Empresarios de estaciones de gasolina piden auxilio al gobierno

La Federación Nacional de Asociaciones de Empresarios de Hidrocarburos (Fenegas), que aglutina a los concesionarios de las estaciones de gasolina envío una solicitud de audiencia al Ministro de Petróleo y Presidente de Petróleos de Venezuela, Manuel Quevedo, para exponer la grave crisis que atraviesa el sector.

La solicitud pública de reunión tiene por objeto buscar soluciones y coordinar las acciones a tomar para cumplir con la función de expender combustible, tarea hoy severamente golpeada en las estaciones de gasolina.

La comunicación, suscrita por la directiva del gremio, habla incluso de medidas urgentes.

Aunque el petitorio a Quevedo no da detalles de los temas a poner sobre la mesa, es conocida la enorme distorsión que ha traído consigo el subsidio a los combustibles, y hoy en día su valor cero. Está situación y la necesidad de corrección ha sido ya planteada por la federación desde hace varios años.

Problemas para operar

Para los empresarios del sector resulta en extremo complejo hacer frente a las nóminas y a los aumentos de salario. Tampoco pueden mejorar la infraestructura y el servicio, han revelado familiarizados con el tema.

A este fenómeno se suma la escasez del producto que hace estragos en el interior del país. Los conductores hacen colas de días, y con suerte de varias horas. Muchos solo reciben tan solo 30 litros de gasolina, con lo que no llenan los tanques de los vehículos.

El creciente y floreciente mercado negro es uno de los más rentables negocios que hoy toman forma en medio de una distorsionada economía y uno de los sistemas refinadores más grandes del mundo en colapso. Fuentes de la industria sostienen que Venezuela solo opera a 20 por ciento de su capacidad, que no cubre ni el mermado consumo interno.

En las zonas llaneras surtirse de gasolina, por los caminos verdes, podría significar montos de entre 10 a 80 dólares.

Fuentes aseguran que muchos están pagando el litro de gasolina o diésel por encima de un dólar. La razón es la desesperación de muchos conductores e inclusive empresarios del campo que ven detenidas sus labores.

Las precarias condiciones del transporte de gasolina también forman parte del problema. Según trabajadores que operan gandolas no hay suficientes unidades, y muchas además están detenidas por la falta de repuestos.

Ante este complejo cuadro, la directiva de Fenegas insiste en que debe ser escuchada. Al mismo tiempo sostiene que deben involucrarse y coordinarse todos los eslabones del sector.