Cultura

Kelly Gordon: “Venezuela era líder en videoarte y medios mixtos”

 En el mes de abril, Venezuela recibió la visita de la renombrada curadora de arte, imagen movimiento y medios mixtos Kelly Gordon. Además de dictar un taller y participar en dos charlas entre Caracas y Maracaibo, Gordon habla sobre su experiencia con Venezuela y los medios mixtos. Explica también cómo son los mecanismos y las formas en que se trabajan las imágenes en movimiento dentro del contexto expositivo, comercial y tecnológico.

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FOTOGRAFÍA: ALEJANDRO CREMADES

En un panorama en el cual, a pesar de todas las vicisitudes actuales, el arte venezolano aún proyecta solapadamente sus brillantes espasmos, Kelly Gordon, curadora de arte visual en movimiento y medios mixtos de lugares como el Hirshorn Smithsonian de Washington, visitó nuestro país. Una llegada inusual en los tiempos que corren. Surge la pregunta: ¿qué tanto puede esperar alguien como Gordon de un país otrora poseedor en su frente de los laureles del arte contemporáneo y, en este caso, del video arte? Se trata de una época dorada que la estadounidense incluso conoce de lejana vista.  Aún pervive la idea de que Caracas mantenía un alto rango de creaciones, artistas, colecciones y exposiciones de trabajos audiovisuales e imágenes en movimiento característicos de su “modernidad pasada”. Y quizá lo sigue estando.

La visita fue auspiciada por Backroom Caracas, uno de los bastiones locales exclusivos y profundos del arte y la intelectualidad. Dentro de la agenda del programa Global Visions: arte e imagen en movimiento en la escena internacional, Kelly Gordon tomó parte en varios conversatorios.

La curadora afirma que “no hay razones para pensar que en Venezuela no están pasando cosas en materia fílmica o video. Y para eso estoy aquí. Venezuela era un líder en video arte”. También estuvo aquí para aproximar al público a las nuevas tendencias del área visual artística en movimiento con los talleres y charlas Best of Best, en la Hacienda la Trinidad, el pasado 14 de Abril y Best of Now, en el Centro de Arte Los Galpones y otra charla en Maracaibo en el marco de la exposición Focus: Jonathan Moghan.

Pero más allá de hablar del panorama venezolano, Kelly Gordon se aproxima a una visión personal de los medios mixtos en el mundo. “Las imágenes en movimiento pueden ser esculpidas. La gente percibe un lenguaje cinematográfico. La gente busca una y otra vez una lectura del tiempo en un trabajo artístico fílmico que se percibe más en atención que en una pintura, por ejemplo.”
 
 -¿Cómo se puede entender el tiempo como una forma de arte en el sentido en que todo tiene un “comienzo y un fin»?
 
-Interesante pregunta. Una vez hice una exposición que se llamaban “Días de tiempo interminable” (“Days of endless time”). Me di cuenta de cierta tendencia internacional de artistas realizando trabajos que se remontaban al sentido romántico del tiempo en el Siglo XIX. Algo, en cierto modo, “suspendido”. Cosas que fueron y sucedieron hace mucho y muy lejos. Cosas que evocaban una sensibilidad que ya no tenemos. Pero para mi lo curioso es que recurrían a la alta tecnología para llevar a cabo todo eso y que estaban buscando una reconexión con la humanidad and con cosas pasadas como romanticismo, surrealismo, etc. En ese aspecto, cuando veo estas imágenes en movimiento, me doy cuenta de que el artista trata, en cierta manera, de esculpir el tiempo.

Cuando comencé en curaduría yo estaba reacia a mostrar algo que durase más de tres o cinco minutos. Pero ahora mostramos trabajos más largos en los museos y en las galerías.  Y hay dos razones; una es que se ha convertido en un lenguaje que la gente entiende cada vez más. Incluso más que el arte abstracto; la otra es que la gente capta el lenguaje cinematográfico. Las personas buscan primero el valor estético. Pero cuando se detienen a observar, lo hacen una y otra vez. Cuando van por la segunda o la tercera vez, seguramente están buscando técnicas e ideas. Entonces la pieza en cuestión cobra el valor de ser una lectura de las diferentes cosas que pueden percibir.

AFTERIMAGE from Filmmaterial on Vimeo.

Yo siempre molesto a mis colegas que trabajan con pintura y escultura preguntándoles  que por cuánto tiempo se queda alguien mirando una obra en el museo. Porque ahora la imagen en movimiento en materia expositiva resulta cómoda. No fue así siempre. Antes era: “oh, no. Videoarte”. Ahora la imagen en movimiento debe estar usualmente presente en cualquier galería o museo de arte contemporáneo, si es que se quiere llamar “contemporáneo”.


En relación al asunto de la galería y el merchandise y el copyright ¿Cómo se mueven los medios mixtos ahora?
 
-Todo ha cambiado mucho desde que incursioné en el asunto. Antes las galerías eran de personas apasionadas e intelectuales, preocupadas en cultivar al artista para ayudarlo y guiarlo a desenvolver su carrera. Ahora – y especialmente en pintura y escultura – hay cierta sensación de que el artista que se recién gradúa de las escuelas de arte apenas sale vende un cuadro por un millón de dólares. Para bien o para mal, la mayor parte de los artistas que trabajan arte en movimiento no logra esos ingreso a pesar de que hacer videos y arte en movimiento es bastante caro. Se vende de manera editada, así como las fotografías o las serigrafías. Usualmente son seis o diez ediciones más la prueba de autor. La primera edición se vende por el menor precio.

 
De alguna manera pienso que se preserva cierta integridad.  Además, para realizar arte en movimiento, un trabajo puede tardarse un año o año y medio, incluso más. La pintura y la escultura toma menos tiempo. Recuerdo que en mis comienzos los pintores cuidaban mucho sus ediciones a la hora de realizar sus cuadros. Ahora está esta manera de “apresúrate que está fresco todavía y mételo en el mercado”.

-¿Y el acceso que pueda tener alguien al arte audiovisual en cualquier momento? Por ejemplo, Internet, la tecnología, la cosa pública…
 
-Una de las cosas que me parece fantástica, por ejemplo es que, mientras pintura y escultura necesitan costosos empaques y traslados para recorrer el mundo, nuestro medio viene dentro de flash drives, o en descargas. Sí Puede haber cosas online. Pero algunas cosas necesitan espacio, su propósito puede ser rodear al espectador, o ser proyectado en larga escala dependiendo de cómo sea el trabajo. Una de mis piezas favoritas es algo diminuto. ¡No funciona realmente online! Fue concebido para incrustarse en el suelo. A pesar de ser pequeña, puedes caminar, escuchar, rodear o encontrarte con algo que sencillamente te está gritando. Estos trabajos requieren de ese entorno.

Travel installed at Gallery Yvon Lambert, Paris, 2013 from Claerbout Studio on Vimeo.

Por otro lado, para enumerar las cosas maravillosas de la tecnología es que, más que nunca antes, se puede llevar la larga escala a niveles impresionantes. La tecnología facilita las cosas, las mejora y además, abarata los costos. Por ejemplo,  hasta hace dos años para llevar a cabo un trabajo de larga escala se necesitaba necesariamente la oscuridad. Estuve en un proyecto en el que tuve que hacer lobby para poder apagar todas las luces de una calle . Ahora es tal la innovación que puedes proyectar cualquier cosa en larga escala a la luz del día.

También me encanta que este medio artístico se puede mover alrededor con los dispositivos actuales. Los artista van por ahí diciendo “acabo de terminar esto ¿qué te parece?” o “no he hecho la edición final, pero dime si te gusta” e incluso ‘¡me acabo de robar esto de una galería!” Ese sentido rebelde y pirata es una de las cosas que adoro de este ambiente artístico.

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