Deportes

El ocaso del automovilismo

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Foto: Team Azimut

El deporte motor se ha convertido en una actividad difícil de mantener en el país.

Incursionar en el deporte no solo se limita a la aptitud de quien desee practicarlo; en ocasiones, y dependiendo de la disciplina, aplicar a determinado campo conlleva una inversión económica para el debido desarrollo.

En Venezuela, el automovilismo pasó a ser centro de polémica tras la baja de varios pilotos que no lograron contar con el apoyo del estado en su necesidad de adquirir divisas preferenciales.

Uno de los últimos casos conocidos fue el de Johnny Amadeus Cecotto, hijo del mítico Johnny Cecotto, campeón mundial de motociclismo en la década del 70, y quien también corriera en la Fórmula 1.

Mientras que su padre presume de ser uno de los principales deportistas en la historia del país, Cecotto Jr. buscaba dar pasos contundentes en GP2, donde se preparaba para del el salto de calidad a la máxima categoría del automovilismo. Sin embargo, el no contar con el apoyo económico mermó sus opciones de mantenerse activo.

Para conseguir la superlicencia debía ver acción en las últimas cinco carreras de su categoría, algo que no logró y que impidió su posible participación en la Fórmula 1.

Mientras, otra joven promesa, Rubén Grillet, daba un paso al costado en 2013 al no poder ver posible el financiamiento por parte del ejecutivo nacional.

La esperanza de competir
Otros con más suerte aún se mantienen en la disciplina. Tal es el caso del Team Azimut, que ha visto acción en las últimas ediciones del Rally Dakar. Nunzio Coffaro, piloto y director del equipo, señaló que espera la respuesta de PDVSA, patrocinante que brindaría apoyo económico. “Nosotros logramos hablar con el presidente de la república y él firmó un punto de cuenta aprobando las divisas para nuestra participación en el Rally Dakar 2016. Esas instrucciones se fueron a PDVSA, quien no ha cumplido con ese pago, lamentablemente, hasta el día de hoy”, indicó.

Pese a que el tiempo pasa (tienen oportunidad de inscribirse hasta el 10 de diciembre), Coffaro prefiere no agregarle un tinte político a su espera, pues lo más importante para él es seguir compitiendo.

“Nosotros como equipo de automovilismo deportivo, una asociación sin fines de lucro, no nos dividimos los dólares; todo el dinero que le pedimos al estado es para la logística, no como patrocinio comercial, sino simplemente como deporte amateur”, dijo.

Disciplina de altos costos
El automovilismo varía en gastos dependiendo de la categoría. No existe promedio exacto, aunque algunas cifras han sido reveladas.

El Team Azimut, por ejemplo, gastó 600 mil dólares en la edición 2012 del Rally Dakar, monto donde destaca toda la logística: inscripciones, herramientas, repuestos, combustible, traslado, pago de derechos televisivos y periodistas.

Por su parte, el tema en la Fórmula 1 es aún mayor: el venezolano Pastor Maldonado (Lotus), contando con el patrocinio de PDVSA, aportarían alrededor de 50 millones de dólares a la escudería para la temporada 2016.

Fraude
Durante el último trimestre de 2013, el deporte venezolano sufrió un duro revés, pues Alejandra Benítez, en aquel momento ministra de deporte, denunciaba una presunta especulación con dólares por parte de ciertos pilotos criollos. «Vimos que más de 70% de los proyectos que se presentaban para avales técnicos y más de 98% de las divisas aprobadas eran en deportes a motor», detalló.

Miguel Rodríguez, ministro de interior ese año, comentó que a esos pilotos les autorizaban los dólares a 6,3 bolívares para cubrir gastos de competencias sobrepreciados por sus escuderías y una gran parte fue vendida en el mercado negro.

La investigación determinó que los pilotos involucrados eran Justino Azcárate, Paolo Andresi , José Ferraz, Paul Díaz y Nicola Trosi.

Este fraude obligó a las autoridades a limitar la aprobación de divisas, lo cual, en palabras de Coffaro, afectó fuertemente a la disciplina. “Somos uno de los equipos que ha pagado justos por pecadores, porque si ciertamente surgieron compañeros con el palmarés deportivo adecuado para la competencia internacional, y los vimos en estos eventos, presumimos que no ejecutaban el presupuesto completo y de eso se destapa esa olla con la ministra Alejandra Benítez, mientras nosotros sí cumplíamos con nuestra competencia, de hecho, trajimos el primer lugar de la Copa del Mundo del Rally Cross Country 2013; sin embargo, la decisión fue suspender para todos el mundo y no hemos podido competir desde 2013”.

Búsqueda de soluciones
Las promesas provenientes desde el ministerio de deporte no se terminan de concretar, con lo que la esperanza se esfuma gradualmente.

“Cualquier deporte necesita divisas que han sido limitadas por el gobierno. Adicionalmente está el tema de las empresas privadas, y a través del Fondo Nacional del Deporte, eso también ha sido suprimido porque antes llegaba una empresa, por ejemplo, Avior, que nos patrocinó en un momento, nos hacía un aporte económico y deducía eso de sus impuestos. Hoy en día la ley no lo permite, y obliga a la empresa privada a depositar el 1% al estado, quien debería distribuir eso a los atletas, cosa que no está sucediendo”, comentó Coffaro.

Más allá de lo que esté por ocurrir, Coffaro se ocupa en lugar de preocuparse. “Nosotros participamos hace un par de meses en el Instituto de Deportes del estado Anzoátegui en una jornada reconstituyente y uno de los planteamientos fue que se mejorara el aporte del 1% por parte de la empresa privada porque no nos estaba ayudando a los deportistas”.

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