Espectáculos

La búsqueda y experimento de Caramelos de Cianuro

Cinco años se tomó Caramelos de Cianuro para editar una nueva producción discográfica, si analizamos la historia de la banda, encontramos que no son de editar álbumes apresuradamente.

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Este octavo trabajo, si contamos el en vivo, se titula 8, haciendo referencia a la cantidad de placas editadas y si queremos ir más allá, es el infinito si volteamos el disco. Producido por el venezolano Héctor Castillo ex Dermis Tatú y Sentimiento Muerto, quien ha trabajado con Cerati, Los Mesoneros, David Bowie, Roger Waters, Julieta Venegas, entre otros, en compañía del argentino Didi Gutman tecladista de Brazilian Girls

Tomemos como referencia el anterior trabajo de la banda, un disco homónimo que reflejaba la solidez de esta nueva formación integrada por Asier Cazalis (Voz), Miguel «El Enano» González (Guitarra), Pavel Tello (Bajo) y Darío Adames (Batería). Se percibía una vuelta a las raíces, en el discurso de sus letras y en las estructuras de sus canciones.

8 se muestra como la búsqueda de una nueva identidad, algo que se asemeja a la situación de su álbum de culto Harakiri City (1996). Los tiempos y tecnologías son diferentes pero la búsqueda parece la misma. Un álbum compuesto desde el teclado en el que va tomando forma con la experimentación del dance rock, shoegazing, funk, synthpop, new wave, new romantics, glam rock y hasta el jazz. El groove de la banda se mantiene y el power pop sigue siendo el timón.

Precisamente temas como «Jazz», el más divertido y mejor logrado de este experimento, con un bajo potente y una sesión de viento eficaz, también supone una piedra en el zapato entre fanáticos y cultores seguramente, al menos indica la oportunidad que tiene Caramelos de Cianuro de construir su propio camino sin apegarse a fórmulas. Un desparpajo que se puede dar quien está a punto de cumplir 25 años de carrera: «Yo soy el rock, tu eres el jazz», dice su coro.

A pesar de que su primer promocional fue «Secreto», con un video que destaca en su fotografía y producción bajo la dirección de Carl Zitermman, parecía más obvio y sensato salir con «Tu eres de esas», porque resume esa inflexión constante de la banda y a juzgar por su historia, era con el que se iban a sentir identificados su habitual fanaticada.

En ese orden de buenas historias que se consigue Asier aparece «El instante pasó», una canción que recuerda a «La Casa» pero que se revitaliza con ese relato nostálgico que mantiene el track.

Temas como «Euforia» que se nutre de un inquietante intro que estalla en el groove Caramelos de Cianuro o la corrosiva «Bailerock» con su aire funk a lo Charly Garcia en el «Rap de las hormiguitas» y esas frases reveladoras de «No tengo tanto dinero como tienen los raperos» o «a veces tomamos champagne cara y otras veces caña clara», son parte del imaginario constante de Caramelos de Cianuro, la dupla interesante para disfrutar en vivo. Algo parecido a himnos de estadio si en Venezuela hubiese un circuito como este para las bandas.

«Abismo» es un tema interesante, como si estuviese pensado sobre una base de tiempos en clave folklore. Indudablemente es un power pop catchy que nace de una osucra melodía.

Aún así el disco es de letras reflexivas con canciones felices, como quien asume sus fatalidades con una buena postura ante la vida. La calamidad se trasluce con la ilusión del ritmo y si el rumbo experimental y frívolo de sus melodías dan muestra de esa búsqueda, lo terrenal de sus historias equilibran el concepto.

Decir cuál es el mejor disco de Caramelos de Cianuro, sigue siendo un tema de discusión, hasta la fecha no existe el álbum definitivo pero en cada entrega saben mostrar canciones tan destacadas que fortalecen sus propios lanzamientos. Así que 8 es una exploración de sus propias influencias, desde la zona de confort con una guiño que quiere romper el molde progresivamente.

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