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El VAR, los ojos que necesitaba el fútbol

El último duelo de Alemania en la fase de grupos del Mundial estaba cargado de urgencias. Un triunfo ponía al campeón defensor en octavos de final del torneo, y aunque parecía posible (su rival era Corea del Sur), el destino, y la tecnología, tuvo otros planes

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Fotografía: AFP

En el descuento, Kim Younggwon agitaba las redes y daba un golpe que ni el más pesimista de los fanáticos germanos vislumbraba. Al anotar, el línea decretó fuera de juego, pero la sentencia cambió minutos después. La causa: el VAR. Pese a que el jugador asiático estaba por delante de los jugadores alemanes cuando salió hacia sus pies el balón, la repetición determinó que no era un compañero quien lo habilitaba sino Toni Kroos.

Sin la tecnología esto no habría sido posible y, por qué no, Alemania habría tenido el respiro para seguir remando y luchando por ganar. Haberlo hecho se habría traducido en la salida de México, que cayó en esa jornada ante Suecia. Pero el fútbol tuvo una respuesta coherente frente al omnipresente error humano, de lo contrario hoy discutiríamos sobre las opciones del campeón reinante ante Brasil en la siguiente fase de la Copa del Mundo.

El VAR enterró las opciones alemanas, que ya daba señales de altibajos desde su debut en Rusia, y dio la razón a quienes defendieron en un principio la decisión de implementar este sistema de videoarbitraje en el evento.

El ejemplo del Alemania vs Corea del Sur no es el único para hacer referencia a la herramienta, pero tal vez sí el más trascendental. La tecnología “salvó” a Colombia y, en par de ocasiones, a España.

Negarse a la inclusión de esta serie de instrumentos en una disciplina tan impactante y con acciones lo suficientemente veloces para que el ojo humano se vea superado por lo ocurrido, carece de fundamento.

La revisión de jugadas dudosas toma el tiempo suficiente para que el ritmo del compromiso no se altere. A diferencia de otras disciplinas, como en el béisbol, donde la observación suele tardar unos cuantos minutos, no lleva la impaciencia a situaciones extremas.

Cuando otros deportes pioneros en el uso de la tecnología llevaron sus actividades más allá y abrieron espacio a consensos más determinantes, la polémica cesó. Esto no resta atractivo y hace más respetable la disciplina. El fútbol americano y tenis presumen de esto.

Tarde, pero ya en casa, el VAR es el ojo que todo lo ve, pero no se involucra si no es invocado. El fútbol lo necesitaba y es momento de seguir dándole cabida a una innovación que suma más de lo que el factor humano y sus limitaciones han restado.

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