Ante la falta de maestros, el Gobierno de Maduro busca entre los jubilados del gremio para llenar las aulas de clase que en este momento presentan déficit de profesores, pero también de estudiantes
A pocos días de iniciarse el nuevo año escolar, las educación pública se encuentra con un grave problema: la falta de maestros en el aula. El ministro de Educación, Héctor Rodríguez, consiguió una solución para ello, al menos en papel. Firmó el martes una resolución para invitar a los maestros jubilados a reincorporarse a las aulas de clase para ayudar a que los estudiantes tengan a sus profesores.
Sin embargo, la resolución más allá de ser una invitación, no representa (al menos así se entiende) una obligación para los jubilados del sector que no perderían los derechos de jubilación.
“Esta resolución determina que todos aquellos maestros jubilados que así lo deseen puedan volver también al aula de clase, sin perder sus derechos de jubilación”, indicó el ministro en un video publicado en Instagram.
Desde un vídeo difundido en sus redes sociales, el ministro confesó «dificultades» para cubrir áreas como matemáticas, química y física dentro de la educación pública, por lo que además de ordenó que los maestros que estén en comisión de servicio, ejerciendo funciones en una institución distinta a la habitual, regresen a sus escuelas para dar clases.
“La principal tarea que tenemos es garantizar una educación de calidad, inclusiva y para todas y todos, pero la principal dificultad para lograr ese objetivo es nuestra propia burocracia, el funcionamiento del Ministerio”, añadió.
La situación de la educación en Venezuela es compleja y el déficit de maestros se agudiza día a día. Muchos profesores asisten de dos o tres días a clases para poder tener libre otros días para desarrollar otra actividad que le permita ganar más dinero. El sueldo es sin duda uno de los principales problemas.
El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) calculó que el salario promedio de un docente al mes es de unos 21 dólares al cambio oficial, que considera insuficiente para cubrir el gasto de la canasta básica alimentaria, calculado en agosto por la organización en 107,8 dólares por persona.
Esta situación ha llevado a que el gremio docente sea uno de los principales en salir a las calles a protestar, pero además aleja de las aulas a profesionales del área que prefieren migrar o realizar otra actividad.
A inicios de este año, un estudio de la UCAB contabilizó a 350 mil docentes en ejercicio, los cuales son insuficientes para cubrir la demanda educativa en el país. Para el director Escuela de Educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Carlos Calatrava,Venezuela necesita 255.374 nuevos educadores.
El problema no solo está en que los profesores estén abandonando las aulas, sino en que no hay jóvenes que se formen para el relevo.
En enero de este año, el presidente de la ONG Asamblea de Educación y profesor universitario, Tulio Ramírez, ya enfatizaba que la tasa de promoción de nuevos docentes en las universidades e institutos pedagógicos de Venezuela es cada vez menor.
Para 2010, la Universidad Pedagógica Libertador (la principal institución pública dedicada a la formación de docentes) y sus afiliadas, tenían una matrícula de 106.000 estudiantes, mientras que en 2024 la matrícula apenas llega a 43.000 en todo el país.
«La Escuela de Educación de la Universidad Católica del Táchira cerró sus puertas hace tres años por falta de inscritos; la Escuela de Educación de la UCV para el 2005 tenía aproximadamente 5.000 estudiantes, hoy no llega a 800. Desde el año 2015, las escuelas de educación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y de la Universidad Metropolitana, han tenido una reducción de sus matrículas de casi un 70%», indicó Ramírez.
Ante el déficit de maestros, al Gobierno de Maduro solo le queda pedir a sus jubilados que vuelvan «por amor a la profesión», más no por dinero.
«Tenemos más de 200.000 docentes en diversas actividades públicas y yo les pido a todos los docentes, les hago un llamado por amor a la vocación, por el amor que le tienen a este país, a que se vayan reincorporando a las aulas de clases», dijo el 30 de septiembre.
Ante lo que el ministro Rodríguez describe como «un mal burocrático» de la educación en Venezuela, la ONG Provea señala como un reflejo de la grave situación el sector debido a clases entre 2 a 3 días a la semana, escuelas en abandono estructural, alimentación escolar en mínimos históricos, masiva deserción por desigualdad y salarios y pensiones de hambre con base en salario mínimo 130 Bs. ($3,51).
«Proponer que jubilados de la educación, que ya reciben pensiones irrisorias, vuelvan a dar clases es un insulto para quienes dedicaron 20, 25 o más años de sus vidas a las aulas», señala la ONG.
En Venezuela el déficit no solo es de maestros, sino de estudiantes. Según el ministro Héctor Rodríguez, 5,5 millones de alumnos de preescolar, primaria y bachillerato iniciaron el año escolar. En años anteriores la matrícula era superior a los 8 millones de estudiantes.
La gremial Federación Venezolana de Maestros (FVM) denunció en un comunicado queunos 3 millones de niños y jóvenes «están fuera del sistema escolar», problema que se suma al déficit de educadores.
La universidad ratificó su sitial como la institución de educación superior privada número 1 de Venezuela y tercera del país, según el QS Latin American & The Caribbean University Rankings 2025. A nivel regional, la UCAB se mantuvo entre las 100 mejores
Aunque hay una fecha límite para iniciar clases hasta el 30 de septiembre, el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, aseguró que los planteles pueden iniciar antes si así lo tenían programado
Algunos colegios iniciaron sus actividades escolares esta semana. Las clases, en la mayoría de los casos, eran para niños de primaria y de adaptación para los que comenzaron la educación inicial o preescolar
