Cuando cae la noche en Caracas
No es de caraqueños perderse una rumba. Pareciera que quedarse en casa es dejar que la vida ocurra en otro lugar —generalmente con poca luz y mucho ruido. Sin embargo, los locales de la ciudad van quedándose con la música a todo volumen retumbando en un salón con cada vez menos personas. El ocaso del país también alcanza a los tragos y la lujuria