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Nueva York, la última gran parada del tenis

Para reinar en el universo del tenis se debe alcanzar el máximo de rendimiento en las principales plazas del deporte blanco, cuya próxima parada será Nueva York.

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La capital del mundo recibirá a las principales raquetas del planeta a partir del 31 de agosto para dar inicio al US Open, último Grand Slam de la campaña y donde los grandes sembrados intentarán hacer respetar su condición de favoritos contra los hambrientos de victoria.

El regreso a las pistas de cemento significa un reto que a Garbiñe Muguruza parece no sentarle bien. En sus participaciones en Toronto y Cincinnati no son alentadoras: apenas una victoria en territorio canadiense en 2014. Sin embargo, las obligaciones de ser top 10 la llevan a apuntar más lejos en la serie US Open, buscando victorias en la Gran Manzana que le permitan ascender en la clasificación.

La primera vez que la nacida en Caracas pisó las canchas de Flushing Meadows fue en la temporada 2012, cuando se despidió en su debut frente a la italiana Sara Errani en tres mangas. Primer golpe. Dos años después repitió en Nueva York para irse nuevamente en su primer match al ser víctima de la croata Mirjana Lucic-Baroni.

Lo de la actual número nueve del mundo con la gira por Norteamérica es como la del turista que desea permanecer en un lugar tranquilo y rural, sintiendo rechazo por la ciudad, el ruido, las grandes estructuras y su gente. Garbiñe luce débil en escenarios donde debería sumar, pero el pasado reciente y el presente dictan lo contrario.

Tras su final en Wimbledon y su llegada al selecto grupo de las 10 mejores raquetas del circuito femenino, todo apuntaba a que la nacionalizada española mantendría su mejor versión y dejaría atrás los fantasmas del fracaso sobre el cemento americano, pero aquello de la transición de césped a cemento no le ha brindado alegría a Muguruza, quien iniciará su andar en Queens contra la alemana Carina Witthoeft, en cuyo historial presume de sendas victorias ante la española Carla Suárez Navarro (Australia) y la estadounidense Coco Vandeweghe.

La teoría dicta que Muguruza debería avanzar sin contratiempos, pero en su cabeza ya se ha proyectado una película distinta en ocasiones anteriores. Cuando una raqueta obtiene resultados positivos en pistas lentas de polvo de ladrillo además del éxito alcanzado en la veloz hierba, todo señala que el cemento no debería afectar su desarrollo, pero el tema adaptación ha mermado sus opciones.

El manejo de la presión parte como un punto fundamental en la carrera de Garbiñe. A mayores resultados, mayores responsabilidades. Para ser la mejor en la WTA hay que ser regular y consecuente en altas instancias de los principales torneos, mientras que el otro paso es rezar para que Serena Williams no se cruce en tu camino.

Para que Muguruza celebre en el US Open tendrá que sortear un cuadro donde aparece una de las grandes trampas del torneo: Petra Kvitova.

La checa es una de las principales sacadoras del tour y cuenta con una derecha notable, pero la mononucleosis ha hecho mella en la europea, quien ha señalado sentirse débil y cansada. Esto le resta menos peligro del que se cree ya que saldrá desde el primer game y acabar con su rival gastando la menor cantidad de energía posible. Quien sepa restar sus saques, encontrará el camino al triunfo.

La danesa Caroline Wozniacki aparace en ese lado del cuadro como otra contrincante a tomar en cuenta. “Sunshine” sabe lo que es estar en la final del evento, pero su irregularidad están por encima de sus impactos.

Simona Halep como tentativa rival en semifinales. La rumana luce como la tenista en mejor condición física y mental para dar batalla a la menor de las Williams. Viene de ser finalistas en Toronto y Cincinnati, y si bien es una jugadora de arcilla, su tenis ha crecido sobre cemento esta temporada. Sus tres títulos de 2015 los ha ganado sobre esta superficie.

– Todas contra ella –

Sí, Serena es la rival a vencer, y salvo a un choque en octavos de final frente a sus compatriotas Sloane Stephens o Madison Keys, el camino de la de Florida parece sencillo. Su hermana Venus aparece un poco más abajo en lo que podría convertirse en un duelo más entre ellas, mientras que la joven suiza Belinda Bencic, su victimaria en Toronto, también se asoma.

La rusa Maria Sharapova luce tímida frente a los que será su cuadro. Ella todo lo puede, pero cuando se trata de medir fuerzas con la número uno del mundo, sus opciones parecen reducirse drásticamente.

Ana Ivanovic y la decepcionaste Ginie Bouchard dicen presente en esa parte del draw.

– La leyenda y su nuevo recurso –

Roger Federer tiene la prerrogativa de reinventar el tenis. No dicta reglas ni nombra campeones, pero sí puede jugar usando nuevas herramientas.

Mientras entrenaba para defender su corona en Cincinnati, el suizo probó atacando el servicio y yendo a la red (chip and charge, como es conocido el movimiento). El ABC señala un golpe de slice y el posterior avance, pero el de Basilea tuvo otros planes.

En sus cinco duelos del Masters 1000 lo vimos rehacer el tenis de ataque al tomar de sobre pique los segundos saques de sus contrarios con la naturalidad de quien nació para convertirse en una referencia de la disciplina.

Federer es el favorito en las casas de apuestas y para celebrar por sexta ocasión en su carrera como campeón deberá luchar contra sus 34 años y siete partidos al mejor de cinco sets en una pista más lenta que la que lo vio mandar hace una semana. El servicio será fundamental en las aspiraciones del dueño de 17 títulos de Grand Slam.

Su camino a la final parece fácil, y sería en la segunda semana cuando enfrente a tipos verdaderamente peligrosos, siendo el checo Tomas Berdych aquel con quien podría cruzarse en cuartos de final, zona donde, de avanzar, podría verse con el británico Andy Murray o su paisano Stanislas Wawrinka.

– El escapista que sueña con sumar –

Cuando Novak Djokovic se juntó con Boris Becker, la relación nos hacía pensar en dos cosas: saque y red.

Que el mejor devolvedor de su generación haya buscado los servicios del alemán señalaba que el desgaste del tenis podía revertirse puliendo aspectos de la vieja guardia. Hasta la fecha hemos visto a un “Nole” con buena disposición a la hora de sacar, pero su volea sigue siendo una asignatura pendiente tras los pocos intentos al subir.

El número uno tiene su base de operaciones establecida un par de metros por detrás de la línea de base y eso jamás podrá cambiar.

Sus opciones lucen intactas tras su contundente campaña, donde podría repetir los tres Majors que sumó en 2011.

Si Djokovic muestra una cara similar a la de Cincinnati, pues su eventual choque contra el belga David Goffin será interesante. El sembrado número 14 tuvo en sus manos la victoria en octavos de final, pero todo se esfumó cuando Novak sumó cinco games consecutivos en el set definitorio.

Milos Raonic y su potente servicio aparecen como marcas fijas para los cuartos de final y lo propio el japonés Kei Nishikori en semis, finalista de 2014.

El sorteo colocó en ese sitio al español Rafael Nadal, dueño de más preguntas que respuestas en la actualidad y rey de un presente insostenible dados sus resultados negativos.

Para el de Palma de Mallorca esta será otra prueba personal en pro de sumar tras su ausencia en 2014.

– El campeón de las dudas –

El día que Marin Cilic alzó los brazos en Nueva York, triunfó el tenis del sacador, aquel que trabajó junto a Goran Ivanicevic y donde la premisa era sacar de cancha al rival con el saque para posteriormente mandar la bola al espacio libre. Puntos cortos y sencillos.

Ahora, el croata dice presente en una parte del cuadro donde aparece el búlgaro Grigor Dimitrov, promesa de la nueva generación y claro favorito para avanzar hasta los cuartos de final.

No ver acción en la segunda semana de torneo se convertirá en un duro golpe en las aspiraciones de una tenista que desea estar presente en las finales de la ATP.

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