Cultura

La vida queda sin cronista tras la muerte de Leonard Cohen

Leonard Cohen, el cantautor canadiense de voz áspera que combinó perfectamente la espiritualidad y la sexualidad en éxitos como "Hallelujah", "Suzanne" y "Bird on a Wire", falleció. Tenía 82 años.

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FOTOGRAFÍA: JOEL SAGET | AFP

El sello de Cohen confirmó su muerte el jueves en un comunicado publicado en su página de Facebook. Dijo que un homenaje se realizaría en Los Ángeles más adelante pero no proporcionó detalles sobre el deceso.

Cohen, también un renombrado poeta, novelista y aspirante a monje, le dio a la música folk un tono más oscuro y sexual que despertó admiración alrededor del mundo y entre músicos como Bob Dylan y el grupo R.E.M.

Se mantuvo popular como un octogenario, saliendo de gira tan recientemente como a principios de este año y lanzando un nuevo álbum el mes pasado,

Su canción «Hallelujah» se convirtió en un éxito de culto cuando fue interpretada por el músico Jeff Buckley en 1994, y se ha convertido en un clásico moderno desde entonces. Incontables versiones pueden escucharse en YouTube, reality shows y conciertos de coros de escuela.

Cohen, quien una vez dijo que se metió en la música porque no podía ganarse la vida como poeta, adquirió prominencia durante el resurgimiento de la música folk en los 60. Durante esos años, recorrió el circuito folk con artistas como Bob Dylan, Joni Mitchell y Joan Baez, que cambiaron la música popular de una dependiente de letras pop ligeras a una con mensajes profundamente personales.

Su contemporáneo Kris Kristofferson una vez dijo que quería que las primeras líneas de la canción de Cohen «Bird on a Wire» sean grabadas en la lápida de su tumba.

Serían un perfecto epitafio para el mismo Cohen: «Como un pájaro sobre un cable, como un borracho en un coro de medianoche, he intentado a mi manera ser libre».

Cohen nunca parecía muy cómodo en el escenario, sin embargo, y se lo atribuía a que era el más viejo del grupo. «Tenía al menos 10 años más que el resto de ellos», dijo a Magazine, un suplemento del periódico español El Mundo, en el 2001.

Judy Collins, quien se apuntó un éxito con el tema de Cohen «Suzanne», recordó una vez que él era tan tímido que se retiró a la mitad de su primera actuación pública y ella tuvo que convencerlo que volviera al escenario.

Al igual que Dylan, no tenía una voz pulida pero sonaba con emoción, y con la edad su grave barítono adquirió aún más poder. En 1992, ganó el premio Juno al vocalista del año, el equivalente canadiense de un Grammy. Aunque nunca obtuvo un Grammy, Cohen recibió numerosos reconocimientos, incluyendo ser nombrado un compañero de la Orden de Canadá en 1991, el honor más importante otorgado a un civil por su nación. En el 2016, Dylan dijo a The New Yorker que la mejor obra de Cohen era «profunda y veraz», «multidimensional» y «sorpresivamente melódica».

«Cuando la gente habla de Leonard, no mencionan sus melodías, que para mí, junto con sus letras, son su mayor genio», dijo Dylan. «Incluso las líneas de contrapunto — le dan un carácter celestial y una altura melódica a cada una de sus canciones. Hasta donde yo sé, nadie se acerca a esto en la música moderna».

Cuando Cohen fue incorporado al Salón de la Fama del Rock and Roll en el 2008, le dijo a la audiencia: «Esta es una ocasión muy inusual para mí. No es una distinción que codiciaba o que siquiera me atreví a soñar».

En canciones como «Sisters of Mercy», Cohen unió simbolismos románticos con una orquestación minimalista para producir música que resonaba con la autenticidad del folk tradicional. Muchas eran oscuras, con humor negro y comentario social sarcástico.

«Destruye otro feto ahora, no nos gustan los niños de todos modos», es una de las líneas de su tema «The Future».

Cuando se le preguntó una vez si era un pesimista, respondió con su típico humor negro.

«No me considero para nada un pesimista», dijo al London Daily Telegraph en 1993. «Para mí un pesimista es una persona que está esperando que llueva. Yo me siento completamente empapado».

Cohen sufrió de depresión a lo largo de su vida, lo que a veces intentó mitigar con drogas y alcohol.

Cuando dio su primer concierto en Estados Unidos en 15 años a principios del 2009, el músico de entonces 74 años recibió incontables ovaciones de pie en un abarrotado Teatro Beacon en Nueva York.

«Ha pasado mucho tiempo desde que me paré en este escenario», dijo. «Tenía 60 años, era apenas un chiquillo con un sueño loco. Desde entonces he estado tomando mucho Prozac».

Nacido el 21 de septiembre de 1934 en Montreal, Cohen formó un grupo de música country llamado los Buckskin Boys cuando era un adolescente.

Estudiaba en la Universidad de McGill cuando su libro de poesía, «Let Us Compare Mythologies», se publicó en 1956 generando grandes elogios de la crítica. A éste le siguió «The Spice-Box of Earth» en 1961. Su primera novela, «The Favourite Game», salió en 1963.

Publicó otros varios poemarios en los años 60 mientras vivía en la isla griega de Hidra, y comenzó a ser notado con su novela experimental «Beautiful Losers» en 1966 y su primer álbum, «Songs of Leonard Cohen», en 1968.

«Leonard Cohen parece estar al punto de convertirse en un importante vocero de los viejos peregrinos de su generación», escribió el New York Times en 1968. Cohen le dijo al entrevistador del Times: «Ni siquiera pienso en mí como escritor, cantante o lo que sea. La ocupación de ser un hombre es mucho más que eso».

En total, publicó más de una docena de novelas y libros de poesía y grabó casi una docena de discos.

Nacido en el seno de una familia judía, Cohen se consideraba tanto judío como budista.

Referencias bíblicas se escuchan en muchas de sus canciones. Parte de la letra de «Suzanne», por ejemplo, dice: «Y Jesús era un marinero cuando caminó sobre las aguas». La canción de amor «Hallelujah», que se usó en la cinta animada de Disney «Shrek», hace referencias a los cuentos bíblicos de Sansón y el Rey David y Betsabé.

Por décadas, Cohen fue alumno y amigo de Joshu Sasaki Roshi, un monje budista Zen, y de 1994 a 1999 vivió como un discípulo de Roshi en el Centro Mount Baldy Zen en Los Ángeles.

Decía que no entendía completamente los conceptos budistas, pero que el retiro y su arduo trabajo le habían dado un mejor sentido en lo personal.

«Yo era el cocinero allá arriba», dijo a Magazine. «Mi vida estaba llena de desorden, de caos, y allí logré algo de disciplina. Así que decidí volver a la música».

Continuó escribiendo y produciendo álbumes y libros.

En el 2006, Cohen ganó una demanda contra su exmanager, Kelley Lynch, a quien acusó de haberle robado más de 5 millones de dólares de su jubilación mientras estaba en recluido en el centro Zen. Le dejaron un colchón de unos 150.000 dólares, alegó en su demanda.

Le otorgaron 9,5 millones de dólares, pero nunca pudo cobrarlos. Volvió a salir de gira en 2008-09 en parte por sus pérdidas financieras, y dijo al New York Times que el suyo era «un problema largo y continuo de indiferencia desastrosa e implacable de mi situación financiera. Yo ni siquiera sabía dónde quedaba el banco».

Cohen nunca se casó, pero tuvo dos hijos, Adam y Lorca, con la artista Suzanne Elrod.

También estuvo vinculado románticamente con la actriz Rebecca De Mornay y la cantante de jazz Anjani Thomas, quien cantó en varios de sus álbumes.

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