Elecciones 2024

A un mes del 28J: lo que pasó, lo que no y lo que puede pasar

Ya pasaron 31 días desde que los venezolanos salieron a elegir a su próximo presidente. A un mes de los comicios, el país se enfrenta a un panorama en el que la represión se intensifica y las cárceles se llenan con más de 1.600 detenidos. El miedo se convierte en el principal enemigo de la líder opositora que mantiene su discurso de llegar "hasta el final"

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Hace exactamente un mes se iniciaba una jornada electoral para uno de los comicios más esperados por los venezolanos. Tras una campaña electoral atípica, el domingo 28 de julio los ciudadanos salieron a votar para decidir si continuaba Nicolás Maduro en el poder o la oposición se volvería oficialismo con la llegada a Miraflores de Edmundo González Urrutia.

Hoy el país se encuentra en un grado de incertidumbre mayor que ese día. Mientras el Consejo Nacional Electoral proclamó a Nicolás Maduro como vencedor con 51,2% de los votos, la oposición liderada por María Corina Machado no solo gritó fraude, sino que puso sobre la mesa las actas de votación registradas por sus testigos que dan como ganador a Edmundo González con 67% de los votos.

En este escenario, el clima de represión aumentó. Miles de detenciones, persecusión física y digital, despidos de empleados públicos y hasta el bloqueo de redes sociales y apps de mensajerías como X (Twitter) y Signal son solo algunas de las cosas que han ocurrido ante la mirada de una comunidad internacional que ha levantado la voz para pedir la publicación de las actas por parte del CNE y ha venido cuestionando la veracidad de los resultados.

Aunque parezca que un mes es poco tiempo, para entender lo que ha pasado y lo que podría pasar es necesario detenerse a analizar a cada uno de los actores y las medidas que se han generado en torno a esta situación por la que al menos 25 personas perdieron la vida.

Los resultados del CNE

La declaración del rector principal del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, fue el punto de quiebre para lo que sería el inicio de las protestas, detenciones y persecución de los próximos días. Ya pasada la medianoche, Amoroso aparecía ante las cámaras no solo leyendo los resultados que daban como ganador a Nicolás Maduro, sino denunciando un supuesto hackeo al sistema de electoral que habría interrumpido la totalización de las actas.

Una situación irregular ya habría sido denunciada por el comando de la oposición, quienes tras el cierre de mesas reportaron la paralización del envío de las actas, ante lo que aseguraron sería el inicio de un presunto fraude.

Según los resultados del CNE, Nicolás Maduro habría obtenido la victoria con el 52,1% de los votos, mientras que el candidato opositor Edmundo González Urrutia habría obtenido el 44,2%. Ante estos resultados se generó lo que sería la proclamación más rápida de la historia venezolana.

A menos de 12 horas de anunciar el primer boletín, Nicolás Maduro se encontraba en el Consejo Nacional Electoral para ser nombrado oficialmente como el candidato ganador para el periodo presidencial que va de 2025 a 2031.

A casi un mes de esta proclamación, uno de los rectores principales del CNE, Juan Carlos Delpino, se pronunció ante lo que calificó como un proceso electoral con «falta de transparencia y veracidad en los resultados». Su comunicado, emitido a través de sus redes sociales, llega tras el pronunciamiento de la comunidad internacional y el encarcelamiento de más 1.500 venezolanos.

«Tras el cierre de las mesas de votación, se evidenció un incumplimiento de normas y reglamentos esenciales. Cuando se reportaron incidentes de desalojo de testigos de la oposición durante el cierre de mesas, lo que constituyó una violación directa a los principios de equidad y de inobservancia de los derechos de los electores a tener acceso a las actas de votación, comprometiendo la legitimidad del proceso en esos centros de votación», aseguró Delpino.

Las actas de la oposición

Mientras desde el Palacio de Miraflores, Nicolás Maduro celebraba la victoria otorgada por el Consejo Nacional Electoral, la líder opositora salía inmediatamente tras la emisión del primer boletín asegurando que el ganador y nuevo presidente electo de Venezuela era Edmundo González Urrutia. Así se abría en Venezuela un panorama que, en principio, algunos aseguraron que podría tener un paralelismo con el momento en el que Juan Guaidó fue reconocido por la comunidad internacional como presidente interino. Sin embargo, muy pronto lo analistas atajaron que la situación distaba mucho de ser la misma. En esta ocasión, la legitimidad de Nicolás Maduro se cuestionaba en las urnas electorales y con actas en mano.

Transcurrido el día del 29 de julio sin más declaraciones por parte de la oposición, finalmente María Corina Machado salía en la noche no solo a denunciar un fraude y alzar la mano de González Urrutia como el ganador, sino a asegurar tener las pruebas en la mano. Machado detalló sus cálculos: con el 73,20% de las actas emitidas, en poder del comité de campaña de la oposición, aseguraba queNicolás Madurotiene “2.759.256 votos, y Edmundo González Urrutia, 6.275.182.”

Las actas que, hasta el momento de escribir este artículo, siguen sin ser mostradas por el CNE, han sido la bandera de la oposición para defender su postura. De hecho después del primer anuncio de contar con las actas en mano, el Comando Venezuela siguió sumando actas a su registro.

En total, la oposición mostró 25.073 actas digitalizadas, que corresponden al 85,5% del total y fueron recogidas por cientos de voluntarios organizados por la oposición, bautizados como “comanditos”.

Las actas fueron recolectadas, escaneadas y totalizadas por la oposición, y publicadas en una página web, que además permite buscar con el número de la cédula el resultado de la mesa de votación donde el ciudadano está inscrito.

Sobre la veracidad de las actas ya han habido pronunciamientos. El informe de la ONU abordó el asunto de las actas divulgadas por la oposición venezolana. Los expertos dicen en su informe que revisaron una pequeña muestra de estos comprobantes que “son de dominio público”, y encontraron que “exhiben todos los dispositivos de seguridad de los protocolos originales de los resultados”.

Un trabajo de investigación de la ONG Cazadores de Fake News analizó 18 vídeos del 28J en los que los testigos de mesa e incluso guardias del Plan República leen los resultados por mesas de votación. Estos resultados coinciden con las actas publicadas por la oposición.

Protesta y detenciones

Aunque las protestas en las calles surgieron de forma espontánea el 29 de julio, tras el anunció de la victoria de Nicolás Maduro y su proclamación por parte del CNE, las detenciones se registraron desde el mismo día de elección. El 28 de julio el Foro Penal confirmaba a las 9 de la noche 46 arrestos arbitrarios relacionados con las elecciones en apenas 48 horas.

Ya el día 29 de julio se reportaba el primer asesinado y 46 detenidos en el marco de la represión de las manifestaciones «postelectorales». El 30 de julio, daban cuenta de 6 asesinatos y 132 arrestos.

A un mes del día de las elecciones, el Foro Penal contabiliza 1.780 detenciones, de los cuales 230 son mujeres y 114 son adolescentes, la mayoría acusados de incitación al odio y terrorismo.

Las cuentas del oficialismo son más. El mismo presidente Nicolás Maduro se ha encargado de mencionar la cantidad de presos y asegurar que no habrá perdón para ninguno.

“Tenemos 2,000 presos capturados y de ahí van para Tocorón y para Tocuyito, máximo castigo, justicia, esta vez no va a haber perdón, esta vez lo que va a haber es Tocorón”, fueron las palabras de Maduro el 3 de agosto en un mitin desde el Palacio de Miraflores. Luego, el 6 de agosto, Maduro señaló que llevaban “2,229 terroristas capturados con pruebas”.

Entre los detenidos tras las elecciones se encuentran periodistas, activistas de derechos humanos y actores políticos. Las detenciones no solo se han llevado a cabo en el marco de las protestas, sino que muchos de los detenidos fueron buscados en sus casas en el marco de lo que el gobierno chavista ha denominado la «Operación Tun Tun», impulsada por la denuncia entre los mismos ciudadanos a través de VenApp y grupos de Telegram.

La postura de la Fuerza Armada

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana no tardó en salir a tomar posición frente a las elecciones del 28 de julio. El lunes 29 de julio, el ministro venezolano de Defensa, Vladimir Padrino López había reafirmado su apoyo a Maduro.

«El pueblo ha acudido masivamente a una fiesta democrática en paz y ha triunfado la independencia sobre el colonialismo. Desde la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana) felicitamos a nuestro comandante en jefe, Nicolás Maduro, por su victoria y celebramos su nuevo llamado al diálogo y a la unión nacional», escribió en su cuenta de X.

«El pueblo nuevamente nos dio una lección de su vocación pacifista, de su civismo. El pueblo votó por la paz, un gran consenso nacional. Si hay un consenso es el deseo de los venezolanos de vivir en paz, respetándonos unos a los otros», agregó el funcionario.

Un día después fue más contundente al expresar «absoluta lealtad y apoyo incondicional» de las Fuerzas Armadas al presidente Nicolás Maduro, esto en medio de protestas contra su cuestionada reelección, que hasta el momento habían dejaron un saldo de tres muertos.

Maduro es «nuestro comandante en jefe, quien ha sido legítimamente reelecto por el poder popular y proclamado por el Poder Electoral para el periodo presidencial 2025-2031», dijo el ministro en un mensaje en televisión.

La Fuerza Armada es considerada el principal sostén del gobierno venezolano. «Actuaremos con contundencia en perfecta unión cívico-militar-policial para preservar el orden interno en todo el territorio nacional», agregó.

El Ministerio del poder popular para la Defensa que encabeza Padrino también emitió un comunicado donde «rechaza contundentemente todas las acciones violentas promovidas por la extrema derecha venezolana»

«Sin duda alguna, estos actos terroristas de sabotaje a sedes de organismos públicos, así como la destrucción de máquinas y material electoral, símbolos de identidad nacional como esculturas del Comandante Chávez, entre otros; son expresiones de odio e irracionalidad que forman parte de un plan preconcebido por agrupaciones políticas que se sabían derrotadas. Pero además, comportan un intento de golpe de estado mediático, soportado en las redes sociales y apoyado por el imperialismo norteamericano y sus aliados externos e internos», sostuvo el comunicado firmado por Padrino.

«Inobjetablemente estamos en presencia del fascismo en su máxima expresión, de una estructura internacional que está invirtiendo cientos de millones de dólares para desacreditar la extraordinaria demostración de civismo que hizo el pueblo venezolano», agregó.

Interviene el TSJ

El papel del Tribunal Supremo de Justicia en medio del conflicto electoral del país inició cuando Maduro interpuso un recurso ante la Sala Electoral para realizar un peritaje y establecer “la verdad” sobre los comicios.

Finalmente, el TSJ certificó el jueves 22 de agostola reelección del presidente Nicolás Maduropara un tercer mandato de seis años, trasdenuncias de fraude por parte de la oposición.

«Certifica de forma inobjetable el material electoral peritado y convalida esta sala los resultados de la elección presidencial del 28 de julio del 2024, emitidos por el Consejo Nacional Electoral, donde resultó electo el ciudadano Nicolás Maduro Moroscomo presidente de la República Bolivariana de Venezuela para el período constitucional 2025-2031. Así se decide», rezó la sentencia que leyó Caryslia Rodríguez, presidenta de la máxima corte.

Una misión independiente de la ONU para evaluar la situación de derechos humanos en Venezuelacuestionó la «falta de independencia e imparcialidad del Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, quehan desempeñado un papel dentro de la maquinaria represiva del Estado», según un mensaje divulgado en X por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

«Ninguna sentencia sustituirá la soberanía popular. El país y el mundo conocen su parcialidad y, por ende, su incapacidad de resolver el conflicto; su decisión solo agravará la crisis. Los venezolanos no estamos dispuestos a renunciar a nuestra libertad ni a nuestro derecho a cambiar en paz para vivir mejor», escribió en X, Edmundo González Urrutia.

La comunidad internacional reacciona

Tras el anuncio del CNE y las declaraciones de María Corina Machado, países de todo el mundo, así como organismos internacionales se han pronunciado y han puesto en duda el resultado electoral.

En un primer momento, Estados Unidos, Brasil, Costa Rica, Argentina, Panamá, Chile, Guatemala, Perú, Colombia, Brasil, la Unión Europea y Noruega mostraron preocupación por lo que pasaba en Venezuela y exigieron al CNE auditoría y publicación de resultados.

Posteriormente, el gobierno de España se pronunció para solicitar las actas, así como lo hizo Gustavo Petro en Colombia para pedir un “escrutinio transparente”.

Entre los aliados de Maduro que señalaron su apoyo al chavismo estuvieron Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Honduras, Irán y San Vicente y las Granadinas.

Organismos como el Centro Carter y la ONU alzaron también su voz para exigir al CNE la publicación inmediata de los resultados de las elecciones presidenciales a nivel de colegio electoral.

La ONU pidió “transparencia total” en los resultados, mientras el Centro Carter publicó en la noche del 30 de julio un contundente reporte en el que calificó las elecciones como “no democráticas”. Esto lo hizo tras retirar a su personal del país ante la escalada de protestas. Incluso, el Centro Carter reconoció que las actas mostradas por la oposición son reales y por consiguiente, el presidente electo es Edmundo González Urrutia. Así lo señaló Jennie Lincoln, jefa de la misión de observación del Centro Carter, en una entrevista con AFP.

Otro informe contundente fue el de la Organización de Estados Americanos (OEA). «El Departamento para la Cooperación y Observación Electoral (DECO) de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia (SFD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) considera que, en las circunstancias actuales, no pueden reconocerse los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que proclaman ganador a Nicolás Maduro en la elección presidencial del domingo 28 de julio en la República Bolivariana de Venezuela».

La comunidad internacional no ha parado de presionar. Al cuestionamiento de varios países por los resultados se le suman las declaraciones de aliados históricos del chavismo como la expresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien pidió por “el legado de Chávez”, publicar las actas.

El papel de los presidente de Colombia y Brasil también ha sido protagónico. Petro y Lula empezaron a verse como mediadores del conflicto, pero sin dejar de exigir la publicación de las actas. Sin embargo su propuesta de repetir las elecciones en Venezuela fue rechazada públicamente tanto por el chavismo como por la oposición liderada por María Corina Machado.

Maduro se aísla

Ante la postura internacional, el 29 de julio la cancillería venezolana decidió retirar su personal diplomático de siete países: Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

Ese mismo día, el ministro de Transporte, Ramón Velásquez Araguayán, anunció mediante un comunicado publicado en su cuenta de X, que a partir del 31 de julio a las 8:00 pm los vuelos provenientes de Panamá y República Dominicana, así como los que salen de Venezuela hacia esta ruta estarían suspendidos. También se conoció que los vuelos a Perú fueron suspendidos.

El aislamiento no solo es del espacio aéreo, también del espacio virtual. No se puede acceder desde otro país a las páginas web de los distintos entes públicos del Estado venezolano. Las paginas del Banco Central de Venezuela, del Seniat y de Conviasa son algunas de ellas.

Nuevos archienemigos: el adiós a Twitter

Tras las elecciones del 28J Nicolás Maduro tiene nuevos enemigos. Elon Musk es uno de ellos. El dueño de X, antiguo Twitter, es ahora el archienemigo de un mandatario que cree que las redes sociales están en su contra y que juegan un papel importante en un «golpe cibernético» contra su Gobierno. Este nuevo enemigo apareció tras las elecciones presidenciales del 28 de julio.Musk no solo cuestionó los resultados electorales, también la inteligencia de Maduro e incluso lo invitó a una pelea. Por otro lado, Maduro hizo lo mismo: lo calificó de fascista, lo acusó de formar a quienes protestan en Venezuela y finalmente,el jueves 8 de agosto sentenció la salida de Twitter de Venezuela. Lo bloqueó.

La cruzada de Maduro no es solo contra X. Todas las redes sociales han sido nombradas. Instagram, TikTok y WhatsApp también son «fascistas», «imperialistas», «conspiradoras».El mismo Maduro le pidió a todos sus seguidores borrar WhatsApp.Él lo eliminó de su celular en medio de una transmisión en vivo. Pidió usar Telegram. De hecho, señaló que tenía un botón para bloquear a la principal red de mensajería instantánea del mundo y de Venezuela. Dijo que no lo haría, pero sí lo hizo con Signal y con Twitter.

A juicio de los analistas, la decisión de sacar a X de Venezuela refleja una pérdida de poder del chavismo en el manejo o control del discurso narrativo en redes sociales. La campaña de María Corina Machado y Edmundo González fue una muestra de ello.

Con todo el aparato comunicacional en contra,la oposición logró capitalizar a través del discurso impulsado en las distintas plataformas digitales cada vez más seguidores y voltear las encuestas a su favor. Sin presencia o con tal vez contadas apariciones en medios tradicionales, la oposición liderada por María Corina fue difundiendo su discurso por distintos canales y redes sociales. En Instagram, por ejemplo, Machado cuenta con 8,1 millones de seguidores, mientras que Nicolás Maduro suma 1,6 millones.

Miedo y persecución en redes

Luego de las elecciones del 28 de julio, el oficialismo pasó de utilizar las redes sociales como medio de propaganda a convertirlas en mecanismos de persecución y señalamiento.

Un investigación en alianza entre ProBox, DFRLab y DDIA reveló cómo el oficialismo comenzó a difundir una narrativa de Paz, asegurando que quienes protestaban por los resultados emitidos por el CNE buscaban alterar la calma y aumentar la violencia en el país. Luego las publicaciones de miembros del Estado, entes gubernamentales e incluso el mismo Maduro empezaron a hacer referencia a los “Comanditos” como grupos “fascistas”, “guarimberos” y “violentos”, enfatizando en la necesidad de ponerles nombre y apellido para ser detenidos.

Con el anuncio de la actualización de la aplicación VenApp con “una nueva ventana” de denuncia pidiendo a los ciudadanos identificar a cualquiera que formara parte de estos grupos “fascistas” se institucionalizó la persecución digital.

A través de vídeos e imágenes en todas las redes sociales, grupos y canales públicos de WhatsApp y Telegram, el oficialismo retomó la ya conocida “Operación Tun Tun”.

ProBox, DDIA y el DFRLab identificaron grupos públicos, videos en YouTube, TikTok, Instagram y publicaciones en X (antes Twitter) en los que se amenazaba directamente a ciudadanos, dando sus datos, mostrando sus caras e publicando vídeos sobre cómo eran detenidos y forzados a pedir disculpas por manifestarse o haber sido testigos de mesa en el proceso electoral.

¿Y ahora qué?

A un mes de las elecciones presidenciales, María Corina Machado vuelve a convocar a movilizaciones de calles.

«Cuando se cumple un mes de nuestra gloriosa victoria, en la cual Edmundo González fue electo presidente, los venezolanos nos encontramos nuevamente en la calle. Este 28 de agosto; en familia, con tus hijos, con tus nietos y con tu acta en mano, ratificamos que#ActaMataSentencia«, aseguró María Corina Machado en sus redes.

El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos por su parte se reunirá también hoy para abordar la situación en Venezuela, a petición de las Misiones Permanentes de Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.

Mientras esto sucede, los más de 1.600 detenidos en todo el país son movilizados a cárceles como Tocorón, Tocuyito y Yare. Por ahora se han reportado más de 300 hombres, la mayoría jóvenes entre 18 y 30 años, que fueron movilizados en buses custodiados por convoys y patrullas al penal de Tocuyito, en Carabobo.

«Vamos, hijo. Con fuerza papa, con fuerza. De esta vamos a salir», gritan las madres que ven desde afuera del penal como sus hijos son trasladados de forma arbitraria. Sus familias no pueden dejarles ni comida ni enseres por órdenes superiores.

A juicio del analista político Andrés Cañizalez, la actual etapa de represión masiva es prácticamente lo que le permite a Maduro prolongar su presencia en el poder en un momento en el que no hay pueblo que los acompañe, al menos no mayoritario, en el que las instituciones están desteñidas y en el que los antiguos aliados marcan distancia.

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