Economía

Latinoamérica corre el riesgo de perder espacio en mercados internacionales

América Latina corre el riesgo de perder competitividad en los mercados internacionales si no aumenta su inversión en investigación y desarrollo y en la formación de capital humano, dijo en una entrevista con EFE el director del Centro de Desarrollo de la OCDE, Mario Pezzini.

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«Si Latinoamérica no hace un esfuerzo al mismo tiempo (que otros países) por supuesto no solamente China sino también países del sudeste de Asia e incluso países africanos van a tener capacidad competitiva más alta que Latinoamérica», manifestó.

Pezzini está en Cartagena, donde presentó el informe «Perspectivas económicas de América Latina 2016. Hacia una nueva asociación con China», trabajo conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el banco de desarrollo de América Latina (CAF).

Este informe fue presentado como parte de la reunión de ministros de Exteriores de Iberoamérica que se celebró hoy para debatir la temática de la XXV Cumbre Iberoamericana, que tendrá lugar en esta ciudad a finales de 2016.

En opinión del experto, la tarea de invertir en investigación y desarrollo y en la capacitación de mano de obra no es solamente del sector público sino que el privado también debe hacer su parte.

«El Estado no invierte mucho, pero quien invierte verdaderamente poco es el sector privado», manifestó.

En ese sentido afirmó que la «diversificación económica» de América Latina es «lenta» o tiene que ver con «el hecho de que se sigue invirtiendo en industrias tradicionales» y se evita el riesgo.

«Los empresarios deben despertarse», pidió Pezzini, quien señaló que por la falta de medidas para mejorar la competitividad «la economía no se mueve mucho en términos estructurales».

Puso como ejemplo la inversión en investigación y desarrollo, que en América Latina es de las más bajas del mundo, equivalente a 0,7% del producto interior bruto (PIB), mientras que en China es de 1,8% del PIB y en los países de la OCDE de 2,8%.

«China invierte también en la formación de capital humano y va a producir muy pronto millones de personas formadas» para competir en el mercado laboral, algo en lo cual Latinoamérica poco hace, señaló.

Pezzini agregó que los problemas que hoy tiene América Latina también los enfrentaron en el pasado países como Singapur, Corea del Sur o China, pero fueron capaces de hacer el cambio necesario para ser más competitivos.

«Singapur fue capaz de modificar su economía y de subir de la ‘trampa de la renta media’, como le llamamos, y empezar a desarrollarse», y algo parecido hizo Corea del Sur, que después de la guerra con su vecino del Norte, en la década del 50, tenía «niveles per cápita más bajos que Latinoamérica» y aun así consiguió dar el salto al desarrollo, recordó.

«China, por su tamaño, es un caso muy singular, tal vez hace pensar en un gigante pesado que tiene problemas para avanzar, pero China está (…) mostrando señales de que va a salir de la renta media», añadió.

Explicó que el cambio de China se ha producido por una política pública que ha modificado la estructura productiva que durante mucho tiempo se basó en la expansión de su mercado, alimentada por la población que llegaba de las zonas rurales.

Pero como las condiciones han cambiado porque la población ha envejecido y hay una urbanización, así como tensiones en el mercado de trabajo, el país está cambiando su política de desarrollo.

¿Y mientras tanto, qué hace Latinoamérica?, se pregunta Pezzini, quien señala que aunque el problema de la región «es viejo y conocido», mientras otras partes del mundo mejoran sus modelos productivos, América Latina «en ese sentido es mucho más lenta o no se mueve».

«La de América Latina es una historia vieja, sí, pero en algunos casos empeora», concluye sobre el bajo nivel de crecimiento económico de la región, que este año será de -0,3% en promedio, consecuencia de los resultados de los países que tienen una dependencia más marcada de las materias primas, que China ya no absorbe con tanta avidez.

«En los últimos 20 años la locomotora del desarrollo de los países del sur, de África, del sudeste de Asia y de América Latina fue en muchos casos China. Con su crecimiento fue como una locomotora que avanzaba y los pájaros (los demás países) se levantaban a su paso», resume.

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