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Lo que pasó, lo que emocionó y lo que viene luego del Barcelona-Madrid

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Los movimientos tácticos del Clásico

Ignacio Benedetti 

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1- Minuto 11:20. Ante la marcación de Dani Ales a Cristiano Ronaldo, el Real Madrid se adapta y lanzó a Marcelo por el costado izquierdo ,y este supo recorrerlo sin problema ni marca alguna, asociándose con Benzema e Isco, liberando a CR7 de mayores recorridos. Cuando el portugués se mantuvo pegado a la raya, obligando a Marcelo a hacer casi de interior, el Madrid perdía frescura y sorpresa, aunque en alguna ocasión el brasileño contó con espacio para disparar al arco. Esta conducta, más allá del maravilloso partido del lateral blanco, no fue lo suficientemente explotada; Ancelotti o sus futbolistas no confiaron como debían en esas proyecciones que liberaban a CR7 y le permitían asumir su rol de rematador.

2- La titularidad de Mascherano en el centro del campo limitaba la salida y construcción de juego del Barcelona, que tuvo que apoyarse más en los centrales para intentar la conquista del campo contrario que en el argentino o los propios interiores. Además, en el primer gol blanco, como se puede observar en el link , Mascherano duerme la siesta y con ello Cristiano ataca el espacio sin que sienta la persecución de su marcador.

3- Conexión Iniesta-Suárez: cada uno haciendo de frontón del otro y a la misma vez de punto de atracción. Por unos minutos el equipo catalán tuvo en esa sociedad su gran desahogo, aunque en el segundo tiempo no hayan intentado nada similar. Es un Barcelona que corre más; ya que la distancia recorrida por sus volantes para llegar al arco rival es mucho mayor, y sus ataques son más frenéticos que los de antaño. En  esta propuesta, Xavi tiene poco que aportar salvo cuando, como en el final del encuentro, se necesite el control de la pelota, mientras que Iniesta, esa maravilla silenciosa, ha quedado muy lejos del área rival, hasta el punto de que Messi, Rakitic, Suárez, Xavi, Neymar, Pedro y Bartra lo superan en pases gol esta temporada y el manchego ni aparece entre los mejores 80 de la liga en esa estadística. Uno se pregunta si esas estadísticas no son confirmación de una disminución de la influencia de Andrés Iniesta en el juego o si sencillamente son pura casualidad.

4- El Madrid junta a tres mediocampistas peloteros (Isco, Modric y Kroos) que hablan el mismo idioma. Ninguno es un cinco como muchos creen vital, lo que ayuda a que en momentos de incertidumbre, los volantes blancos busquen la pelota como primera respuesta a lo que el partido les exige. En el Barcelona pasa todo lo contrario y por ello, a través del volumen de juego de ambos equipos (entendido como la capacidad de un equipo de abarcar y ser eficiente en la mayor cantidad de situaciones de juego) dejó claro quien propuso y quien reaccionó.

5- Luis Enrique está construyendo su propia versión del Barcelona y le importan muy poco el pasado y los dogmas. Su equipo no controló el juego sino hasta el segundo tanto, cuando la dinámica del encuentro obligaba al Madrid a ir en búsqueda del segundo tanto y el Barça, antes que sumar variantes para la tenencia de la pelota, prefirió reforzar su conducta defensiva con la entrada de Busquets por Iniesta, dejando todo a merced de los tres monstruos de adelante (Neymar, Messi y Suárez), que luego fueron dos con la salida de Neymar por Rafinha. No hay que pensar en 4-4-2 u otras numeraciones que poco explican este juego; la apuesta está muy clara: lo que hagan los tres de adelante determinará la totalidad del equipo. Es un riesgo tan grande como haberle cedido la pelota a un equipazo como el Real Madrid, por más hermosa y gozada que haya sido la victoria en el clásico.

Los momentos emocionales del Clásico

Alexis Correia

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1. La manita de Bravo que le quitó un golazo a Cristiano (minuto 43, primer tiempo): el Clásico fue una réplica en pequeña escala de la Liga 2014-1025 para el Real Madrid. En el primer tiempo, y sobre todo luego del 1-1, lució como un equipazo fuera de este mundo y tuvo contra las cuerdas al Barcelona, pero no remató (léase bien: no usaré la frase «no supo rematar», porque el fútbol tiene un importantísimo componente de azar que no debemos despreciar). Pueden englobarse aquí otras dos tapadas del chileno en instantes cruciales (ante Benzema, en los minutos 49 y 78), pero la guantada del minuto 43 simboliza la frustración del mega-crack merengue. Y vaya disparo soberbio en su ejecución mecánica, hay que decirlo.

2. Messi reacciona y Modric lo frena con amonestación (minuto 7, segundo tiempo): no fue un «buen» partido del Barcelona ni un partido «habitual» de Messi (tú nos acostumbraste a todas esas cosas). Pero estoy seguro de que, sin esa arrancada voluntariosa y típica de un Lionel en ese mismo instante ninguneado en su casa por el abrumador dominio merengue, no hubiera llegado el jugadón del 2-1 de Luis Suárez unos pocos minutos después. En rigor, no fue un despertar como tal del Barcelona, pero Messi le recordó al Madrid que enfrente tenía al líder de la Liga. Además, entre toda la parranda de amarillas que sacó Mateu Lahoz, esa fue una de las más justas y decisivas (junto a Benzema y Marcelo, Modric fue de los mejores).

3. La infracción que creó Luis Suárez para el 1-0 de Mathieu (minuto 19, primer tiempo): el «9» uruguayo del Barcelona no es un superdotado atlético como Cristiano o se adhiere el balón con pegaloca como Messi, pero sí un delantero extremadamente inteligente para el colectivo al que sirve, y hay que mencionarlo por algún lado en la historia emotiva de este Clásico. Luego de tres ocasiones del Madrid en los 13 primeros minutos (incluido un travesaño de Cristiano), el Comegente se inventó ante Pepe una falta de pillín, que probablemente no fue, o al menos estuvo entre las 50 sombras de Grey. Y a esto llaman fútbol: reacción en los momentos clave, cuando todo está muy gris.

Las consecuencias del clásico

Jován Pulgarín

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1- Hay Liga: es fácil hablar con el periódico de mañana. Lo cierto es que muy pocos esperaban que el Real Madrid le diera cara al Barcelona. Goleado por el Atlético en Copa del Rey, goleado por el Schalke en la Liga de Campeones y en el Bernabéu, enemistado con sus fanáticos, el equipo blanco parecía, en el papel, un cordero asado en el Camp Nou. La realidad del equipo blaugrana potenciaba el pronóstico: Messi y Suárez llegaban en su mejor momento. Sin embargo, queda claro que con el regreso de Modric y el jalón de orejas de Carlo Ancelotti a su plantilla, hay vestigios de aquella aplanadora que cerró en diciembre una primera mitad monumental. Con 10 jornadas por jugarse y James cerca del regreso, la última palabra está por escribirse.

2- Madrid tendrá que superar los baches de Cristiano. Está allí y marca. Es un plus, claro, pero desde hace tiempo -por molestias físicas- no está en su tope y eso es una mala noticia cuando llega la recta final de las dos principales competencias. Para lograr la excelencia se necesita que cada pieza esté aceitada. Benzemá y Bale deben redoblar sus capacidades, como hoy, sin embargo, como quedó en evidencia, no es suficiente. Hay un dilema moral en este presente. ¿Cómo dejo de hacerme previsible ante equipos que saben cómo ataco? No estar finos en ataque significa que la defensa blanca seguirá sufriendo. No hay jugadores en la banca que puedan ayudar. A esto, se le suma que ni Isco ni Jesé han respondido a las responsabilidades. En el caso del Barcelona, la pregunta es clara: ¿es imposible ver a Iniesta y a Xavi Juntos?

3- Hay Champions: Barcelona y Madrid tienen tiempo para aclarar sus dudas cuando enfrenten a sus respectivos rivales:  PSG y Atlético de Madrid. 14 de abril es la jornada de ida y el 22 la vuelta. Ambos cierran en casa. ¿Qué deben trabajar? La intermitencia de Iniesta y la dependencia de Messi. Allí están Suárez y Neymar, claro, pero estamos hablando de trabajo. Y siempre se puede mejorar. En el caso del conjunto merengue, es obvio: demasiadas lagunas en el mediocampo. La defensa padece la falta de un filtro en esa zona. Modric ayudará, en un momento en el que ya no hay oportunidad para el error.

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