«Oppenheimer», con casi mil millones de dólares en taquilla, no sólo llenó los bolsillos de los ejecutivos de Hollywood, también trajo ganancias inesperadas a la discreta comunidad de Los Álamos.
Dirigida por Christopher Nolan, clara favorita para llevarse el Óscar a la mejor película el 10 de marzo, cuenta la historia de la invención de la bomba atómica.
Mucha de la acción ocurre en Los Álamos, un pueblo construido alrededor de un laboratorio secreto que fue creado desde cero en Nuevo México bajo sugerencia del físico J. Robert Oppenheimer, quien era un apasionado de las montañas de esa zona.
Desde su estreno en julio, los turistas han inundado lugares como la Casa Oppenheimer y el edificio Fuller Lodge en esta comunidad del suroeste de Estados Unidos, donde los científicos hacían fiestas para celebrar sus avances en la creación de la bomba.
Las visitas se dispararon 68% el año pasado, según las autoridades locales.
«Comenzamos a ver este flujo grande» durante la primavera, incluso antes de que la película llegara al cine, dijo Kathy Anderson, una guía turística que tuvo que triplicar el número de giras diarias.
«Si gana el Óscar, creo que habrá mucho más interés«.
Pero el éxito también recordó la difícil relación de Los Álamos con su pasado y con Oppenheimer, a quien aún se le llama en el pueblo como «Oppie», su cariñoso apodo.
«Muy complicado»
El aumento del turismo podría ayudar a recaudar los dos millones de dólares necesarios para restaurar la antigua casa en la que vivieron Oppenheimer y su familia.
«Oppenheimer era conocido por sus martinis y por ser un buen anfitrión. Mucho pasó en estos espacios», dijo Nic Lewis, historiador del Laboratorio Nacional Los Álamos.
A la vez, no hay cómo eludir la destrucción causada por las bombas nucleares en este pueblo en donde 15.000 científicos aún trabajan en el mismo laboratorio de alta seguridad.
Como muestra la película, el propio Oppenheimer se volvió un crítico de la proliferación nuclear durante la Guerra Fría.
Oppenheimer incluso confesó: «Soy responsable de arruinar un lugar hermoso», de acuerdo con «Prometeo Americano», el libro en el cual se basa la película de Nolan.
«Aquí reconocemos que era una persona, con fallas, errores», dijo Lewis.
«Era muy complicado. Era muy reflexivo. Creo que Nolan representó con mucha precisión esa parte de Oppenheimer».
Controversias aparte, la decisión de Nolan de filmar muchas escenas en los edificios de Los Álamos, donde ocurrieron los hechos, emocionó al pueblo.
Un anuncio en el periódico local invitó a los científicos del laboratorio a aparecer como extras.
Shane Fogerty, astrofísico y entusiasta de Nolan, terminó explicando entre una toma y otra a las estrellas Cillian Murphy y Robert Downey Jr. la fusión nuclear y la génesis de la Luna.
«Chris (Nolan) tenía que recordarle a todo el mundo ‘Estamos trabajando, silencio, por favor. Vamos a la siguiente toma‘», evocó Fogerty.
Es una anécdota que comparte frecuentemente con el número creciente de turistas que se encuentra en el pueblo en estos días.
«Se ha vuelto más difícil reservar en los pocos restaurantes del pueblo«, dijo.