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Paraguay celebra y Dunga dice que brasileños estaban enfermos

El seleccionador de Brasil, Dunga, reveló hoy que en los últimos días quince jugadores padecieron un virus que dificultó la preparación para el partido contra Paraguay en el que fue eliminado de la Copa América.

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«No es una disculpa ni un atenuante, pero quince jugadores tuvieron un virus durante la semana», dijo Dunga durante la rueda de prensa posterior al partido, que Paraguay ganó en los penaltis.

El virus provocó «mucho dolor cabeza», dolor de espalda, malestar en el cuerpo de varios jugadores e incluso ansias de vómito, lo que obligó a atenuar los entrenamientos.

Dunga dijo que en el descanso del partido de hoy, Willian no se sentía bien, por lo que fue sustituido, y explicó que Robinho fue cambiado por cansancio.

En Paraguay, con una seguidilla de fuegos artificiales, vítores de «¡Vamos Paraguay!» y pitos de vehículos resonó en Asunción la euforia ante la clasificación de la selección paraguaya a las semifinales-

La emoción ya se hizo presente desde el empate, cuando un inspirado Derlis González anotó el penal y descorchó la alegría de los sufridos aficionados, que afrontaron con confianza el desenlace.

La arenga de motivación que pronunció el técnico Ramón Díaz a sus jugadores al final del encuentro, de cara a los penaltis, pareció traspasar las pantallas de los televisores e infundir fuerzas también a los hinchas.

En bares y calles de la capital paraguaya, los fanáticos de la Albirroja contuvieron el aliento en cada uno de los penales, y estallaron de alegría ante el segundo acierto de Derlis González, que anotó el último tanto del partido, el de la victoria.

El delantero, que juega en el Basilea de la liga suiza, fue aclamado como un héroe por los hinchas, que corearon su nombre junto con el de Justo Villar, el veterano portero de la selección.

La gesta ante un rival temible como Brasil da alas a los seguidores de la Albirroja de cara al encuentro de semifinales ante Argentina, que espera crear aún más expectación en los fanáticos paraguayos

Por su parte el veterano Robinho, que se fue hoy de la Copa América al marcar el único gol de Brasil en cuartos de final, se declaró inconforme con la eliminación ante Paraguay en una tanda de penaltis (3-4) tras igualar 1-1 en tiempo reglamentario y dijo que el rival del hoy «no es de las mejores selecciones».

«Con todo el respeto, Paraguay no es de las mejores selecciones», expresó el delantero que lamentó la incapacidad de la Canarinha para «matar el partido».

«Tuvimos la oportunidad de matar el juego mucho antes, aunque en el segundo tiempo bajamos la intensidad», enfatizó.

Paraguay se clasificó a las semifinales de la Copa América al imponerse a Brasil en los penaltis, después de haber empatado 1-1 en el tiempo reglamentario, y se enfrentará a Argentina por un lugar en la gran final.

La historia de la Copa América de 2011 se repitió, cuando ambas selecciones decidieron su suerte en esta instancia desde los once metros y Paraguay también tumbó a la Verde-amarilla.

Derlis González marcó el tiro definitivo del punto de penalti, después de que Brasil fallara dos lanzamientos y los guaraníes otro.

En el tiempo reglamentario Robinho marcó el primer gol, en la mejor jugada de Brasil, una triangulación entre Elías y Dani Alves, y Derlis González igualó el resultado de penalti en la segunda mitad.

Brasil fue de nuevo especulador, muy escaso de ideas sin Neymar, y acabó pagando con ir al punto de penalti su falta de ambición en la primera parte, momento en el que estaba en posición de llevarse el partido.

Paraguay se creció en la segunda mitad, causó grandes problemas a sus rivales en las jugadas a balón parado y con la velocidad de sus hombres de ataque a la contra.

Dunga, que durante esta semana había probado variantes en el equipo, optó por repetir la alineación y la táctica del último partido de la fase de grupos ante Venezuela, aunque hoy no le dio el resultado esperado.

Brasil sólo presionó en el inicio del partido para producir el gol y después se limitó a aguantar el resultado con orden, sin ambición de hacer más daño a sus rivales.

La primera jugada hilvanada de Brasil, tejida entre Elías y Daniel Alves por la banda derecha, le puso en bandeja el gol a un Robinho libre de marca en el corazón del área en el minuto 14.

A partir del gol tempranero, Dunga ordenó a su equivo bajar el ritmo, a dormir la pelota y a administrar el resultado, lo que después le causaría más quebraderos de cabeza de los esperados.

Paraguay, que hasta ese momento se había limitado a achicar espacios para contener a los brasileños, dio unos pasos al frente, pero entonces acusó la baja de Néstor Ortigoza, su principal creativo, hoy suplido por Eduardo Aranda, y no consiguió crear muchos problemas a la zaga brasileña con el balón en el piso.

Los únicos avisos de Paraguay hasta el descanso fueron una internada de Edgar Benítez seguida de un centro y un chute desviado de Roque Santa Cruz, poco para herir a la defensa brasileña, hoy bien plantada.

Causó más incertidumbre una salida mal medida del portero Jefferson, que le forzó a recular para recuperar un balón que le pasó por encima y que se acercó peligrosamente a su portería.

El equipo paraguayo generó ocasiones más claras justo después del descanso, en dos saques de esquina rematados por Nelson Haedo Valdez y Paulo da Silva.

Del otro lado Brasil atravesaba sus momentos más improductivos en ataque a la vez que se retrasaba un poco en el campo y dejaba a Paraguay crecerse.

En esa tesitura llegó el penalti cometido por una clara mano de Thiago Silva, que convirtió Derlis González con un remate ajustado al poste.

El empate le pilló a Brasil desprevenido, el equipo no había producido fútbol durante todo el partido y en la recta final no sabía cómo hacerlo.

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