Cultura

La obra de Oswaldo Vigas llega a Art Basel 2022

Del 16 al 19 de junio de 2022, la galería mexicana RGR presenta una muestra del artista venezolano en la edición 51 de Art Basel en Suiza

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La 51 edición del festival internacional Art Basel tendrá un significado especial para los venezolanos: la presencia de las obras del maestro Oswaldo Vigas (Valencia, 1923 – Caracas, 2014), con una muestra individual conformada por una selección de piezas de la década de los años 50 creadas.

Son seis obras seleccionadas. Formaron parte del proyecto «Síntesis de las Artes Mayores» de la Ciudad Universitaria de Caracas, dirigido por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva.

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Oswaldo Vigas en el Hotel Lucero de Caracas pintando la serie de Las Brujas

Art Basel regresa este año a su cita habitual de junio en Basilea (Suiza), con su programa completo y la presencia de 289 galerías provenientes de 40 países.

La galería mexicana RGR y la Fundación Oswaldo Vigas colaboran en esta importante iniciativa cuyo objetivo es contextualizar el arte moderno y el arte contemporáneo de la década de los años 50.

Las obras serán exhibidas en la sección Feature de Art Basel tras un largo recorrido por instituciones y museos como la Bienal de Venecia (Italia), la Bienal de São Paulo (Brasil) y el Museo de Arte Moderno de París (Francia), entre muchas otras instituciones.

Las obras escogidas de Oswaldo Vigas

En total, Oswaldo Vigas tendrá presencia en Art Basel 2022 con seis obras.

Cuatro de ellas guardan una relación directa con los murales que se realizaron en la UCV entre 1954 y 1955. Las dos obras posteriores, de 1956, pertenecen a una serie acromática del autor.

Las primeras dos obras son «Proyecto para Mural en Naranja» y «Proyecto para Mural VI», ambas de 1953. En ellas, las líneas horizontales y verticales se cruzan con líneas diagonales creando un efecto de animación dentro de la composición.

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Composición Estática – Composición Dinámica UCV

Los círculos, los triángulos y las formas orgánicas son subrayadas por una gruesa línea negra que facilita la percepción de la obra.

La tercera pieza es «Personaje Naciente», también de 1953. Se trata de un gran óleo sobre tela en colores ocres que presenta una forma blancuzca con una cabeza que se eleva sobre lo que podría percibirse como una mujer sentada.

De nuevo, esta sólida composición está basada en la trama de líneas verticales y horizontales, muy a la manera con la que Joaquín Torres-García estructuraba sus composiciones constructivistas.

«El Encuentro», que formó parte de la «XVIII Biennale di Venezia» en 1954, es la cuarta obra. Es de estilo geométrico y en ella el color transita entre naranjas y tierras, está encapsulado y desempeña un papel de soporte a una composición que nos hace pensar en el plano urbanístico de una ciudad.

Las dos últimas obras son de su serie «Los objetos», etapa en la que Oswaldo Vigas abandona el uso del color y utiliza las mismas líneas gruesas para marcar claramente la presencia del plano, pero en lugar de usar la gama cromática esta vez Vigas recurre a los grises para definir el objeto representado.

En “Objeto negro”, de 1954, la lúdica colocación de superficies genera un movimiento dinámico que asemeja el proyecto de una escultura. En el caso del «Gran Objeto Vertical«, de 1956, se puede apreciar el refinado lenguaje compositivo de Oswaldo Vigas.

El origen del proyecto

A principios de los años 50 se crearon en América Latina dos ambiciosos proyectos arquitectónicos en dos importantes universidades: el campus de la Universidad Central de Venezuela (UCV), levantado sobre el terreno de una antigua plantación de café al este de la ciudad de Caracas y el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) construido sobre una vieja colada de lava en Coyoacán, al sur de la capital.

En la UCV, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva (1900-1975), imprimió un concepto diferente para el rol del arte en la arquitectura. Prefirió acentuar sus audaces edificios y plazas con obras principalmente abstractas que exhibieran intrínsecamente el carácter universal del campus.

Villanueva invitó a una treintena de artistas nacionales y foráneos. Del extranjero participaron Alexander Calder, Wifredo Lam, Victor Vasarely, Hans Arp y Antoine Pevsner, entre otros destacados artistas contemporáneos. Alejandro Otero, Mateo Manaure, Francisco Narváez, Oswaldo Vigas y otros reconocidos artistas venezolanos también formaron parte de este proyecto.

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Un elemento estático en 5 posiciones

En 1953, a los 30 años, Oswaldo Vigas ya había ganado el Premio Nacional de Artes Plásticas con una obra arcaica, simplificada y hierática que representaba a un personaje femenino, La Gran Bruja (1952).

Tras esta temprana distinción y después de haberse mudado a París, Villanueva le encomendó a Vigas crear una serie de murales para el exterior de los edificios situados en la entrada de la universidad, la Plaza del Rectorado y la Plaza del Decano.

Después de realizar numerosos bocetos, Vigas escribió una carta a Villanueva donde explicaba los conceptos que subyacían tras sus nuevas composiciones constructivistas, mayormente abstractas. En la carta, Vigas hablaba de las características sincrónicas Dinámicas y Estáticas de su nueva aventura artística.

El artista se alejaba temporalmente de la figuración que retomaría una década más tarde después de haber explorado múltiples maneras de abordar el arte no representativo. Más en www.oswaldovigas.com y @oswaldovigas en Instagram.

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