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Opinión | La Vinotinto hoy es un cuero seco

Lejos de generar puntos de encuentro en la identificada e innegable crisis en la Selección Nacional de fútbol, cada semana que transcurre trae consigo un elemento que profundiza en lo negativo dentro del combinado patrio. Un cúmulo de conflictos y despropósitos que parecen crear un cerco a Rafael Dudamel, el seleccionador.

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titulares josef martinez

Antonio Guzmán Blanco alguna vez comparó a Venezuela con un cuero seco. “Lo pisan por un lado y se levanta por el otro”, recordaba en alegoría a la gran cantidad de alzamientos que en contra del poder político se realizaban hace un par de siglos. Pues bien, caso similar ocurre en Venezuela, donde el cuero se levanta por todos lados y no hay siquiera quien pise alguno.

La declaración pública de Josef Martínez es la demostración comprobada de lo que algunos quisieron negar: después de la Copa América de Brasil, el camerino de la selección se quebró. Es difícil saber qué pasó puertas adentro, pero desde entonces el cúmulo de despropósitos y de asuntos negativos extra deportivos son el desayuno de todos los días en la Vinotinto. No sé si la decisión del delantero del Atlanta United traerá consigo un efecto dominó pero la celebración del gol de Yeferson Soteldo demuestra que hay dentro del grupo quién respalda su decisión.

Soy de los que opina que la Selección no es de nadie y que a ella no se renuncia por nada del mundo. Tendrá sus razones suficientes Josef Martínez para no seguir; entiendo que uno debe irse de donde no quieren que estés. Aclara que no son deportivas sino estrictamente personales en su relación con Dudamel. Nos gustaría saberlas.

Y soy también de los que opina que no somos un trabucazo con 100 jugadores de nivel de selección como para darnos el gusto de no sacrificar posturas individuales para poder contar con el aporte de un futbolista que es fundamental para los intereses de clasificación mundialista. Ceder en los egos, buscar puntos de encuentro, es lo que debería pasar.

Uno de los requisitos que deber tener un seleccionador es saber manejar grupos, generalmente exitosos porque son los mejores del país quienes son los llamados. Y en un país, el nuestro, donde Dudamel tiene en sus manos la mejor generación de futbolistas en la historia (más no el mejor equipo de la historia), la mano zurda en el manejo de las relaciones con sus futbolistas es fundamental para guiar al plantel hacia el objetivo común. Y eso no parece ser tal. Ni en la relación con sus jugadores, como lo evidencia la reacción de Josef, ni con la prensa nacional (con la extranjera tiene sí tiene sus preferencias).

Sin embargo, el tema se profundiza. Nos entrometemos como prensa, que ahora no solo informa sino que ha pasado a tomar parte de la jugada, lejos de su real labor de informar y analizar. Ahora, comunicadores son emisarios de bombas que provocan explosiones y avivan el conflicto. Rumores, dardos, apoyo evidente y no objetivo a las distintas partes. Han pasado a formar parte del problema.

Pareciera en todo esto, además, existir un cerco en las relaciones entre federativos y Dudamel. Presionar una renuncia es lo más bajo que pueda existir y si eso ocurre, todos están jugando y apostando al descalabro del equipo para que se genere algún cambio de timón. Nada profesional, poco ético y muy bajo. Los resultados deportivos serán el salvoconducto del seleccionador en este escenario y el antecedente del último partido amistoso ante Colombia, en el que Venezuela mostró poco o nada de fútbol, eleva las angustias.

La doble fecha FIFA próxima será vital para Dudamel. Necesita que su equipo responda, no sólo para sus intereses sino para generar la confianza necesaria de cara a lo que viene pronto, que es la eliminatoria. Opino que al contrario de pensar en cambiar de técnico, es necesario precisar que él mismo reconozca sus errores, reponga las buenas relaciones con sus jugadores, prensa y FVF y así todos tirar del mismo carro como hace tiempo él mismo lo pidió en una charla motivacional a la prensa y poco ha hecho para cumplirlo.

Por encima de todo eso, encontrar el juego, sacar resultados, convencer con fútbol, es la única manera que todo lo anterior se junte para que las heridas se curen. Ceder, dejar a un lado tamaño egocentrismo.

La Vinotinto no tiene porqué ser un cuero seco. La Vinotinto no es de nadie.

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