Tres estaciones de servicio (dos en Ureña y una en San Antonio) empezarían a prestar el servicio a los carros colombianos que ingresaran a territorio nacional solo a surtirse de combustible y retornar de nuevo a Colombia.
El corredor vial que conduce desde la aduana subalterna de Ureña a las estaciones de combustible internacional se mostraba como ya es habitual, solo filas de transeúntes que caminan de un lado a otro de la frontera pero sin la presencia de ningún vehículo a pesar que las máquinas dispensadoras del hidrocarburo desde el pasado 29 de diciembre fueron programadas para el cobro en pesos colombianos.
“Esta bomba solo venderá gasoil, la venta por litro está prevista que se haga a 1.000 pesos por litro (769 bolívares según tasa de cambio del lunes 2 de enero en la frontera). Desde el pasado 29 de diciembre de 2016, despachadores de gasolina fueron programados para que la venta se registre en pesos. Solo estamos a la espera que se inicie el paso vehicular que depende de las autoridades colombianas”, explicó Iván Moros, vocero de la estación de servicio internacional en Ureña.
A pesar que militares venezolanos en el punto de control de la aduana de Ureña aseguraron a El Estímulo que, en horas de la tarde (posiblemente), se iniciaría el paso de carros desde Colombia hacia las ventas de gasolina venezolanas y que la acción se habría retrasado por conversaciones y acuerdos que se desarrollaban (al momento) entre autoridades de ambas naciones. Al final de la tarde la acción no se concretó.
– “Tienen que haber reciprocidad” –
Este lunes en la población de San Antonio solo las estaciones de servicio triple EEE (Estaciones Especiales Exclusivas) se encontraban surtiendo a la población. Las demás se encontraban cerradas, por lo que las acostumbradas y kilométricas colas no se evidenciaron.
La gasolina en estos dispensadores se expende a 742 bolívares por litro. Solo se recibe la moneda nacional y surten exclusivamente a vehículos de matrícula nacional.
“Aquí solo se vende gasolina de 91 octanos a 742 bolívares el litro. Nunca tenemos de 95, esa solo se consigue en San Cristóbal”, dijo Ender Suárez, trabajador de la estación de servicio “La 56” en San Antonio.
Igual como en Ureña, la única gasolinera internacional de San Antonio, ubicada a solo 500 metros de la aduana principal, se mostraba desolada.
Mientras tanto, quienes habitan la población fronteriza coinciden con vecinos colombianos en que antes de adoptar una medida como la de venta de combustible en pesos debe existir el principio de reciprocidad.
“Las relaciones entre los países se orientan por el principio de reciprocidad, al tomarse una medida como esta que involucra a la población colombiana lo más lógico es que sea primero consultada con el Gobierno de ese país. La medida de venta de gasolina a precio internacional no es mala. El problema es que se aplica desconociendo la realidad fronteriza», dijo Manuel Hernández, operador aduanero en San Antonio.
«El gobernador Vielma Mora le gusta ser ficticio, crea venta de combustible sin participar a Colombia, apertura de casas de cambio con una conversión a 5 o 6 pesos por bolívar, según él. Vielma quiere abrir la frontera solo para que los vehículos de Colombia lleguen hasta cierto punto, surtan y se devuelvan para beneficiarse solo él. Está olvidando no solo que los colombianos también requieren cruzar la frontera, pero olvida sobre todo a los venezolanos que vivimos en la frontera, a los agentes aduaneros, transportistas de carga, almacenadoras y comercio internacional. Esta mentalidad minúscula no es aceptable, las relaciones con Colombia deben ser abiertas y recíprocas como antes”, añadió Hernández.
– Colombia no fijó posición –
Del otro lado de la línea limítrofe, en el puente Francisco de Paula Santander, agentes de la Policía Nacional de Colombia y de la Policía Aduanera (Polfa) custodiaban el ingreso y salida de personas. Las vallas de seguridad atravesadas sobre la zona, impedían el paso de cualquier vehículo hacia Venezuela.
“Aquí en la frontera tenemos un problema muy grande y es que no sabemos a qué atenernos en relación a las decisiones del gobierno venezolano. Un día dicen una cosa, otro día dicen otra y ninguna a la final se cumple y es por eso que la población vive en constante incertidumbre. Si van a vender gasolina a Colombia, abran los puentes definitivamente para que todos puedan pasar y surtirse de gasolina, pero además activen todas las actividades económicas que se necesitan en la frontera”, señaló William Maldonado, transportista colombiano que trabaja en Cúcuta.
En las estaciones de servicio legales de Cúcuta, la gasolina se expende a 6.275 pesos (4.826 bolívares al cambio de 1,30) por galón que equivale a 3,78 litros y el ACPM (gasoil) a 5.452 pesos por galón. Mientras tanto, en los negocios de los llamados “pimpineros”, la gasolina venezolana se cotizó este lunes en 6.000 pesos el galón (4.615 bolívares) y el ACPM en 5.000 pesos (3.846 bolívares).
La disposición de vender el combustible en moneda internacional no es fácil de concretar. Algunos colombianos consultados por El Estímulo consideran que es otra medida unilateral dispuesta por el gobierno de Nicolás Maduro.
“A Colombia siempre le truncan todo. Venezuela es la que siempre cierra la frontera y la abren cuando les da la gana, sin mutuo acuerdo, sin consultar con Colombia, por lo que creo que esa negociación (abrir la frontera solo para la venta de gasolina en pesos) se deba dar porque ya es hora que el Gobierno de Colombia fije su posición, ¿por qué siempre Venezuela es la que toma las decisiones? Es el momento de que Colombia tome parte en el asunto y le diga a los venezolanos que si van a abrir el paso vehicular, lo hagan para todo, para el comercio internacional”, precisó Francisco Sánchez, comerciante de la frontera.