, el grupo criollo llegó a México para volver con un título histórico.

En territorio azteca, Venezuela hizo las labores en su grupo para meterse entre los cuatro primeros y asegurar el pase a la ronda de los mejores ocho. En la primera instancia compartió con Argentina y Canadá, junto a los locales, favoritos a coronarse gracias a sus plantillas con piezas de experiencia NBA.

Los criollos, en cambio, presentaron a un grupo más local, salvo algunos casos, dependiendo de lo que hombres vinculados a la Liga Profesional de Baloncesto pudieran hacer.

En la segunda ronda, solo el diferencial de puntos (-6) salvó a los dirigidos por García, pues habían llegado al final de la fase con la misma marca que Puerto Rico, ambos en el cuarto puesto. Ese golpe de suerte, y una defensa hermética, los guió a semifinales, donde, al menos la teoría, dictaba que no había mucho que esperar.

Pero, a veces, el destino tiene otros planes que no concuerdan con la lógica. Con cada dinámica siendo diferente según el compromiso, especialmente en etapas de eliminación directa, el equipo venezolano de baloncesto logró el boleto a los Juegos Olímpicos con un agónico triunfo por 79-78 sobre el joven Canadá; no obstante, el broche de oro llegó al titularse con una victoria por 76-71 sobre Argentina. Ambos rivales, por cierto, habían ganado a Venezuela en la fase de grupos con comodidad.

Guaros de Lara, campeones de la Liga de las Américas

Un año después, fue una divisa la afortunada en otro torneo de alta talla. Guaros de Lara, a través de una impresionante inyección económica de su propietario, Jorge Hernández, se impuso en la Liga de las Américas, el torneo de clubes más importante de la región, campeonato que volvió a sumar en 2017.

Pasos de gigante

La cita deportiva más importante de 2020 serán los Juegos Olímpicos de Tokio, donde, al momento de analizar a la delegación venezolana y sus opciones de medalla, el primer nombre que saltará a la conversación será el de Yulimar Rojas.

La oriental es la referencia del salto triple femenino, una competencia en la que ha encontrado una rivalidad sana y bastante pareja con la colombiana Catherine Ibargüen; sin embargo, el pasado reciente ha sonreído a la criolla, plata en Río 2016.

El béisbol vio en Miguel Cabrera al hombre que completó una hazaña que solo otros 14 peloteros habían hecho en más de 100 años de Grandes Ligas

Precisamente fue ese año cuando comenzó a destacar en el atletismo. Primero con el oro en el Mundial de Pista Cubierta, en Portland, donde sus piernas se despegaron del suelo por una distancia de 14.41 metros.

Pese a mejorar su marca en Brasil (14.98 metros), Ibargüen dejó un mejor registro. En 2017 volvió a consagrase, ahora en el Mundial de Atletismo de Londres, repitiendo el título en Pista Cubierta un año después.

Yulimar Rojas
Yulimar Rojas

El éxito no se ha alejado de su lado, pues recientemente en Catar se quedó con el puesto más alto del podio en el Mundial, donde dejó la vara lo suficientemente alta para que la competencia solo busca luchar por la plata: 15.37 metros.

Mientras luce como una presea segura en Tokio, otro que se abre espacio en la que podría ser su última cita como activo es Antonio Díaz. El karateca entra con facilidad en la siempre subjetiva lista de los diez mejores atletas venezolanos de la historia gracias a sus rutinas de kata que lo convirtieron en un referente a lo largo de más de 20 años de carrera.

Antonio Díaz
Antonio Díaz

Con los títulos de los Mundiales de 2012 y 2013, así como de los Juegos Mundiales de 2005 y 2013, el de Caracas aspira a un cierre de vida en la disciplina por todo lo alto. Una vez se conoció que el karate pasaba a formar parte del calendario olímpico, no existió otra meta para él que el ansiado oro, uno muy posible por su trayectoria y regularidad.

En abril de este año, la leyenda de Antonio Díaz creció mucho más al establecerse como el karateca con la mayor cantidad de medallas en Mundiales, con ocho, para obtener, y aún ostentar, el récord Guinness.

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