Economía

Ecoanalítica: Inflación anualizada de alimentos va camino a 6.500.000.000%

La hiperinflación no deja de pulverizar el poder adquisitivo del venezolano. Durante la última semana de octubre los precios subieron 33, 4%, lo que supone una inflación mensual de 239% e implicaría un crecimiento anual de precios de 227.000.0000%.  

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Foto: Cortesía

Estos y otros datos se difundieron en el foro Perspectivas 2019 de la firma Ecoanalítica, celebrado este martes en la Quinta Esmeralda de Caracas.
La inflación en el caso de los alimentos es incluso mayor a la total.  El economista y director de Ecoanalítica, Pedro Palma, explicó que el  incremento del precio de dichos rubros en la última semana de octubre escaló hasta alcanzar 42,9%.
Según cálculos efectuados por Ecoanalítica, esta cifra implica una inflación mensual de 347% y podría dar paso a una anualizada de 6.510.000.000%
El también economista Alejandro Grisanti precisó que para el mes de agosto, un trabajador debía laborar 930 horas para comprar un kilo de queso.
Pedro Palma indicó que durante las últimas cuatro semanas la inflación ha llegado incluso al 38% semanal y el 4% interdiario, lo que supone un duro golpe para todos los bolsillos. Asimismo, indicó que la producción petrolera ha caído a los niveles de 1950.
También explicó que la inflación interanual de Venezuela se disparó 980.000% desde noviembre de 2017 hasta el pasado mes de octubre.
A juicio del economista Asdrúbal Oliveros, esta cifra supera la de cualquier otro país latinoamericano. “Ni siquiera Nicaragua, en cinco años de hiperinflación, acumuló la tasa que en un año acumuló Venezuela”, aseveró.
Pero si el panorama actual es terrible, el venidero 2019 no se queda atrás. Olivero puntualizó que el actual ciclo hiperinflacionario “se encuentra en una etapa intermedia” y que para superarlo el escenario debe “debe ponerse peor”, con el fin de que sus efectos lleven a la aplicación de los respectivos correctivos.
Entre otras perspectivas para 2019, Oliveros pronosticó el posible impago de Venezuela a países aliados como Rusia y China, default selectivo en deuda financiera, mayor impacto domésticos de las remesas y transferencias desde el exterior, el surgimiento de un nuevo sector privados distinto al tradicional y una profundización de la dolarización.
En su opinión, «rapidez, heterodoxia y flexibilidad» son indispensables para afrontar la hiperinflación.
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