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Mauricio Baíz marca su paso hacia la Fórmula 1 (+video)

A los cuatro años de edad ya conducía Karts en el Autódromo Internacional de San Carlos. Siendo un adolescente muestra en su currículum un título nacional, el campeonato Panamericano, un triunfo en el Mundial de la categoría 100 cc en la modalidad de Easykart y un tercer lugar en el Campeonato Mundial celebrado en Francia, entre otros éxitos… Con semejante hoja de vida no es difícil adivinar el objetivo profesional que se ha trazado el piloto venezolano Mauricio Baíz Jr.

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“Llegar a la Fórmula 1; esa es la gran meta”, dispara sin titubeos el joven de 16 años, el mismo que en 2015 ha realizado de manera exitosa la transición del karting al automovilismo. Prueba de ello son los 29 puntos que acumuló durante las cuatro primeras válidas de la Italian F4 Championship, cifra tope entre los novatos que compiten en la categoría.

“Es un cambio drástico, pero los buenos resultados que hemos conseguido invitan a soñar con un gran futuro”, esboza el piloto al explicar su gran apuesta, pues este año decidió bajarse de los karts para combatir en uno de los campeonatos más competitivos del mundo para jóvenes que apuntan a la Fórmula 1.

El camino es complicado y está lleno de obstáculos, sobre todo por lo que significa hacer vida en un deporte en el que se necesita una gran cantidad de dinero para subsistir, mientras se sortean los problemas que experimenta todo venezolano a la hora de adquirir divisas.

“Me he visto en la obligación de usar solo un juego de cauchos durante una carrera en la que el resto de los pilotos utilizan tres”, confiesa. “Para llegar a la Fórmula 1 lo ideal es competir uno o dos años en cada categoría previa (F4, F3 y F2). Toto Wolf (el presidente de Mercedes) asegura que para esto se necesita una inversión cercana a los 8 millones de dólares. ¿Si no los tienes, como puedes llegar? Es vital conseguir apoyo y patrocinio”, analizó el integrante de la escudería Vincenzo Sospiri Racing.

El deseo de destacarse en el mundo de los motores le viene de pura cepa. “Mi abuelo y mi tío fueron pilotos”, señala al hablar de dos Fernandos. El primero de ellos fue fundador del Autódromo Internacional de San Carlos hace más de 45 años; una de las joyas más sagradas que posee la familia Baíz. El segundo vio truncado su sueño de llegar a la Fórmula 1 en la década de los 80, entre otras cosas por la fuerte crisis económica que se desató en Venezuela tras el “viernes negro”. Años después, su sobrino Mauricio enfrenta retos similares por razones parecidas.

“Lo ideal cuando se está en esta categoría es competir también en Alemania, pero eso cuesta mucho dinero”, cuenta el joven que habla español, inglés e italiano. Además está aprendiendo el portugués y el francés. Vive y estudia en un internado en Suiza, pero se ausenta durante una semana cada mes para competir en la Italian F4 Championship.

“Los sacrificios que hay que hacer son grandes. Estoy fuera de mi país, lejos de mi familia y tengo que esforzarme más que mis compañeros de clases, pues cuando ellos están libres un fin de semana, yo tengo que estudiar solo por todas las clases que perdí”, cuenta quien está negociando con una escudería para probar pronto con un automóvil de la F3. “Existe la posibilidad de competir en esa categoría el año que viene”, avisó.

Es que Baíz tiene claro cada paso que debe dar para llegar a la meta. Y viaja hacia ella en automóviles a una velocidad promedio de 180 km por hora, aunque por momentos alcanza un tope de 250 KPH.

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