El gobierno de Maduro ha elegido al Evrofinance Mosnarbank, que es propiedad conjunta de Rusia y Venezuela, pero no está sujeto a sanciones, como una alternativa para manejar los pagos a sus proveedores.
Desesperado por evitar un colapso económico brutal y restablecer un cierto sentido de normalidad, el jefe de estado venezolano necesita encontrar una manera de reinsertar a las empresas en los mercados internacionales para que puedan realizar tareas tan simples como importar y exportar productos o transferir dinero desde Caracas a Miami.
Las principales instituciones financieras de Estados Unidos y Europa han cortado los lazos con las empresas venezolanas para evitar entrar en conflicto con las restricciones impuestas por el Departamento de Estado para sancionar al gobierno de Maduro por las múltiples denuncias de abusos a los derechos humanos, la represión política y el robo corrupto.
Maduro busca oxigenar el colapso económico a través de estas acciones aunque la caída anual del PIB no parece detenerse pese a sus esfuerzo, al igual que con PDVSA cuya producción ya se encuentra en 1.100.000 barriles diarios, la cifra más baja en 60 años.
Con información de Bloomberg.