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Los Leones del Caracas perdieron con Los Espías del Amor

Leones y Navegantes se enfrentaron por primera vez en la temporada y pasó lo que todos esperábamos. Se llenó el estadio (algo que no había sucedido hasta este juego) y ganó el equipo que mejor está haciendo las cosas. Sin embargo, contrario a lo que ocurre cada vez que ambos se enfrentan, el choque no fue tendencia y el chalequeo, al menos para quien escribe, apenas si se sintió.

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Fue un juego atípico. Bien pudo terminar en el tercer inning cuando el back to back del prospectazo Dixon Machado y Félix Pérez puso la pizarra 3-0. En ningún momento se sospechó de alguna sublevación turca. La noche para los Leones fue plácida, como una canción de Phill Collins para Tarzán. Todo lo contrario para Magallanes y en especial para Ronnie Cedeño, que vivió una pesadilla. Su propio Halloween sin derecho a caramelos.

Caracas-Magallanes terminó como empezó: a punta de tablazos. El primer pitcheo de Pedro Hernández fue devuelto a las gradas por Wynton Bernard. ¿Jonrón? Ni el equipo completo de transmisión de Directv se ponía de acuerdo. Ni colocándolo cuadro a cuadro, al ritmo de Inception, llegaríamos a una conclusión. En una toma parecía foul, en otra jonrón y en otra la pelota desaparecía como si fuera un caso de Expedientes X. El que no se dejó caribear fue El Almirante. Carlos García pidió repetición y, cómo no, se cambió la decisión. Foul y de vuelta a la caja de bateo. Para los seguidores melenudos fue como el comercial de la niña de Plumrose.

Pero entonces vendría el fatídico tercer episodio. Los dos cuadrangulares se perdieron en los escalones del jardín central. El primero fue a la derecha y el segundo a la izquierda. Una combinación de boxeador de la que nunca se pudo recuperar la novena visitante. A partir de allí, lo de los Leones fue hincharle la cara a Magallanes. Un doblete de Alfredo González sumó la cuarta y un inning después, por otro batazo de dos bases de Bernard y sencillo de Daniel Mayora, la ventaja aumentó a 6-0. Tendencia irreversible diría nuestra amiga Tibisay. 

Cuando nada parecía ser peor, llegó la humillación para Cedeño. Primero fue puesto out en una jugada que parece de los Osos Revoltosos y luego lanzó a primera, como si quisiera hacer el remake de la película. En este video de El Abonado podemos observarlo:

El regaño de Carlos García hacía presagiar lo peor. El Almirante, si hubiera estado en pleno mar, lo hubiera obligado a caminar por la plancha antes de lanzarlo a los tiburones. O, mínimo, los habría abandonado en una isla como a Jack Sparrow.

Pero optó por lo que tenía a mano: lo cambió por Humberto Arteaga.

Lo que pasó después fue anecdótico. Caracas anotó tres rayitas más y Magallanes dos, una cortesía del primer cuadrangular de Luis Domoromo. Poco probable que le devolvieran la pelota, dado que las gradas se revendieron a mil bolívares y algo había que llevarse para la casa.  Lo más extraño fue revisar las etiquetas de Twitter luego del último out. Estas eran las tendencias en Venezuela:

¿Quién se puede resistir la tentación de darle click a una etiqueta llamada «Espías del amor»? Pues yo no, así que me inmiscuí en este mundo de sufrimiento y dolor. Se trata de una serie que se estrenaba hoy mismo en la televisión chilena. Según lo que pudimos leer, los conductores intentarán «ayudar» a las personas que se metieron con un ciberamor. Verificarán si del otro lado de la pantalla hay buenas intenciones o simplemente un quesudito de turno. Sí, suena exactamente igual a Catfish de MTV. Pero bueno, al menos los magallaneros ya saben que antes que su humillación, la Serie Mundial, Maduro y los cachos ciibernéticos reinaron sobre los melenudos. Claro, solo en Twitterworld. Mañana, cuando lleguen a sus trabajos, lamento advertirles que la historia será otra.

Ah, por cierto. Debemos acotar que ganó  Gardner (2-0)  y que perdió Hernández (0-1). No vaya a ser que digan que somos pocos serios y que aquí no hablamos de beisbol.

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