Cultura

Salas vacías y documentales

Ayer se estrenó en los cines nacionales el Laberinto de lo Posible, el undécimo soldado que sale a librar la dura batalla de los Documentales vs La Taquilla, el 2015 ha significado para el cine venezolano 3 cosas: el año de más estrenos, el año de más documentales y el año de las salas vacías. ¿Qué se necesita para que los documentales le ganen la guerra a las salas vacías?

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Al llegar al mes 10 del año no puedo evitar sentirme preocupado por un par de hechos: el descenso general de la taquilla de cine venezolano, apenas unos 600 mil, y la aún más baja taquilla de los documentales, poco más de 22.000 espectadores a la fecha, la menor de los últimos 4 años, esto por sí solo no debería preocuparnos pues no tenemos tradición de ir en masa a verlos, con un par de excepciones, sin embargo al observar que el 40% de los estrenos del año son de este género, uno no puede evitar que surjan interrogantes. ¿No nos gusta pagar por documentales en el cine? ¿No nos gusta verlos? ¿No hubo documentales buenos este año?

Lo importante son los Récords

Quizás corra el riesgo de equivocarme pero al final del año, cuando el CNAC vaya a dar números, se centraran, con toda lógica por supuesto, en un número: 30. Histórico, el 2015 es el año que fueron estrenados treinta largometrajes en pantallas comerciales, sin precedentes, insólito, ¡Viva nuestro Cine! Y cómo nuestra memoria colectiva es bastante cortoplacista nos regocijaremos en alabanzas de lo geniales que somos por estar produciendo mucho cine.

El otro número histórico es el 12, y es el que vamos a estudiar un poco, doce documentales en un año, y no es que este número sea poco meritorio, hay que reconocer que hay un esfuerzo mancomunado e importante por llevar esta cantidad de documentales a la pantalla. Sin embargo veamos lo sucedido en los últimos 4 años…

En 2012 se estrenaron 3 documentales y hubo más de 177.000 espectadores, claro ese fue el año de Tiempos de Dictadura documental que planteaba un paralelismo histórico entre lo vivido en la dictadura de Pérez Jiménez y el actual gobierno, personalidades importantes de la política actual daban testimonios y lo apoyaron, en un país hiperpolitizado, resultó ser una fórmula exitosa.

En 2013 se estrenaron 3 documentales que llegaron a más de 57.000 espectadores, el caballo de batalla ese año fue El Yaque, pueblo de campeones, gente linda, windsurf, historias de superación personal y dificultades económicas y grandes premios, este relato íntimo logró ganarse el corazón de una gran audiencia.

En 2014 estrenamos 6 documentales y se vendieron más de 307.000 boletos, fue el año de Fuera del Aire, Chataing y su equipo pesan, la gente apoyó el nombre y lo que significó su salida abrupta del aire, muy a pesar de que más que un documental parecía un film de marketing, la libertad de expresión cercenada tuvo muchos dolientes. Hasta ahora tiene el récord del documental más visto en el país.

En 2015 hemos estrenado 11 documentales y van poco más de 22.000 boletos. Tí@s de John Petrizzelli, hasta la fecha es el duro, con más del 50% de la taquilla, la historia de 7 adultos mayores y su condición de homosexuales en la tercera edad logró algo de empatía, no la esperada tomando en cuenta que el proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario en la AN estaba en la palestra pública, el apoyo de la “comunidad” fue decepcionante, quizás por la crudeza con la que mostraba cuál es el futuro que le espera a mucha gente sexo diversa.

Premios no dan Taquilla

Si hay algo que es innegable en los últimos años es que nuestro cine ha demostrado estar artísticamente a nivel de los mejores del mundo, la cosecha de premios en festivales nacionales e internacionales es una lista que daría para hablar de ella un año entero, lamentablemente ningún premio, ni El Oscar, es garantía de que un film sea taquillero.

Enero comenzó con Nikkei, un documental multipremiado, que luego de 4 años recorriendo festivales y muestras llega a las salas de cine con una plétora de premios absolutamente merecidos porque es una historia hermosa, no obstante, estrenado en 10 salas de cine apenas logró alrededor de 2500 asistentes. Lamentablemente este fenómeno se repite con excelentes obras como Francisco Massiani de Manuel Guzmán o Leonardo Favio de los Hermanos Rodríguez.

Sin duda el gran fracaso de este año es Sabino Vive, de Carlos Azpúrua, que retrata a través de una historia particular la lucha de las comunidades Yukpa en la Sierra de Perijá en Zulia, que si bien es un tema de relativa importancia, se realizó una apuesta demasiado grande al estrenar en 36 pantallas, logrando apenas un promedio de 13 personas por función en sus escasas 3 semanas, ya que debido al PELVEN  (Promedio de las Películas Venezolanas calculado por sala) tuvo que ser removido de las pantallas.

Razones para una baja Taquilla

La inflación: Le ha dado duro al bolsillo del venezolano y ha hecho que la boletería, combos y chucherías se incrementen, no es que la ida al cine sea cara, es que la vida en este país lo es cada día.

La inseguridad: ¿Recuerdan las funciones de Medianoche? Sí, en otro tiempo las funciones nocturnas eran bastante concurridas, hoy en día la función de las 9 pm es la última y no precisamente la más concurrida, el tema de guardarse temprano en un país con altos índices de violencia no es para tomarlo a la ligera.

La exhibición: El estado de las salas, las condiciones físicas de la infraestructura, las butacas malas, el aire que no funciona, las máquinas de boletos que están fuera de servicio, todo eso suma y se ha vuelto bastante común, pero piense, si usted no puede encontrar ni cauchos para su vehículo imagínese lo difícil que debe ser un repuesto para un proyector.

El cine extranjero: Esta es la razón favorita de los radicales, pero es cierto, si en una sala está Star Wars y en la otra la biografía de un cantante local que estas generaciones no conocen, ¿en qué gastas tu dinero? ¿Es culpa de la oferta de Hollywood? El detalle es que los ingresos de FONPROCINE, que es  de donde se financian los proyectos e iniciativas  de cine nacional, provienen en su mayoría de las películas extranjeras.

El mercadeo: Una razón de peso para ir al cine es cómo se mercadea una película, que hayas oído hablar de ella, que la veas en vallas, que la escuches en radio, que veas el afiche, que la sigas en redes sociales, que los avances te enganchen. Lamentablemente, tenemos unos pésimos avances de nuestro films, suelen ser hechos por los directores, quienes muchas veces no entienden cómo llegarle a la audiencia y a veces tampoco tienen claro cuál es esa audiencia. El mercadeo en otras latitudes es una parte integral del presupuesto desde el inicio de la producción, no es algo que se haga después que se termine la pieza. Ningún documental este año ha logrado ser tendencia en Twitter o alguna otra red social. Quizás lo logre Vamos la pieza sobre Maickel Melamed.

La oferta: Quizás una de las principales razones, este año hay demasiadas producciones poco reconocibles, sin ese elemento que enganche, sin un nombre o tema que haga peso o genere empatía con una gran audiencia. La oferta documental este año tiene muchas producciones dirigidas a las minorías, las cuales por lógica no hacen gran peso en boletería.

Alternativas

Sé que muchos cineastas pensarán que el éxito de su obra no puede evaluarse por la taquilla, y eso es cierto, pero solo en parte. Cuando se decide estrenar en salas de cine comercial la taquilla es importante porque supone el retorno de una inversión realizada tanto por productores como distribuidores y exhibidores, cada boleto comprado representa el esfuerzo mancomunado de todo un grupo de personas que luchó porque esa película pudiera llegar al consumidor final, el público, juez y verdugo de cada film.

Ya que el fracaso de los documentales en taquilla es un hecho, ¿No sería sensato buscar alternativas? Considero poco necesario llevar un porcentaje tan elevado a las salas de cine, especialmente un género que tiene poco enganche con el público, acá y en casi cualquier lugar del planeta.

Para el cineasta suena seductor realizar estrenos con el mayor número de copias posibles, pero recuerdo que Carlos Malavé una vez dijo que él no quería más de cierto número de copias ni que se las regalen, ya hemos visto que esto poco o nulo efecto en la audiencia, es más inteligente realizar un cuidadoso plan de exhibición y escoger ciertas salas donde se proyecten obras de interés artístico cultural, así tendrán mayor receptividad.

Particularmente soy adicto a los documentales, pero en televisión, paso horas y horas en Nat Geo, History Channel, Discovery y Film&Arts. Es mejor y más rentable lograr tratos de distribución con canales que puedan estar interesados en el tema o servicios como Netflix o Crackle, donde he podido disfrutar una importante cantidad de documentales venezolanos de hace más de una década y donde las ganancias pueden ser muchísimo mayores que las de la taquilla. Para reflexionar un poco.

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