Ana María Simon dejó Venezuela por miedo: a la censura del régimen a su programa radial, a que se quebrantase su integridad y la de su familia.“Mi hija no sabía lo que era un parque, ni caminar por la calle tranquilamente”. Ahora vivo feliz en Madrid
Uno como que aprende con los años, no de otra manera, al menos en toda su dramaticidad, que además y después de la muerte hay un estadio constante en la existencia humana que es el olvido. Se dirá que a diferencia de ésta no es universal y no pocos seres han permanecido, hasta por milenios, en la memoria de la especie o parte de ella. Por ahora digamos que es una minoría tal que cabe en un diccionario y habría que indagar qué significa recordar, sus formas y maneras.
La existencia del notable toma cuerpo de realidad cuando alguien lo nota. Es, en realidad, un reflejo especular en los ojos del otro. La celebridad vive con la constante y aterradora posibilidad de que sus habilidades puedan desvanecerse repentinamente. Con la promesa de que todos seríamos famosos, aunque sólo fuera durante cinco minutos, Andy Warhol nos puso en el camino equivocado. Si la foto que nos hará inmortales depende del evento de esta noche, si la aparición en televisión el martes por la tarde nos dará el sabor de los ricos y famosos, entonces, ¿por qué no intentarlo? Grave error. Como en los regímenes despóticos, como en el Imperio Mongol o en el Imperio Otomano, la mejor forma de pasar la vida es bajo el manto de invisibilidad, del anonimato.