Investigación

Las no credenciales de Nicolás Maduro y los fueros de Diosdado Cabello

No son pocos los funcionarios que, sin preparación académica específica en las áreas que les encomiendan, asumen un cargo o tres. En estos años de chavismo, ha primado la lealtad política sobre los asuntos educativos o la experiencia. Más que la solución de los problemas graves del país, lo importante es perpetuarse en el poder a cualquier precio

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No son casos aislados, sino una tendencia: muchos de quienes han dirigido ministerios y organismos públicos no han contado con credenciales que justifiquen su nombramiento, salvo su lealtad a toda prueba. La lista empieza con el actual presidente, Nicolás Maduro, que asumió el cargo de canciller sin haber desarrollado una carrera diplomática —de hecho, hay dudas sobre su formación académica. A él se suman otros funcionarios que apenas son una muestra de esta penosa realidad: el Gobierno de Venezuela, a excepción de algunos casos, carece de expertos.

Nicolás Maduro: un sindicalista en la Presidencia

Formación

No hay información certera sobre este asunto. Se señala que llegó hasta tercer año de bachillerato, pero algunos perfiles informan que sí se graduó y que, incluso, estudió un par de años de Administración en la universidad. Su biografía oficial incluye esta frase ambigua: “Cursó estudios secundarios en el liceo José Ávalos”.

Cargos ocupados

1)  Diputado del Congreso de la República (enero-diciembre 1999)

2)  Diputado de la Asamblea Nacional Constituyente (1999-2000)

3)  Diputado de la Asamblea Nacional, en representación del Distrito Federal (2000-2005)

4)  Presidente de la Asamblea Nacional (2005-2006)

5)  Ministro de Relaciones Exteriores (2006-2012)

6)  Sexto Vicepresidente para el Área Política del Consejo de Ministros (2010)

7)  Vicepresidente de la República (2012-2013)

8)  Presidente de la República (2013- actual)

Algunas gestiones y polémicas

La lealtad política ha sido el principal motor de la carrera de Nicolás Maduro. Con el paso de los años —y sin estudios universitarios conocidos— ha escalado en posiciones de poder: hace poco más de 20 años era conductor de Metrobús y sindicalista, y ahora es Presidente de la República.

Pero, antes de eso, Maduro fue ministro de Relaciones Exteriores, un nombramiento que produjo un sinfín de críticas. De todos modos, pese a los ataques de sus detractores, se mantuvo en el cargo durante seis años —es el canciller del chavismo que ha estado más tiempo en funciones.

En ese periodo, aunque no contaba con formación académica en el área, hizo frente a retos complejos. Por ejemplo, en 2006, año en el que se estrenó en el cargo, fue retenido en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York, cuando regresaba a Venezuela después de participar en la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas. Justo en ese encuentro, el ex presidente Hugo Chávez llamó “Míster Diablo”, entre otras cosas, al entonces presidente estadounidense, George Bush. De acuerdo con declaraciones de Chávez, el incidente ocurrió porque funcionarios de Estados Unidos consideraban que Maduro había participado en actos de terrorismo el 4 de febrero de 1992, algo que fue desmentido por el mandatario.

Más allá de este percance, en los años siguientes Maduro siguió fielmente los lineamientos de Chávez. Participó en las negociaciones para el ingreso de Venezuela en el Mercosur —que finalmente se hizo oficial en 2013— y, entre otras cosas, estuvo en el cargo durante el impulso de los acuerdos bilaterales con China —en 2012 dijo que el intercambio de productos con ese país estaba en 240 mil millones de dólares y que se pensaba ampliar a 400 mil millones.

Además de eso, en 2009 acompañó a Manuel Zelaya, presidente derrocado de Honduras, a regresar a su país por la frontera, algo que en ese momento no se concretó. Maduro apoyó a Zelaya en toda la crisis e, incluso, una información publicada en el diario El Nacional reveló que también estuvo a su lado durante la gira por varios países para conseguir apoyo, en la que se usó un avión propiedad del Estado venezolano —todo este despliegue se denominó Operación Alba.

En 2010, el canciller también tuvo que hacer frente a una crisis diplomática con Colombia. Ese año, Venezuela decidió romper relaciones con su vecino, después de las acusaciones de presencia de guerrilleros colombianos en suelo venezolano. Mucho después, cuando ya era Vicepresidente, fue uno de los principales voceros autorizados para dar información sobre la salud de Chávez y, finalmente, fue el responsable de anunciar su muerte, el 5 de marzo de 2013.

Ahora, cuando ya cuenta con 2 años a cargo de la Presidencia, este funcionario tiene entre manos una crisis socioeconómica compleja, a la que se suman las secuelas de las protestas de febrero de 2014, en las que murieron alrededor de 40 personas y fueron detenidas 3.351. De acuerdo con un informe reciente de Amnistía Internacional, de ese total se presentaron cargos contra 1.404 personas y hay 25 que aún esperan por juicio.

Diosdado Cabello, el hombre del poder

Formación

Egresado de la Academia Militar de Venezuela con el grado de Subteniente. Ingeniero en Telecomunicaciones del antiguo Instituto Universitario Politécnico de las Fuerzas Armadas Nacionales

Cargos ocupados

1)  Director de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (1999-2000 y 2009-2010)

2)  Ministro de Secretaría de la Presidencia (2001-2002)

3)  Vicepresidente Ejecutivo de la República (enero-abril 2002)

4)  Presidente interino de la República (13 de abril-14 de abril 2002)

5)  Ministro de Interior y Justicia (2002-2003)

6)  Ministro de Infraestructura que, más tarde, se llamó de Obras Públicas y Vivienda (2003-2004 y 2008-2010)

7)   Gobernador del estado Miranda (2004-2008)

8)  Diputado de la Asamblea Nacional por el estado Monagas (2011-actual)

9)  Primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (2011-actual)

10) Presidente de la Asamblea Nacional (2012-actual)

Algunas gestiones y polémicas

Del poderoso Diosdado Cabello se han dicho y se dicen muchas cosas. Entre ellas, que ha estado vinculado con casos de corrupción y, más recientemente, con el Cártel de los Soles, dedicado al tráfico de droga en Venezuela. Pese a que muchas de esas acusaciones no se han terminado de comprobar —en un país sin independencia de poderes públicos—, lo cierto es que este militar se ha sabido mover con astucia en el juego del poder. Tanto así que, sin formación conocida en esa área específica, ocupó en dos oportunidades el cargo de ministro de Obras Públicas y Vivienda, anteriormente con otro nombre, en el que tuvo a disposición los recursos para grandes trabajos de infraestructura.

En 2010, mientras se encontraba al frente de este despacho, participó con Chávez en la inauguración del Metrocable de San Agustín, para el que inicialmente se presupuestaron 54 millones de dólares, pero que finalmente costó alrededor de 230 millones de dólares.

Pero Cabello no siempre tuvo de buenas a Chávez. También en 2010 recibió uno de los muchos regaños del ex presidente: Chávez lo reprendió en su programa dominical porque aún no estaba listo el tercer puente sobre el río Orinoco, que debía inaugurarse justamente ese año, y que se aplazó para 2012. En este caso, el presupuesto también creció: inicialmente se había planificado una inversión de 962 millones de dólares, pero en 2013 ya llegaba a 2,5 millardos de dólares. Y ese es apenas un ejemplo de las veces en las que el mandatario le pidió cuentas por obras inconclusas.

Ahora, más recientemente, este funcionario —leal a Chávez incluso desde antes del intento golpista de 1992—, ha estado en el centro de las críticas por sus arbitrariedades como presidente de la Asamblea Nacional. Por ejemplo, en 2014 decidió retirarle la inmunidad parlamentaria a la diputada opositora María Corina Machado, por aceptar la silla de Panamá para denunciar las violaciones a los derechos humanos ante la Organización de Estados Americanos. También movió sus hilos para sacar del juego a otros parlamentarios opositores y lograr la mayoría del oficialismo en la asamblea.

Jacqueline Faría: una ingeniera que se las ingenia

Formación

Ingeniera Hidráulica, Universidad Central de Venezuela

Cargos ocupados

1)  Presidenta de Hidrocapital (1999-2005)

2)  Ministra del Ambiente (2005-2007)

3)  Presidenta de Movilnet (2007-2009)

4)  Presidenta de la Compañía Anónima de Teléfonos de Venezuela (mayo-octubre 2009, en simultáneo con presidencia de Movilnet)

5)  Jefa de Gobierno de Distrito Capital (2009-2014)

6)  Presidenta de la Fundación Poliedro de Caracas (junio-octubre 2014)

7)  Ministra de Comunicación e Información (octubre 2014-actual)

Algunas gestiones y polémicas

Muchos caraqueños difícilmente olvidan una promesa extravagante que hizo el ex presidente Hugo Chávez en 2005. En un acto público comprometió a la ministra Jacqueline Faría para que ejecutara la limpieza del río Guaire y así, al año siguiente, invitar a nadar y a comer un sancocho a Daniel Ortega —quien en 2007 se convirtió en presidente de Nicaragua. Hay que decir que, pese a la formación de Faría en el área, no se cumplió el ofrecimiento: en 2013, el proyecto llevaba sólo 32% de avance físico, con una inversión ese año de 910,2 millones de bolívares.

También, durante su gestión como ministra del Ambiente, comenzó a ejecutarse la Misión Árbol, un proyecto con buenas intenciones pero pocos resultados. Cuando Chávez anunció la misión, en 2006, se prometió la siembra de 150.000 hectáreas en un periodo de 5 años; pero, en 2014, voceros del Gobierno aseguraron que en 8 años se habían sembrado 40.000 hectáreas. Es decir, ni siquiera la mitad de lo que se había prometido con Faría al mando del extinto ministerio —ahora reabierto con otro nombre.

Luego, durante su breve paso por la Cantv, promocionó el teléfono celular “Vergatario”. Más tarde, comenzó su labor en el controvertido cargo de Jefa de Gobierno de Distrito Capital, justo después de que el opositor Antonio Ledezma ganara la Alcaldía Metropolitana. Ahora, sin formación en el área —pero con fuertes vínculos y lealtades hacia el oficialismo—, está al frente del Ministerio de Comunicación e Información. Desde ese despacho, ha pronunciado arengas, últimamente, para que los seguidores del Gobierno firmen contra el decreto del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con el que se considera a Venezuela una amenaza.

Héctor Rodríguez: entre el deporte no lo educó

Formación

Abogado, Universidad Central de Venezuela

Cargos ocupados

1)  Asesor Jurídico de la Comisión de Deporte del Consejo Legislativo del estado Miranda (2007)

2)  Ministro del Despacho de la Presidencia (agosto 2008-diciembre 2008)

3)  Vicerrector de Asuntos Sociales y Participación Ciudadana de la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas (2009-2010)

4)  Viceministro de Políticas Estudiantiles del Ministerio de Educación Universitaria (marzo-mayo 2010)

5)  Ministro de Deporte y presidente encargado del Instituto Nacional de Deporte (junio 2010-abril 2013)

6)  Segundo Vicepresidente del Consejo de Ministros para el Área Social (2011-actual). Denominado Vicepresidente de Desarrollo Social y Revolución de las Misiones desde septiembre de 2014

7)  Ministro para la Juventud (2013-2014)

8)  Ministro de Educación (enero 2014-actual)

Algunas gestiones y polémicas

Su juventud –tiene 33 años de edad- no ha sido un obstáculo para alcanzar altos cargos gubernamentales. Más que su formación, ha primado su adhesión al proyecto oficialista: su carrera empezó el ascenso después de que en 2007 participara en el debate estudiantil, en la Asamblea Nacional, como uno de los defensores del Gobierno, a propósito de las protestas universitarias por el cierre del canal RCTV. En su paso por la UCV fue presidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Derecho y Secretario de Reivindicaciones Estudiantiles de la Federación de Centros Universitarios, durante la presidencia del opositor Stalin González.

Pese a las denuncias sobre irregularidades en la asignación de divisas para atletas —el diputado Miguel Pizarro señaló que a un piloto le otorgaron 66 millones de dólares—, la gestión de Rodríguez frente al Ministerio de Deporte tuvo sus logros. Por ejemplo, consiguió la aprobación de la Ley Orgánica de Deporte, Actividad Física y Educación Física, un proyecto que llevaba tiempo en espera y que alcanzó acuerdos en la Asamblea Nacional. En este instrumento se creó el Fondo Nacional de Deporte, para garantizar el apoyo a los atletas venezolanos.

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