Algunos hablan de recuperación, aunque muchos dudan que sea una duradera. El Informe de Coyuntura Venezuela-Febrero 2022, elaborado por el equipo del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Ucab, intenta esclarecer lo que viene.
El documento, preparado por un equipo de expertos adscritos al IIES, contiene datos sobre la evolución reciente de los principales agregados macroeconómicos y ofrece algunas proyecciones sobre el comportamiento que estos tendrán durante el año en curso. El contexto seguirá caracterizado por «desequilibrios importantes» , aunque «con ciertos avances en la estabilización de los precios y el tipo de cambio nominal que inciden positivamente sobre el crecimiento de la economía interna», según se lee en el resumen del texto.
«La visión global sobre el desempeño reciente de la economía venezolana que se desprende de esta nueva edición destaca la recuperación del crecimiento económico, que ya había comenzado durante el segundo semestre de 2021, aunque no se espera aún que la economía alcance los niveles pre-pandemia, que ya eran bastante bajos. La mejora en el nivel de actividad estaría fundamentada en una mayor producción y exportación de hidrocarburos, pero también y en la expansión del PIB de varios sectores de la economía no petrolera», apunta el informe.
10 puntos para entender a Venezuela
1.- Para 2022, la producción petrolera pudiera alcanzar cerca de 950 mil barriles diarios. Esto representa un crecimiento de 75% respecto a 2021, cuando la producción estimada fue de 543 mil barriles diarios.
2.- Partiendo de lo anterior, en 2022 la exportación petrolera podría alcanzar, en promedio, cerca de 760 mil barriles diarios, un incremento de 21% respecto a 2021. Para 2022 se espera que, en función de las previsiones de producción y el consumo interno de hidrocarburos, los ingresos por exportaciones petroleras podrían alcanzar $17 mil millones.
3.- El precio promedio de exportación del petróleo venezolano, cuyo crudo marcador es el denominado Merey 16, experimentó una mejora de 82% en 2021, esperándose un incremento adicional de un 9% este año, cuando se podría ubicar, en promedio, en $55,6 por barril. A pesar de ese resultado, el precio promedio en 2022 aún no recuperaría el nivel que se alcanzó en 2018 ($64 por barril).
4.- En 2021, el PIB creció 5%, después de acumular una caída de 75% entre el segundo semestre de 2013 y el primer semestre de 2021 (96 meses consecutivos). A partir del segundo semestre del año pasado la economía detuvo su contracción y comenzó a mostrar signos de recuperación, aunque en sectores y espacios muy localizados.
«Varios factores pueden haber concurrido en este cambio de tendencia: una reducción en los efectos económicos nacionales e internacionales de la pandemia, una atenuación en el impacto de las sanciones internacionales sobre el sector petrolero y minero, el incremento en el flujo de ingresos por concepto de remesas y una mayor desregulación de la economía interna (liberación de precios, libertad cambiaria y una rápida dolarización de las transacciones)».
5.- Para 2022, la economía venezolana podría crecer 8,6% respecto a 2021. Si se logra un incremento de la producción petrolera a 950 mil barriles diarios, el PIB petrolero crecería 39%, lo que implicaría, por sí solo, un crecimiento del PIB total en 5%. La economía no petrolera se estima podría aportar 3,6% adicionales en el incremento del nivel de la actividad económica interna, esperándose aportes positivos de los sectores minero, manufactura, comercio, transporte y comunicaciones y agricultura.
6.- Para 2022, ante los supuestos de una mejora esperada en las exportaciones totales, de un mayor ingreso por remesas y de mantenimiento del nivel de reservas internacionales del BCV acumuladas en 2021, se espera un crecimiento de las importaciones. «Se espera que el valor de las importaciones pudiera alcanzar un monto de $ 10,5 mil millones», lo que representa un incremento de 13% versus 2021.
7.- Para este año, de resultar exitosa la política de estabilización monetaria y fiscal adelantada por el BCV, la inflación podría desacelerarse hasta alcanzar un 225% anual, versus el 686% que alcanzó en 2021, y muy por debajo de la variación registrada en 2020 (2.960%) y 2019 (9.586%). Aun así, con la tasa de 225%, Venezuela seguirá siendo, por mucho, el país más inflacionario del mundo.
8.- Las transferencias corrientes, que incluyen las remesas de los migrantes venezolanos, se han estimado en $ 2,7 mil millones en 2021 y en $ 3,5 mil millones para 2022, lo que representa incrementos de 26,1% en 2021 y de 30% en 2022.
9.- La reducción del encaje legal sobre las captaciones del público en bolívares y la autorización para poder utilizar hasta el 10% de los depósitos en divisas para el otorgamiento de créditos en bolívares, permitirían, potencialmente, incrementar el crédito bancario en el equivalente a unos $182 millones, lo que supondría una expansión de 57% en la cartera. Sin embargo, la relación crédito/PIB, seguirá siendo, por mucho, la más baja en la región latinoamericana y en el mundo. Para 2020, el crédito interno en Venezuela representó 0,05% del PIB, el más bajo de América Latina.
10.- Los recientes anuncios en torno a un incremento de la presión tributaria, por la vía de un impuesto a las transacciones en divisas -para intentar reducir el uso del dólar- podrían afectar negativamente el crecimiento de la actividad económica.
“Pretender desdolarizar las transacciones, sin antes consolidar la estabilización, reanudar el crecimiento sobre bases más sólidas y anclar las expectativas inflacionarias, es un objetivo no solo inalcanzable sino también contraproducente, que arriesga innecesariamente lo poco que hasta ahora se ha alcanzado en materia de estabilización y recuperación de la actividad económica”.