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The New York Times es criticado por la cobertura de las personas transgénero

Más de un millar de colaboradores del periódico y activistas LGBTQ acusan al diario de dar demasiada cobertura a las preocupaciones sobre los tratamientos para adolescentes transgénero, alimentando el "pánico" sobre el tema

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The New York Times enfrenta críticas por su cobertura de las personas transgénero, algo que el periódico estadounidense rechaza rotundamente.

Más de un millar de colaboradores del periódico y activistas LGBTQ acusan al diario de dar demasiada cobertura a las preocupaciones sobre los tratamientos para adolescentes transgénero, alimentando el «pánico» sobre el tema.

La acusación puede sorprender a quienes consideran que este medio fue como baluarte de los derechos raciales y de género durante la presidencia de Donald Trump y del movimiento #MeToo contra la violencia sexual con su investigación sobre el productor cinematográfico Harvey Weinstein.

Las críticas también destacan los debates internos que a veces ocurren en una parte de las llamadas guerras culturales de Estados Unidos.

GLAAD, una organización defensora de los medios LGBTQ, acusa a The New York Times de llevar adelante una «cobertura irresponsable y sesgada de las personas transgénero» desde hace más de un año.

El mes pasado colanzó una campaña, respaldada por más de 100 organizaciones, contra la cobertura del periódico.

Más de 1.000 colaboradores y 34.000 empleados y lectores del periódico firmaron una carta abierta por separado para pedir al diario que mejore su cobertura.

Le acusan de escribir múltiples artículos que exageran los temores éticos y médicos sobre tratamientos como los bloqueadores de la pubertad, así como que ha dado demasiado crédito a las sugerencias de que la cantidad de adolescentes que se identifican con un género diferente al asignado al nacer (300.000 en Estados Unidos, según un estudio) obedece a una tendencia social o moda.

También alegan que el periódico se centra demasiado en la idea de que algunas personas lamentan la transición.

«Nuestra queja se refiere a la parcialidad editorial», declaró a la AFP Jo Livingstone, crítica literaria de 35 años, coautora de la carta.

«No se trata necesariamente de cada artículo individual», dijo Livingstone. «Sino de dónde está poniendo el NYT el énfasis y los recursos a lo largo del tiempo. Es un fenómeno acumulativo de sesgo».

A. G. Sulzberger, presidente y editor del Times, respaldó al personal en un discurso el jueves, al asegurar que habían «documentado la preocupante oleada de legislación antitrans que avanza en las cámaras estatales de todo el país» y «detallado la horrible violencia y discriminación a la que se enfrentan las personas trans».

Los periodistas de The New York Times también han defendido su derecho a destacar los debates en el seno de la comunidad científica sobre los tratamientos.

«Nuestro deber es ser independientes», escribieron decenas de redactores en una carta a su sindicato, que publicó Vanity Fair. «Perseguimos los hechos donde quiera que nos lleven. Somos periodistas, no activistas. Esa línea debe quedar clara».

«Complicado»

La campaña contra el diario pretende influir en los ángulos informativos que adopta el periódico, gran protagonista de la escena mediática y política estadounidense, con unos diez millones de suscriptores a su servicio web.

El debate se produce en el contexto de varios estados de tendencia conservadora que han aprobado leyes que prohíben la atención y el tratamiento de los adolescentes transexuales.

GLAAD señala que algunos artículos de The New York Times han sido utilizados por funcionarios electos de Texas, Alabama y Arkansas para apoyar su postura.

«The New York Times siempre podría ser mejor (pero) en realidad me parece que sus artículos intentan cubrir un tema muy complicado y muestran más de un lado de la historia», dijo Jack Drescher, profesor de psiquiatría clínica de la Universidad de Columbia conocido por su trabajo sobre identidad de género.

Sin embargo, advierte contra la tendencia a presentar temas como controvertidos cuando no lo son.

«En Estados Unidos, la comunidad médica está claramente del lado de los servicios de transición», afirmó Drescher.

«Se trata de una cuestión clínica que se ha convertido en una cuestión de guerra cultural», añadió.

Por su parte, el New York Times parece decidido a dar cabida a opiniones divergentes.

Dos días después de que GLAAD criticara al diario, este publicó un artículo de opinión de su columnista Pamela Paul titulado «En defensa de J.K. Rowling». El artículo decía que las acusaciones de transfobia contra la autora de Harry Potter eran injustas.

Al día siguiente publicó reacciones encontradas de los lectores.

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