Palmeros de Chacao, la tradición se fortalece cada año

Desde hace más de 50 años Alejandro Díaz es uno de los integrantes de los Palmeros de Chacao, encargados de subir al cerro El Ávila para cortar las palmas benditas que serán repartidas el Domingo de Ramos.

“Yo soy Palmero de Chacao por tradición. Mi abuelo y mi padre, fueron palmeros. Ahora yo soy palmero y este año me acompaña mi nieto de 10 años que mantendrá la tradición familiar”, dijo Díaz.

Señala que esta tradición se remonta hace más de 200 años con el compromiso que le hicieron a Dios para que acabara con la peste negra que se desarrolló en Caracas: “Los peones de las haciendas fueron los que realizaron esta promesa y cada año sus descendientes hemos cumplido con el Señor, pues él cumplió su promesa de acabar con la enfermedad”.

Alejandro, junto con grupo de más de 400 palmeros de todas las edades, descendieron este sábado del cerro El Ávila cargando sobre sus hombros los paquetes de palmas benditas y recorrieron las calles del municipio Chacao, hasta llegar a la Iglesia de San José, donde recibieron la bendición de los sacerdotes.

La caminata estuvo encabezada por el Palmero Mayor, Jesús León, de 92 años de edad, quien a bordo de un pequeño vehículo recibía las felicitaciones de los presentes.

En total fueron casi seis horas lo que duró la caminata de los palmeros, bajo un inclemente sol y un calor pegajoso, que era combatido con la alegría y compromiso de cumplir la promesa ante Dios.

Durante su recorrido los palmeros pararon en siete estaciones y en cada una de ellas fueron recibidos por distintas expresiones culturales del estado Miranda, entre ellos Los Diablos Danzantes de Yare, los Santos Inocentes de Caucagua, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Chacao, las Burras del Pedregal, la Parranda de San Pedro de Guatire, Tambores de San Juan y la Banda Show Francisco de Miranda, quienes deleitaron a los presentes con sus bailes y cantos.

Gustavo Duque, alcalde del municipio Chacao, fue uno de los encargados de transportar las palmas: “Un año más que los palmeros bajan del cerro con la palma bendita, una tradición de más de 200 años que involucra a más de 400 palmeros y 150 niños que se están formando para seguir la tradición, teniendo mucho cuidado de cuidar el ambiente”.

Niños, jóvenes, adultos y adultos mayores desfilaron por las callas de Chacao, orgullosos de haber cumplido una vez más su promesa ante Dios, a quien le piden ahora no solo acabar con las enfermedades que afectan a la humanidad, sino también pidieron por la paz mundial ante tantos escenarios de violencia que se observan en el planeta.