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Las votaciones para el Juego de Estrellas de #MLB son una burla

Se supone que ser invitado al Juego de las Estrellas es un premio por ser uno de los peloteros más destacados de la temporada; una recompensa al talento, constancia, producción y logros cosechados en el ámbito particular.

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En este sentido, nos parece un acto de justicia que el receptor venezolano Salvador Pérez aparezca por tercera semana consecutiva como el pelotero más votado por la afición (4.419.620 sufragios) en el boletín parcial de la Liga Americana, divulgado esta tarde por MLB.com. Pero que Miguel Cabrera marche de segundo entre los inicialistas y que Nelson Cruz no forme parte del lineup abridor lo hace a uno fruncir el ceño. Ya comienza Cristo a padecer.

Ver a Lorenzo Cain y Alex Gordon entre los titulares de los jardines no puede ser calificado de otra manera que un mal chiste, pues existen patrulleros como Adam Jones, Josh Reddick o Michael Brantley, que han tenido un mejor rendimiento en lo que va de temporada con los Orioles, Atléticos e Indios, respectivamente.

La sorpresa es mayúscula cuando se observa a Omar Infante a menos de 200 mil votos de diferencia de José Altuve entre los camareros con más respaldo en las elecciones. Con todo respeto para Infante, sus estadísticas y logros por estos días no se pueden comparar con las de su pequeño paisano que hace vida en los Astros de Houston. Es que ni siquiera dan espacio para un debate… Es una burla.

En total, 7 jugadores de los Reales de Kansas City estarían entre los 9 titulares de la Liga Americana si el Juego de las Estrellas se llevara a cabo esta noche… ¿Es esto razonable? ¿Qué está pasando en el proceso de votación para el All Star? ¿Será verdad que la producción de la mayoría de los peloteros de los Royals es superior al de los otros conjuntos del joven circuito? ¿En realidad son escogidos los que tienen mejor rendimiento? ¿O simplemente van a ser invitados los jugadores más famosos o los que pertenecen a un equipo de amplio mercado o de gran campaña mediática?

Las Grandes Ligas les han otorgado a los fanáticos el privilegio de escoger a los titulares de cada posición para el clásico de mitad de campaña, a excepción de los pitchers. Cada aficionado puede sufragar en Internet hasta 35 veces por sus toleteros predilectos por cada cuenta de correo que posea. Esta es un arma de doble filo. Los fans no están calificados para llevar a cabo con imparcialidad este proceso.

Se supone que en esta cita anual deberían presentarse los mejores jugadores de cada una de las posiciones en el terreno de juego, sin importar la casilla que ocupe su respectiva novena en la tabla o si vienen de ganar el banderín o conquistar el campeonato de su liga. Y allí es cuando comienzan las odiosas comparaciones.

El venezolano Miguel Cabrera acumula 12 jonrones en este momento, cinco más que Eric Hosmer, el primera base de los Reales que hasta ahora ha aparecido en 3.551.005 papeletas. Cabrera tiene además 38 fletes, 37 boletos recibidos y una línea ofensiva de .320/.427/.558; superior a los guarismos del toletero de Kansas City, que llegó a la jornada de este lunes con 34 empujadas, 24 boletos, average de .302, OBP de .376 y slugging de .490.

Lo de Salvador Pérez sí lo defendemos, a pesar de que los números del catcher de Oakland, Stephen Vogt, no son despreciables. El venezolano batea para .277 con ocho cuadrangulares y 27 carreras impulsadas. Además ha mostrado una bazuca en su brazo derecho, pues ha logrado poner out a 12 de los 21 corredores que le han salido a robar (64%).

Pérez, que ha conquistado el Guante de Oro en la receptoría en las últimas dos campañas, está acostumbrado a este tipo de escenarios. En su primer Juego de Estrellas recibió los últimos envíos del legendario Mariano Rivera en esta cita. Y el año pasado integró junto a Félix Hernández la primera batería de pitcher y catcher venezolano en abrir un clásico de mitad de campaña.

Esta vez puntea cómodamente al quinteto que más votos ha recibido en su posición, lo que a sus 25 años lo enrumba hacia el tercer All Star de su carrera y en una de las posiciones más importantes dentro del juego de beisbol.

Ilógico es, en cambio, que el dominicano Nelson Cruz esté al margen de la fiesta a pesar de los grandiosos guarismos que colecciona con los Marineros de Seattle: .329/.384/.613 con 18 vuelacercas, 73 hits y 39 fletes. También es un fiasco que Altuve sienta de cerca los pasos de Infante. Y mucho más incoherente es que Infante posea más del doble de los votos que Jason Kipnis, el camarero de Cleveland.

Kipnis lidera a los segunda bases del joven circuito en promedio (.338), hits (77), dobles (18) y triples (4). Además es segundo en anotadas (41) y robos de bases (8). Altuve también ha tenido una buena zafra, con línea ofensiva de .296/.337/.403, 17 estafas, 27 impulsadas, 10 dobles y 69 incogibles.

Infante, en cambio, posee el segundo peor promedio (.221) entre los 11 camareros que clasifican para el papel en la Liga Americana, sin jonrones, sin robos, con 26 ponches y 3 boletos en 172 veces al bate. Los números hablan por si solos. Pero ha recibido más de dos millones 600 mil votos para asistir al Juego de Estrellas.

¿Conclusión? Los fanáticos de los Reales están votando en bloque, por todos los jugadores de su equipo, sin importar las estadísticas. Y lo están haciendo mejor que los parciales de los otros clubes.

Esto no es algo nuevo. Recuérdese que entre 1935 y 1946, el manager de cada equipo seleccionaba a todos sus peloteros. La afición recibió el derecho a votar a partir de 1947. Sin embargo en 1957, algunos seguidores de los Rojos sabotearon el proceso y eligieron a un jugador de Cincinnati para cada posición, por lo que los fanáticos perdieron el derecho a votar hasta 1970. Ahora se hace exclusivamente por Internet, pero en años anteriores se repartían boletas en los estadios con los nombres de los candidatos.

Al final no estarán todos los peloteros que debieron llegar. Lástima que en el beisbol, como en la vida, las mayorías no siempre tienen la razón.

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